EXTRA EXTRA DEL COMENTARIO POLITICO SEMANAL

PATRICIO GREZ

Rasputín Viera Gallo parece que se va a ir cortado como ministro, eso dice el Tam Tam de la selva. Pero él sigue muy campante hablando tonteras. La última que se mandó en el pasquín La Tercera: "Optar por Piñera sería elegir la política de Bush". O sea Tatán de presidente va a ordenar la invasión de Irak.

Además sabemos que, según Rasputín, Tatán es el culpable de la burbuja inmobiliaria de Gringolandia. Se le olvidó también mencionar que Sebastián Piñera está comandando los ataques de piratas a los buques frente a Somalía y es el verdadero responsable de las matanzas en la guerra civil del Congo. Ultimo el Viera Gallo, siempre lo ha sido. De los políticos de izquierda, lejos el que me parece más serio es Marco Enríquez-Ominami, sin concordar demasiado con sus puntos de vista me parece de los más habilosos y de más honestidad intelectual, lo leo siempre y también lo veo en la tele del congreso, mis respetos para Marco.



De nuevo se puso de moda el tema de la inscripción obligatoria (y automática) y el voto voluntario. Hoy tenemos un sistema justo al verres, inscripción voluntaria y voto obligatorio. Mucha gallada no se inscribe porque les da lata, porque no quieren estar obligados a votar tras inscribirse, porque temen salir sorteados como vocales de mesa, o porque de frentón les carga la política. En una sociedad libre tanto la inscripción como el voto debieran ser voluntarios. Y los que estamos interesados en la política debiéramos hacer todo lo posible para motivar a la ciudadanía para que se inscriba y vote. Hay que reencantar a la gente con la política, especialmente a los jóvenes.



La inscripción debiera seguir siendo voluntaria, facilitándola lo más posible, y hay que hacer que el voto sea voluntario también. Sin embargo no me corto las venas si la inscripción se vuelve obligatoria, siempre que el voto sea voluntario. Pero me parece muy peligroso que la inscripción sea "automática". Prefiero que la gallada tenga la obligación legal de acudir a la oficina más cercana del registro electoral y se inscriba con su puño y letra. Con tantos cagazos de nuestro aparato estatal no vaya a ser que al implementar la inscripción "automática" tengamos el equivalente a un Charchantiago en el Registro Electoral y para más remate llamen al fabuloso ministro Cortázar a arreglar el entuerto.