Nada más grave
La más grave acusación que se haya hecho
en veinte años desde que fuera restaurada la
democracia en Chile por el Gobierno del
Presidente Pinochet, ha sido formulada este
domingo recién pasado.
Textualmente, los tres ex funcionarios de
la PDI entrevistados por El Mercurio han
declarado que, respecto del asesinato de Jaime
Guzmán el 1º de abril de 1991, "Schilling sí lo
sabía y podemos acreditarlo judicialmente." Para
validar su terrible afirmación, agregan que las
pruebas las entregarán al juez de la causa
durante la semana en curso.
Pues bien, el mismo día que uno de ellos,
Jorge Barraza, declaraba ante el ministro Mario
Carroza, el diputado PS Schilling afirmaba que no
tuvo aviso previo del crimen contra el senador de
la UDI y que, respecto de las declaraciones de
los ex detectives, "no me cabe duda de que
constituyen injurias y calumnias, que en su
momento se verán en los tribunales".
¿En su momento? Hoy mismo, sr. diputado,
si usted está en posesión de la verdad, porque
usted ha sido objeto de una acusación que lo
compromete por completo: como persona, como
ciudadano, como ex funcionario del gobierno
Aylwin, como actual diputado.
¿Admitiría el sr. Schilling la
posibilidad de que una acusación análoga respecto
de un diputado de la UDI pudiese ser diferida
para un "más adelante" prudencial? ¿No estaría
todo el aparato de su partido funando ya al
imputado para que aclarase los dichos ajenos por
vía judicial, incluso desvinculándose de su fuero?
Pero hay otras responsabilidades también. Son las del silencio.
Porque, ¿quién de entre los más cercanos
a Jaime Guzmán ha salido a pedir, con respeto
pero con energía, que Schilling aclare su
situación pronto y a fondo? ¿Quién?
La palabra más que serena, profunda, de
Rosario, la hermana de Jaime, lo ha sugerido
sutilmente: hay "amigos que hoy lo desconocen".
Gonzalo Rojas Sánchez
miércoles, 15 de septiembre de 2010
NADA MAS GRAVE
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