viernes, 21 de noviembre de 2008

AYUDA MEMORIA DE SERGIO ONOFRE JARPA CAPITULO Nº 1


AYUDA MEMORIA Nº 1

En 1967, en el Congreso del Partido Socialista reunido los días 24, 25 y 26 de noviembre en la ciudad de Chillán, se aprobaron diversas declaraciones de objetivos y propósitos.
En materia de política interna, se proclamó lo siguiente:
1. “El Partido Socialista, como organización marxista leninista, plantea la toma del poder como objetivo estratégico a cumplir por esta generación, para instaurar un Estado Revolucionario que libere a Chile de la dependencia y del retraso económico y cultural”.
2. “La violencia revolucionaria es inevitable y legítima. Resulta necesariamente del carácter represivo y armado del estado de clase. Constituye la única vía que conduce a la toma del poder político, y a su ulterior defensa y fortalecimiento. Sólo destruyendo el aparato burocrático y militar del estado burgués puede consolidarse la revolución socialista”.

3. “Las formas pacíficas o legales de lucha (reinvindicativas, ideológicas, electorales) no conducen por si mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumentos limitados de acción, incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada”. (Historia del Partido Socialista de Chile, por Julio César Jobet, pag. 313, Ediciones Documentas. Prólogo de Ricardo Nuñez)


En el plano internacional se afirmó:
1. “El partido Socialista solidarizó con todos los procesos socialistas iniciados en la URSS y Europa Oriental, en Asia y en Cuba, cuya revolución ha dado una dimensión diferente a la lucha de clases en nuestro continente y ha demostrado la viabilidad de la violencia revolucionaria para alcanzar el poder”.
Esta proclamación de lucha armada para destruir la institucionalidad democrática existente en Chile y establecer un sistema marxista, en connivencia con el gobierno cubano y los intereses del comunismo soviético en esta zona del mundo, significó el inicio de una etapa de división y enfrentamiento entre chilenos, cuyos efectos aún no parecen superados.
Existen en esta materia graves antecedentes y responsabilidades, que no han sido considerados por las autoridades políticas o judiciales, y generalmente silenciados por los medios de comunicación.
Sin embargo no podrán ser omitidos cuando se investigue con seriedad los hechos que constituyen nuestra historia reciente. Un período en que los chilenos tuvimos que optar entre seguir siendo una nación libre y democrática o dejarnos avasallar por la intervención y los métodos del comunismo soviético.


Sergio O. Jarpa


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