domingo, 31 de octubre de 2010

SRES. PARLAMENTARIOS


DE CHILE INFORMA Nº 544



Escribe don ARTURO HIDALGO, PROF. DE HISTORIA Y
GEOGRAFÍA



Haciendo uso de mi derecho a petición, comparto con cada
uno de Uds., la fotografía que corresponde al Capitán de
Carabineros Sr. Guillermo Cofré Silva, 65 años, quien padece
de un cáncer terminal que lo tiene postrado en cama.




Él es uno de los uniformados encarcelado en el Penal de Punta
Peuco y se le ha denegado la posibilidad de cumplir en su
domicilio, junto a su familia residente en La Serena, el resto de
su condena.



Hasta donde entiendo debido a que "se le considera un peligro
para la sociedad".
Actualmente el Capitán (R) Cofré requiere de la ayuda de
terceros para satisfacer sus necesidades básicas y de aseo
personal. Será posible que bajo estas condiciones aún se le
considere un peligro para la sociedad?
Lo planteo y pregunto H. parlamentarios pues es sabido, sin
ser situaciones comparables, (tal como se señala en
http://ciperchile.cl/2010/10/07/la-vida-en-europa-de-los-presoscondenados-
a-extranamiento-por-delitos-terroristas/)
que a terroristas como Jorge Escobar, el año 2009, se le
concedieron beneficios "humanitarios", luego entonces queda
en evidencia que "no es la misma vara con que unos y otros
están siendo medidos."
Más aún, hace muy pocas semanas, el Brigadier (R) C. Willeke,
también recluido en Punta Peuco, tuvo que lamentar el
fallecimiento de su Sra. esposa. Sin embargo, a él le fueron
negados derechos que incluso reglamentariamente le
correspondían, trato que dista muchísimo de aquel otorgado a
los cientos de terroristas que hoy pululan por las calles del
país y el extranjero.
¿Será posible que alguno de Uds., que representan el sentir de
quienes apoyamos la gesta del 11 de Septiembre de 1973 y al
Gobierno Militar, pueda velar por los derechos de cada uno de
estos hombres, de hacerse cargo de las injusticias e
incomprensiones de que son objeto, de contribuir a la
definitiva paz social que Chile necesita y reclama?
Crecí junto a muchos de Uds., hoy parlamentarios, ministros y
subsecretarios, participando en las actividades de la Feuc, de
la entonces Secretaría de la Juventud en calle Villavicencio, en
el Frente Juvenil de Unidad Nacional y en la Fecech, en cada
una de estas instancias escuchando sus arengas, leyendo
sendas Declaraciones de Principios, fortaleciendo la unidad y
el espíritu como ocurrió en los campamentos de Lampa o
Panguipulli, analizando la contingencia en seminarios como los
realizados en la localidad de Padre Hurtado.
Con seguridad a varios de Uds., todo esto les resultará más
que conocido o muy cercano. Por ello es que me siento con el
derecho a solicitarles vuestra ayuda para los militares tan
injustamente encarcelados.
Sí fuimos los civiles, y no otros quienes empujamos a los
militares al área política, fuimos los civiles los incapaces de
solucionar los problemas que derivó en el advenimiento del
socialismo con Salvador Allende. Sin embargo, hoy son los
uniformados los que pagan.

No hay comentarios: