
Cartas
Jueves 10 de Diciembre de 2009
Tres justicias
Señor Director:
La paciencia tiene un límite, en especial si lo que se soporta tiene relación con el país y con su pueblo integrado a nuestras Fuerzas Armadas. ¿Hasta cuándo habrá que aceptar que Chile tenga tres tipos de justicia: la que siempre fue igual para todos, y hoy en vías de extinción; la blanda, flexible y bondadosa, que se aplica a quienes fueron de la Unidad Popular y cometieron delitos, asesinatos incluidos, y la revanchista, despiadada y cruel que se ejerce sobre quienes impidieron que nuestro país fuese otra Cuba?
Para éstos no hay indultos, amnistías ni menos las prescripciones que se aplican a los “compañeros” del conglomerado gobernante, cada uno con su propio historial violentista. Obsecuentes, los tribunales alargan los procesos a militares, marinos y carabineros con fines torturantes para ellos, sus familias, sus instituciones y quienes nos consideramos sus amigos.
La última “redada” de marinos de todos los rangos, desde almirantes hasta gente de mar, un teniente y dos carabineros tiene por causa el secuestro y la tortura de 5 mujeres y un hombre llevados a cabo alrededor del 15 de septiembre de 1973. El “llamado” secuestro duró sólo cuatro días. No hubo secuestro porque la aprehensión fue hecha por funcionarios del Estado, los cuales no secuestran, sino que detienen. En cuando a las torturas, hay que preguntarse cómo se prueban después de 36 años.
Tal vez los magistrados sepan que al final tendrán que reconocer a estos ex militares, todos de la tercera edad, su nula o insignificante participación, en consideración de que están oyendo recién hoy dudosas acusaciones de hace más de tres décadas, con testigos también mayores que manifiestan no tener claro en su memoria si el apellido que asignan a tal acusado corresponde a la persona que tienen ante sí. Puede pensarse, además, en los que quieran participar del festín de indemnizaciones que se han otorgado al amparo de los derechos humanos.
Estas tres justicias mantienen abierta una herida que crece y que, contrariamente a lo natural, no cicatriza, porque hay instancias a las que les conviene mantenerla abierta y dolorosa, impidiendo así la tan anhelada reconciliación nacional.
Heriberto Schmutzer
viernes, 11 de diciembre de 2009
CARTA: TRES JUSTICIAS
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