jueves, 5 de marzo de 2009

CARTA DEL PRESIDENTE DEL SENADO SOBRE O'HIGGINS Y CARRERA


Tribuna
Jueves 05 de Marzo de 2009
O'Higgins y Carrera


Adolfo Zaldívar Larraín
Presidente del Senado

Ayer tuve la satisfacción de presidir la ceremonia donde se instalaron los bustos de O'Higgins y Carrera en el Congreso Nacional.

Estando próximos al Bicentenario, cabe destacar que la Independencia y la República tienen en Chile el mismo origen y son la consecuencia de un proceso de ruptura, donde dejamos de ser colonia y se asentaron las bases de la institucionalidad republicana.


La emancipación comprometió durante varios años a toda la sociedad chilena. Sólo en 1826, mediante la incorporación de la Isla de Chiloé al territorio nacional, terminó la dependencia de España.

El asentamiento de nuestras instituciones republicanas también demandó su tiempo.

Al comienzo sólo unos pocos estaban por dar el paso independentista; la mayoría de ellos querían seguir unidos al antiguo régimen o simplemente estaban indecisos. Primó la voluntad de los separatistas, entre cuyos líderes estaban O'Higgins y Carrera, que vieron con claridad el futuro y las consecuencias de su decisión.

Para ellos no había independencia si el régimen político no era republicano.

Sin República no había espacio para la Independencia de Chile. Seguiríamos siendo regidos por otros y para otros.

Por esto existe una diferencia fundamental entre nuestro proceso y los de otras naciones latinoamericanas. Tanto O'Higgins como Carrera fueron decididos republicanos, mientras que Bolívar, Iturbide, San Martín y Pueyrredón tuvieron en mayor o en menor medida inclinaciones monárquicas.

O'Higgins y Carrera son los líderes indiscutidos de nuestro proceso emancipador y de las bases de nuestras instituciones republicanas.

Sólo a partir de ellos se puede hablar de lo nuestro, de lo que nos pertenece y de lo que aspiramos como nación.

O'Higgins, el ciudadano que promueve e impulsa la constitución del Primer Congreso Nacional, el 4 de julio de 1811, siendo diputado por Los Ángeles.

Carrera, el militar que deja de ser oficial de los Húsares de Galicia para poner su espada al servicio de su patria contra España, siendo el primer comandante en jefe de su Ejército.

En este conflicto mayor y en la forma de superarlo se confrontaron las visiones y las pasiones de nuestros padres fundadores, llegándose entre ellos a una ruptura fatal y trágica. Con todo, el movimiento emancipador no se detuvo.

En su intento de volver al país, Carrera es derrotado en Punta de Médano, para luego ser fusilado y descuartizado en Mendoza el 4 de septiembre de 1821.

Al término del sexto año del gobierno de O'Higgins y frente a un grave descontento interno, éste procedió a abdicar al mando supremo en un gesto patriótico, a fin de evitar un enfrentamiento, pese a tener al Ejército de su lado. Abandonó el país en julio del año 1823, para morir desterrado en Lima en 1842.

Con espíritu sereno y gracias al tiempo transcurrido, podemos apreciar con objetividad sus legados.

La acción y la lucha de ambos fueron guiadas por los mismos principios y estuvieron exentas de todo beneficio personal, y menos aún patrimonial. Ellos lo entregaron todo y convergieron en la unidad de Chile. Sus diferencias, por grandes que parezcan, se pierden en el pasado frente a los logros de la nación chilena en el curso de su historia.

En el tema que nos interpretó el conjunto de la Universidad de Valparaíso, compuesto por los autores Pirovich y Sazo para esta ocasión, hay dos versos que los poetas imaginan en boca de ambos próceres, si pudieran ver su obra: "No hay un sueño perdido cuando lo sueñan dos. Ningún dolor puede ocultar la huella de tu valor. Hermano mío, te pido perdón, la vida nos vuelve a juntar".

Por eso que no tiene sentido insistir en las diferencias y conflictos que tuvieron los padres de la patria. Así lo entendió tempranamente Diego Portales, e impulsó al país a una situación de progreso y liderazgo en el continente.

Entonces primó la lógica de la unidad nacional. Que las divisiones deben superarse y no mantenerse en el tiempo, que no se puede vivir buscando las cosas que nos dividen y aferrados permanentemente a lo negativo.

La misma lógica prevaleció para superar los graves enfrentamientos ocurridos en la Guerra Civil de 1891. También entonces la sociedad optó por dejar atrás las diferencias y enfrentar unidos el futuro.

Nuevamente debiera primar entre nosotros la misma lógica y hacer del Bicentenario el tiempo del reencuentro nacional. Y no continuar perseverando en posiciones de desencuentro, ni menos viviendo atados a un pasado reciente de conflictos y divisiones.

Con este homenaje a O'Higgins y Carrera ante el Congreso Nacional, llamamos a todos los chilenos a consagrar la tan necesaria unidad nacional por sobre cualquier interés, preguntando y demandando en nombre de don Bernardo y de don José Miguel, ¿por qué ahora no? Es hora de pensar sólo en Chile y en las futuras generaciones, quiera Dios que así sea.


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