

Ernesto Videla:
Jefe de la Delegación Chilena ante la Mediación Papal rememora lo que ocurrió hace 30 años y formula sugerencias para el encuentro de las Presidentas
E.S
El Mercurio
El General (r) Ernesto Videla Cifuentes fue jefe de la delegación chilena ante la mediación papal -hoy es analista y miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales del Instituto de Chile-, y aunque no fue invitado al encuentro de las Presidentas de Chile y Argentina -que hoy comienza en Punta Arenas-, no es eso lo que lo preocupa, sino un problema semántico: insiste que no es el "conflicto del Beagle" ni la "mediación papal" lo que se está recordando. Lo primero, porque el fallo del Beagle en 1977 fue inapelable, lo segundo, porque la mediación papal fue oficialmente solicitada por Chile y Argentina en Montevideo el 8 de enero de 1979.
- ¿Qué se está conmemorando entonces?
"En estos días, efectivamente, se cumplen 30 años de la crisis que nos tuvo al borde de la guerra. En ese momento intervino providencialmente el Papa y logró que ambos gobiernos recibieran un enviado especial, el Cardenal Antonio Samoré, quien se trasladó a nuestros países, habló con sus autoridades máximas y logró bajar las tensiones".
- ¿ Por qué se llegó a esa situación?
"Había terminado el juicio del Canal Beagle y la sentencia internacional confirmó la soberanía chilena sobre todas las islas al sur de dicho canal, como lo establecía el Tratado de límites de 1881. Correspondía entonces, convenir una delimitación marítima por la superposición de proyecciones de las islas del archipiélago fueguino chileno hacia el oriente, con aquellas argentinas de la Isla Grande de Tierra del Fuego y la Isla de los Estados hacia el sur. Así que sólo para eso se establecieron negociaciones directas. La controversia se llamó Diferendo Austral y no del Beagle, insisto".
- ¿Cuándo fracasaron esas negociaciones?
"El Gobierno argentino pretendió, por medio de la amenaza de la fuerza, obtener lo que en derecho no le correspondía y convenir con Chile un "reparto político" de tierras y aguas que no le pertenecían. En una actitud carente de valor jurídico, impulsada por destacados juristas, políticos, civiles y militares trasandinos declaró "Insanablemente Nulo" el Laudo Arbitral que había puesto fin al diferendo sobre el Canal Beagle y cuyo cumplimiento estaba entregado "al honor de las naciones". Esto fue rechazado por Chile y, en especial, por la Corte Arbitral".
- ¿De qué forma se llegó casi al enfrentamiento hace 30 años?
"Fracasadas las negociaciones directas Chile invitó al Gobierno argentino a recurrir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya en virtud de lo acordado en el Tratado de 1972, firmado por los cancilleres Clodomiro Almeyda de Chile y Luis María A. de Pablo Pardo, de Argentina, lo que fue considerado por Argentina casus belli. En una nueva muestra de buena voluntad Chile invitó, en forma previa al recurso judicial, a la mediación de un gobierno amigo. Si bien Argentina aceptó, e incluso se convino que fuera la Santa Sede quien desempeñara esa función, luego pretendió condicionar este sistema a un acuerdo entre las partes que hiciera suyo el mediador para ofrecerlo como solución. Éste debía contemplar la entrega de islas chilenas, lo que obviamente fue rechazado".
- ¿Y cómo se logró la mediación propiamente tal?
"Desde fines de 1977 y durante al año siguiente, el Gobierno argentino desarrolló diversos actos de provocación incursionando con buques de guerra en aguas chilenas y violando nuestro espacio aéreo, e incluso el terrestre. A comienzos del segundo semestre de 1978, cuando se observó que era muy difícil arribar a un entendimiento, el Gobierno chileno intensificó su información a la comunidad internacional, en particular a la Santa Sede. El Canciller Hernán Cubillos se reunió primero con el Papa Juan Pablo I y después de su muerte con el recién ungido nuevo Papa Juan Pablo II, a quienes informó en profundidad lo que ocurría y la posibilidad cierta de que Chile fuera agredido militarmente. Ambos pidieron que continuara la entrega de antecedentes".
- ¿Cómo era el ambiente en ese momento?
"Trabada la mediación por el Gobierno argentino se agudizó la expulsión de chilenos residentes en ese país; las ciudades argentinas eran sometidas a ejercicios de oscurecimiento; se intensificó la campaña psicológica preparando a la gente para la guerra, incluyendo a los niños en los colegios; los medios argentinos recogían ácidos comentarios contra Chile y encendidos discursos ultranacionalistas llamaban a defender con las armas "los derechos" argentinos. Los militares eran despedidos por sus familiares desde los andenes llevando la bendición de sus estandartes de combate y partían a desplegarse a lo largo de la frontera. El 21 de diciembre de 1978 -hace casi ya 30 años- el Gobierno argentino respondió desestimando una nota chilena del día anterior, mediante la cual se le invitaba a confiar en el Papa, con lo que se cerró todas las posibles salidas pacíficas. El Nuncio en Buenos Aires envió dramáticos cables a la Santa Sede pidiendo la intervención del Papa. Finalmente, los gobiernos aceptaron la petición de recibir un enviado especial suyo que fue el Cardenal Samoré".
- ¿Cuán cerca estuvimos de la guerra?
"Hay testimonios escritos con respecto a que el Gobierno argentino había fijado la invasión el 22 de diciembre a las 22 horas. El enviado especial Samoré, trabajó intensamente desde el 26 de diciembre hasta alcanzar un acuerdo en Montevideo donde las partes solicitaron la mediación de la Sede Apostólica, la que fue aceptada el 23 del mismo mes, dándose inicio a un largo y difícil proceso hasta lograr el Tratado de Paz y Amistad de 1984".
- ¿Qué le parece la actual conmemoración en el sur?
"Bien, si consideramos que salvo Menem, el peronismo y muy especialmente el entonces gobernador Kirchner se opusieron al Tratado en 1984; debo creer que ahora han reconocido la obra y los beneficios de la paz. Sería una buena oportunidad, de paso, para que la mandataria argentina en un gesto político -porque la declaración de hace 30 años no tuvo valor jurídico-, desestimara la declaración de nulidad del Laudo que hizo Argentina el 25 de enero de 1978, para borrar ese manchón en nuestras relaciones. En el caso de la Presidenta chilena, creo que debería destacar que el general Pinochet fue fundamental en la conservación de la paz y que tanto las FF.AA. como la civilidad escribieron una de sus páginas más gloriosas al evitar la guerra".
"Sería una buena oportunidad, de paso, para que la mandataria argentina en un gesto político -porque la declaración de hace 30 años no tuvo valor jurídico- desestimara la declaración de nulidad del Laudo que hizo Argentina el 25 de enero de 1978, para borrar ese manchón en nuestras relaciones".
"En el caso de la Presidenta chilena, creo que debería destacar que el general Pinochet fue fundamental en la conservación de la paz y que tanto las FF.AA. como la civilidad escribieron una de sus páginas más gloriosas al evitar la guerra".
jueves, 4 de diciembre de 2008
A 30 AÑOS DEL CONFLICTO DEL BEAGLE
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