
Caras nuevas, sonrientes,
juveniles; caras que dan confianza, aunque se
nota también en su semblante la preocupación por
el desafío que asumen.
Son las caras de los nuevos funcionarios
de Gobierno, son los rostros de esa generación de
servidores que tienen que demostrarlo todo,
porque hasta ahora sólo han puesto su buena
voluntad, dejando de lado otras posibilidades
profesionales, otros dineros.
Subsecretarios, intendentes,
gobernadores, equipos ministeriales y todos los
que aún faltan en el organigrama, los miembros de
esa camada tienen que aprovechar este primer o
segundo fin de semana en sus nuevas tareas, para
pararse, mirarse y concluir una verdad
fundamental: tenemos que ser ejemplares.
En tres materias van a estar fijos los
ojos de sus mayores, las miradas de sus iguales y
el interés de los aún más jóvenes que ellos.
Por una parte, en su capacidad
profesional. Si bien es ley de vida que unos
pocos fracasarán en lo puramente laboral, a todos
se les exige de entrada una competencia creciente
que tendrán que demostrar superando desánimos y
obstáculos técnicos de magnitudes varias.
En segundo lugar, su probidad ética.
Obviamente no faltará el chanta que sucumba por
el mal uso del auto fiscal o por viáticos no
rendidos, que divulgue un secreto profesional o
manipule su propia imagen, pero a todos se les
pide que se cuiden muy delicada y enérgicamente
frente a esas amenazas.
Por último, sus conflictos de conciencia,
porque tendrán que ser ejemplares en decirle a
sus jefes, si correspondiese: esa línea yo no la
cruzo, por ese aro yo no paso, a otro perro con
ese hueso.
Es a nuestros jóvenes funcionarios
públicos a quienes tenemos que garantizarles una
adecuada red de protección. Está en juego, a
través de ellos, no sólo un proyecto en marcha,
sino toda una proyección de varias camadas
futuras. Son la Generación Bicentenario Jaime
Guzmán. Muchos siguen sus ideales y responderán
por eso de sus conductas. Pero si no los formamos
más y mejor, si no los ayudamos, si no los
corregimosS
La formación ética no garantiza nada,
pero sin ella está asegurado el fracaso: algo así
afirmaba Leonardo Polo.
Gonzalo Rojas Sánchez
miércoles, 17 de marzo de 2010
NUEVOS SERVIDORES PÚBLICOS
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NUEVOS SERVIDORES PUBLICOS
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