miércoles, 13 de enero de 2010

Ya se inició en Venezuela el derrumbe monetario


COMENTARIO:

Para asombrar a cualquiera,
Esta editorial nos recuerda la tremenda cuesta que estabamos subiendo para alcanzar el paraiso comunista que finalmente Allende lo derrumbó de un solo manotazo. Hoy vemos con asombro, como otros buscan igualar la misma tragedía.

¿Existirá algún merito divino, para que los proponentes a este ambicionado paraiso, sean bien venidos en el paraiso celestial? El Obispo Goic podría ilustrarnos al respecto.

La inflación arrasa con los ahorros de la gente, desquicia las finanzas de empresas y negocios, resquebraja los sistemas crediticios, arruina el empleo y empobrece a todo el mundo
Martes, 12 de Enero de 2010

Keynes, el teórico de las grandes inflaciones del Siglo XX, dijo que no había manera más efectiva de romper el orden social e institucional de un pueblo, que a través de las devaluaciones monetarias. Lo dijo en 1919 antes de que se produjera la catástrofe financiera alemana y austríaca, cuando una libra de azúcar o una hogaza de pan llegaron a costar cientos de millones de marcos.
En Bolivia se llegó a un punto en que los billetes dejaron de ser contados y se pesaban; en esas circunstancias, como ocurrió en Europa después de la Segunda Guerra, la gente se refugia en otras monedas y hasta en barras de chocolate, medias de seda, café y, como recurso último, en metales preciosos.

Como obra del ilustradísimo y visionario gobierno del reverendísimo bolivariano Hugo Chávez Frías, Venezuela tiene el discutible honor de ser el país con la más alta inflación en el Hemisferio, lo que entre otras cosas llevó a la devaluación de la última semana, que de inmediato provocó dos fenómenos: que la gente saliera desesperada a comprar lo que podía y que el Ejército obligara a los comerciantes a mantener fijos los precios.

El reverendísimo comandante Chávez ya anunció otra faceta en la inflación: que los beneficios serán para su régimen y el proyecto del Alba y los costos para los venezolanos. Estatizan el robo y privatizan las pérdidas. Día a día los venezolanos van a sentir los efectos de las sabias políticas monetarias de don Hugo, recibiendo menos por lo que hayan ahorrado y reciban de salario. El régimen, por su parte, no sólo echará mano de los ingresos del petróleo, sino que también debe incluir las ganancias de sus aliados políticos y protegidos de las FARC. Estos señores de la FARC, estimado lector, cultivan y procesan unas plantitas que Evo suéter, Evo el emplumado, califica de "sagradas" y que como tales dan verdor y gracia a la campiña colombiana en manos de la narcoguerrilla.

¿Que no hay petróleo? pues hay coca…

Pero inflación es inflación y no vale quitarle tres ceros a los billetes, o sellarlos con nuevos números, como hacían los sandinistas del FSLN (interesantes siglas) que también rompieron récords en llevar el córdoba a abismos casi sin fondo (dos mil millones por el azúcar, etcétera). La Kirchner va por ese camino, en su momento hollado por chilenos, uruguayos y peruanos.

La inflación arrasa con los ahorros de la gente, desquicia las finanzas de empresas y negocios, resquebraja los sistemas crediticios, arruina el empleo y empobrece a todo el mundo. Por lógica también afecta la estabilidad de un régimen aunque esté sentado, como dijo Bonaparte, sobre bayonetas o respaldado por chusmas callejeras. Es cosa de tiempo, corto tiempo, para que las realidades del mercado cobren su tributo.

Nunca, ni en México, se había visto un saqueo tan impresionante como el que perpetra Chávez y su camarilla en Venezuela. Pues no se trata de cuatrocientos millones de dólares, sino de decenas de billones, con el agregado de que Chávez imprime y firma los finiquitos para él y sus secuaces.

Los socios de Chávez en el Alba tienen motivos de sobra para sentirse inquietos, pues no es probable que encuentren petróleo en sus países antes de que el castillo de naipes bolivariano se venga abajo. Pero siempre está el recurso de hacer tratos con las FARC...




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