domingo, 30 de mayo de 2010

CAMBIOS EN EL SHOA TRAS MAREMOTO


Cambios en el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico tras el maremoto del 27 de febrero:
Armada refuerza los sistemas del Shoa para enfrentar emergencias en las costas de Chile

Teléfono directo con la Onemi, instalación de siete nuevos mareógrafos, red satelital y comunicación con las capitanías de puerto destacan en el renovado plan de desarrollo.

AUDÉNICO BARRÍA
El Mercurio

VALPARAÍSO.- El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) sacó lecciones de la catástrofe del 27 de febrero. Por ello se reforzaron todos sus sistemas y se agregaron nuevos equipos en las áreas en las que se detectaron falencias.

En lo administrativo, ahora el Shoa depende de la Dirección del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) y está bajo vigilancia directa del encargado de esa entidad, el vicealmirante Enrique Larrañaga.

El alto oficial señaló que el Shoa concordó con la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) protocolos de procedimiento directos y claros. "Se trata de que cuando nosotros digamos 'hay alerta de tsunami' se entienda claramente eso y no otra cosa, que no haya margen para interpretaciones o equivocaciones", dijo.

También se reforzaron los sistemas de comunicación, tanto con la Onemi como con reparticiones navales y capitanías de puerto.



Incluso se habilitará una sala Snam (Sistema Nacional de Alerta de Maremotos) en otra repartición de la Armada en caso de colapsar el edificio del Shoa, ubicado en Valparaíso.

A ello se agrega la adquisición de nuevos equipos, como la instalación de mareógrafos y una nueva boya para recoger la información de maremotos lejanos, la que se instalará probablemente frente a Talcahuano.

"Nuestra obligación es informar lo más rápidamente si hay o no riesgos de tsunami tras un movimiento sísmico a las autoridades civiles a través de la Onemi y a las autoridades navales. Y eso se hace por sistema VHF. Si eso falla hay teléfonos satelitales", indicó Larrañaga.

El director de la Directemar aclaró que la misión del Shoa, descrita en el decreto supremo 26, del 11 de enero de 1966, es evaluar, emitir y cancelar las alertas de tsunami, informando a las autoridades civiles a través de la Onemi y a las autoridades marítimas y navales. "El Shoa analiza la información sísmica y de las variaciones del nivel del mar y con eso evalúa si hay riesgo o no de tsunami, pero no es el encargado de alertar a la población y no tiene las redes para eso", explicó.

Ahora las 24 horas

Las adquisiciones y nuevas contrataciones se están financiando con fondos de Directemar y del Shoa. Por ejemplo, se está implementando una red de comunicaciones VHF y satelitales entre el Shoa y todas las capitanías de puerto del país, lo que tiene un costo total de 9 millones de dólares, de los cuales 2 millones se invertirán este año con presupuesto de la Directemar.

Ahora el personal del Shoa puede interpretar un informe escrito en inglés, hay presencia de oceanógrafos durante las 24 horas del día y equipos de respaldo ante fallas o cortes de energía. Y para revisar procedimientos se instalaron cámaras que registran lo que ocurre en la sala de operaciones y se graban las comunicaciones.


Metodología de monitoreo
El director del SHOA, capitán de navío Patricio Carrasco, explicó que la premura en la entrega de información por parte de la entidad para alertar un maremoto dependerá de la rapidez con la que reciba desde otros servicios la información sobre hora, lugar, magnitud y profundidad del sismo. Estos datos los proporcionan el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile y los sistemas de Estados Unidos y de Alaska.

"Esa información llega a una de nuestras estaciones, se grafica de inmediato en un mapa, mientras que en otra estación se recibe la información del sistema Tremors (Tsunami Risk Evaluation through seismic Moment from a Real-time System), que determina la cantidad de energía liberada. Todo debiera demorar entre 10 a 15 minutos", comentó.

"Con ambas informaciones, el jefe de servicio (que ahora es un capitán de fragata o corbeta especialista y no un teniente) determina si hay posibilidades de un tsunami y si hay alarma o no", indicó.

La información pasa a una consola de comunicaciones que transmite en primer lugar por VHF a la Onemi. Si ese equipo llega a fallar, hay otro equipo de VHF, uno de HF y dos equipos de comunicación satelital.

Emitida la alerta, otras estaciones monitorean el comportamiento del mar con información que entregan los mareógrafos ubicados a lo largo de la costa.

Frente a un eventual corte de energía, el SHOA cuenta con baterías y dos generadores de electricidad como respaldo.


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