domingo, 31 de octubre de 2010

EQUIVOCADA ACTITUD PRESIDENCIAL




No hay duda, después de los veinte años de despilfarro estatal de la concertación, cualquier cosa que el Presidente Piñera haga se ve bien. Esto en parte por la innata capacidad del mandatario, pero también en un porcentaje (aunque bajo), por el dicho popular: “toda escoba nueva barre bien”.



El Presidente Piñera sí, se asesora demasiado en tecnócratas de encuesta en mano, eso no está mal, todos lo hacen. Pero en su caso particular no lo necesita tanto, él debiera considerar otros factores que está dejando de lado: Primero, su propia capacidad de gestión, envidiada por partidarios y detractores; Segundo, que no debe preocuparse (al menos a estas alturas de su gobierno), de lo que diga la oposición, aun envuelta en la más vergonzosa corrupción y desvergüenza vista en Chile, algo aun muy oculto; Tercero, que sí debe preocuparse de todos los chilenos, en especial de la mayoría ciudadana que confió en él y le dio el voto; y Cuarto, que debe cumplir a toda costa sus promesas de campaña, si no lo hace, pierde toda credibilidad.



El descuido de estos cuatro puntos, significará a mediano plazo la perdida de adherentes y el fortalecimiento de sus detractores.



El viaje a Europa del Presidente (sin contar el exagerado uso del caso “mineros”), se caracterizó por dos frases absolutamente inadecuadas del mandatario: “Chile será recordado y reconocido no por Pinochet, sino como ejemplo de unidad, liderazgo, coraje, fe y éxito” y “Chile reconoce y agradece los logros sociales de la Presidente Bachelet”.



Cualquiera que escucha lo anterior podría decir que Chile vive un quinto gobierno de la concertación. Esa equivocada actitud presidencial no conduce a nada bueno. ¿Para quién gobierna el Presidente?, ¿Para todos los chilenos o exclusivamente para sus opositores?



Un buen estadista se debe a las futuras generaciones y no a mezquindades políticas de momento. Y lo principal, un buen estadista no evade la verdad, al contrario hace de ella su mejor aliada.



Y en Chile la verdad es tan evidente que rehuirla desmerece todo lo bueno que el Presidente ha sabido mostrar.



La verdad es que el "Chile ejemplo" que el Presidente orgulloso mostraba en Europa no lo construyó político alguno de nuestra historia y menos la concertación, ese Chile lo construyó el Gobierno Militar y particularmente el Presidente Pinochet. Y la verdad es que Chile no tiene nada que agradecer a la señora Bachelet, sus “logros” sociales solo fueron “pan para hoy y hambre para mañana”, la plata (o los bonos), se desvanecen en los bolsillos, la gente necesita estabilidad, trabajo; y eso Bachelet se lo negó a su pueblo, sino, no habría entregado su gobierno con casi un millón y medio de cesantes.



Por lo tanto el Presidente Piñera debiera acomodar sus dichos a la verdad chilena, especialmente cuando se encuentra en el extranjero.



Cuando se acerca el final del año del Bicentenario sería bueno que el Presidente retomara todo lo que prometió en su campaña, es cierto que el terremoto y el caso “mineros” lo sacaron un tanto de lo planificado, pero él ha dado sobradas muestras de capacidad para retomar el rumbo y cumplir lo prometido.



Chile necesita conocer la verdad del desfalco heredado por la concertación y que la justicia actúe efectivamente en eso. Chile necesita que se ponga un definitivo freno a la delincuencia, que se termine el vicio de la “puerta giratoria” y que se restituya poder a las fuerzas policiales. Chile necesita con urgencia que se cumpla la prometida ¡Igualdad para todos ante la Ley y la Justicia!, no es bueno que quienes actuaron subversivamente y al margen de la ley, tengan derechos que se niegan a los servidores públicos que precisamente, tuvieron que actuar en defensa de Chile y de nuestra legalidad; no es posible que a casi cuarenta años de ocurridos los hechos, el Estado y la ley continúen amparando acciones nacidas del odio y de la venganza.



La concertación no solo entregó un país corroído por la corrupción y el robo, también entregó un pueblo tristemente polarizado entre dos bandos (convenientemente para ellos), irreconciliables. Si el electorado se inclinó hacia la opción del Presidente Piñera, fue justamente porque su propuesta hablaba de seguridad, honestidad y unión entre los chilenos. Y eso estamos esperando.



Alejandro Russell O’Kuinghttonss




No hay comentarios: