lunes, 17 de mayo de 2010

UN GOBIERNO PARA LA GENTE





CRISTIÁN LARROULET V.
Ministro Secretario General de la Presidencia

Han pasado poco más de dos meses desde que una nueva coalición política, encabezada por el Presidente Sebastián Piñera, asumió el Gobierno de Chile a consecuencia de la decisión mayoritaria de la ciudadanía. Y en ese breve lapso se ha ido asomando con creciente nitidez la dimensión de los cambios que se propone introducir en la conducción del Estado. Se trata de hacer un Gobierno para la gente; uno que actúe con eficiencia y sentido de urgencia, que libere -en vez de inhibir- la capacidad creativa de las personas, grupos y organizaciones que conforman la sociedad civil y que deje de ese modo al país en condiciones de alcanzar el desarrollo hacia el final de la década.

Todos los gobiernos llegan al poder con buenas intenciones. El actual ha mostrado en estos 60 días también la capacidad de hacerlas realidad. Así se aprecia, por de pronto, en el modo como se han enfrentado las consecuencias de la catástrofe natural más destructiva de nuestra historia. Veamos algunos datos. En 45 días se habilitaron los espacios necesarios para que un millón 250 mil alumnos, cuyos colegios resultaron dañados, pudieran recibir educación escolar; casi el doble de los alumnos que se incorporaron al sistema escolar entre 1990 y 2008.

Por otra parte, se han habilitado dos mil camas hospitalarias en la red pública de salud, que equivale al 65% de todas las que añadió el Estado en la última década, y a fin de año se habrán recuperado por completo las camas del sector público destruidas por el terremoto. A la fecha, hemos levantado junto a Un Techo para Chile más de 37 mil viviendas de emergencia, que corresponden al 82% de las 45 mil que nos propusimos instalar no más allá del 11 de junio. Adicionalmente entregaremos un bono de 100 mil pesos a cada una de las familias que las ocupan, para que puedan mejorar su aislación y habitabilidad. Sumados la vivienda y el bono, cada una de ellas recibirá una ayuda equivalente a 17 Bonos Marzo.

La misma impronta puede verse también en otros ámbitos. Es el caso de la producción legislativa. Durante las primeras ocho semanas de gobierno, hemos enviado hasta ahora 13 proyectos de ley al Congreso Nacional y hemos conseguido, en colaboración con los diputados y senadores, la aprobación de cinco de ellos. Transcurrido el mismo lapso desde su inicio, ninguno de los últimos tres gobiernos había presentado o aprobado tantos proyectos de ley.

Algo parecido ha ocurrido también, contrario a lo sugerido por algunos, con los nombramientos de autoridades y altos funcionarios de gobierno. Han sido designadas más de mil personas, con un alto nivel de preparación, y con la máxima celeridad posible dadas las circunstancias. Así por ejemplo, en los primeros 50 días se ha nombrado al 97% de los secretarios regionales ministeriales, mientras que en el gobierno de Patricio Aylwin, la última vez que se produjo una efectiva alternancia en el poder, dichos nombramientos alcanzaban a sólo el 66% en el mismo período.

El modo como se ha enfrentado la emergencia posterior al terremoto de febrero y la forma en que se ha diseñado la reconstrucción dan también claras señales del nuevo sentido que queremos imprimirle al Gobierno. Hemos incorporado a la sociedad civil de diversas maneras a estas tareas, desde el esfuerzo personal de los propios afectados, que reconstruyen sus casas con los dineros o materiales que el Gobierno ha puesto a su alcance, a las donaciones de particulares, el aporte de organizaciones privadas sin fines de lucro y el espíritu emprendedor de personas y empresas.

Pero éste no será sólo el Gobierno de la reconstrucción. El terremoto, al desnudar las falencias del aparato estatal, dejó en evidencia la urgente necesidad de reformarlo como estaba previsto en nuestro programa, sin lo cual, por lo demás, sería imposible llevar adelante esa reconstrucción como los chilenos desean. No se trata de tener más Estado, sino que de tener un mejor Estado. Por ello, al mismo tiempo que nos ocupamos de esta tarea, impulsaremos la transición al desarrollo. En otras palabras, nos esforzaremos por diseñar y aplicar con rigurosidad y sentido de urgencia, políticas públicas que ayuden decisivamente a que, en un contexto de valoración de la vida, seguridad y respeto por la libertad individual y los derechos humanos, las personas consigan progresar fruto de su propio esfuerzo y capacidades. Es decir, un Gobierno y un Estado para la gente.

Posteado por:
Roberto Finat Díaz
17/05/2010 09:26
[ N° 3 ]

Muy raro esto de "la gente".
Los militares oprimidos no deben ser considerados "gente", los que los apoyamos probablemente tampoco.
Pérez de Arce llama a este gobierno, "el IV presidente DC", muy raro encontrar al señor Larroulet en él. O nos engaña hoy o nos engañó por años a los que lo creímos de otra línea política.
¿Más o menos para qué "gente", señor Larroulet, ¿para algunos "Elegidos"? de ser así por favor infórmenos quiénes son hoy nuestros señores de horca y cuchillo, al menos conocer a nuestros opresores, por cultura general que más no fuera.

No hay comentarios: