miércoles, 22 de octubre de 2008

NUEVO ALTO MANDO DEL EJERCITO


Bachelet aplica ley especial y amplía carrera de Gral. Ewing

Tras la medida, que no se implementaba desde hace 12 años, la segunda antigüedad de la institución castrense asumirá como jefe de Estado Mayor de la Defensa.

PATRICIO GONZÁLEZ CABRERA
El Mercurio

Hacía doce años que un gobierno de la Concertación no aplicaba la normativa especial que permite extender la carrera profesional de los oficiales generales de las Fuerzas Armadas, que cumplen sus 38 años de servicio activo.

La norma -derivada de la conocida "ley Canessa" - favoreció esta vez al general Alfredo Ewing Pinochet, actual segunda antigüedad del Ejército y jefe del Estado Mayor de la institución. Ewing fue nominado, además, como el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional que se ejerce, tradicionalmente, por dos años.


Tras estas modificaciones, la estructura del Alto Mando del Ejército del 2009 será la siguiente: comandante en jefe, general de Ejército Óscar Izurieta; jefe de EE.MM. de la Defensa, general Alfredo Ewing; jefe de Estado Mayor, general Juan Miguel Fuente-Alba; comandante de Operaciones Terrestres, general Jorge Fuenzalida; comandante de Apoyo a la Fuerza, general Cristián Le Dantec, y comandante de Doctrina, general Guillermo Castro.

Proyecciones

Dentro del Ejecutivo y de la institución castrense se reconoce que con esta decisión de aplicar esta normativa de carácter excepcional por parte de la Mandataria, Ewing quedó posicionado como uno de los candidatos a suceder al general Óscar Izurieta, que deberá entregar su mando el 9 de marzo de 2010, un día antes de que concluya el período de la Presidenta Bachelet.

De no ser así, Ewing podría asumir el mando del futuro Estado Mayor Conjunto de las FF.AA., cargo que se activaría una vez que se apruebe la reforma al ministerio que se discute en el Congreso.

El Ejército informó ayer, además, los cambios que sufrirá el cuerpo de generales del próximo año, con el retiro de cinco altos oficiales y el ascenso de otros siete coroneles. Fueron llamados a retiro los generales de división (tres estrellas) Tulio Hermosilla, Ricardo Ortega y Julio Baeza, junto a los generales de brigada (dos estrellas) Eduardo Aldunate y Luis Lobos.

Hermosilla es el actual comandante de Apoyo a la Fuerza y fue el fiscal militar que llevó adelante la investigación por la tragedia de Antuco de mayo de 2005, mientras que el general Ortega era jefe de Inteligencia del Ejército.

El general Eduardo Aldunate se desempeñó como segundo jefe de la misión de paz en Haití durante dos años.

Fueron ascendidos, en tanto, los coroneles Bosco Pesse Quappe, Juan Echaurren Guarda, Jozo Santic Palomino, Jorge Salas Kurte, Carlos Mezzano Escanilla, Juan Biskupovic Moya y Eleuterio Ramírez Beiza.

‡ ¿Ley Canessa o Ley Ewing?

No gustó en el Ejecutivo que la prolongación de la carrera del general Ewing ordenada por la Presidenta Bachelet se interpretara como la aplicación de la antigua "Ley Canessa", creada por Pinochet en 1983.

En esa época, el entonces Presidente implementó esta excepción para prolongar la carrera de su vicecomandante, el general Julio Canessa Roberts, hasta cuatro años más de los 38 años establecidos en la ley.

Tal como aclaró el ministro Francisco Vidal, esa norma fue derogada formalmente el 27 de febrero de 1990 con la promulgación de la Ley Orgánica de las FF.AA. Sin embargo, fue replicada en el artículo 53 letra E de la misma normativa, restringiendo su aplicación, por lo que a ésta se le puede considerar como heredera de la "Ley Canessa".

De hecho, así se aplicó durante los gobiernos de Aylwin y de Frei. La última vez que se utilizó fue con el general Guillermo Garín en 1996, hace 12 años. La misma norma fue complementada nuevamente en 1997, por lo que -según explica el subsecretario de Guerra, Gonzalo García- es primera vez que se aplica en el nuevo formato, por lo que más que hablar de una "Ley Canessa", se podría hablar de la aplicación de la "Ley Ewing".

>> Oficial de consenso

La decisión del Gobierno de prolongar la carrera del general Alfredo Ewing tuvo como trasfondo el disponer de una carta de amplio consenso político al minuto de designar el futuro mando del Ejército o la dirección conjunta de las Fuerzas Armadas, según se reconoce en el Gobierno. Y Ewing concita consenso en la Concertación y en la Alianza, por lo que ante la eventualidad que en las presidenciales triunfe un candidato opositor, su nombre no generaría ningún tipo de rechazo. Una situación similar -de un Presidente que dejó un comandante en jefe nombrado días antes de dejar el cargo- tiene un precedente poco feliz cuando Carlos Ibáñez del Campo nombró al general René Vidal, quien duró diez días hasta que Jorge Alessandri lo reemplazó por Óscar Izurieta, padre del actual jefe castrense. Tras las reformas a la Constitución el Presidente puede remover a los comandantes en jefe con sólo informar al Congreso.

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