sábado, 15 de enero de 2011

CAMBIO DE GABINETE



Mandatario busca abrir nueva fase con brusco giro en su diseño original en La Moneda:
Piñera fortalece rol de partidos en su gobierno y suma a figuras históricas de la Alianza al gabinete

Salida de Jaime Ravinet de Defensa precipitó la remoción de los titulares de Energía, Trabajo y Transportes. Jefe de Estado convocó a los senadores Andrés Allamand y Evelyn Matthei para fortalecer perfil político de su equipo.

EQUIPO DE POLÍTICA
El Mercurio

Mañana a las 19:30 horas el Presidente Sebastián Piñera encabezará, en el Salón Montt Varas de La Moneda, una ceremonia de presentación de los tres nuevos secretarios de Estado, además del primer biministro del gabinete, designados ayer.

Así, el Mandatario busca destacar, en la víspera del primer aniversario de su triunfo presidencial, el giro más sorpresivo y profundo de su gobierno.

La cita -de la que sólo fue excluido el ex ministro Jaime Ravinet- contempla la única intervención de Piñera, quien anunciará el inicio de una nueva fase de su administración.

Hasta allí llegarán los senadores Andrés Allamand (RN) y Evelyn Matthei (UDI), quienes asumirán los ministerios de Defensa y Trabajo, respectivamente, además del titular de Minería, Laurence Golborne, quien también comenzará a desempeñarse en la cartera de Energía.

Aún en la incógnita quedó ayer el futuro ministro de Transportes, el que -según la vocera Ena von Baer- será nombrado en los próximos días. El juramento formal de los incorporados secretarios de Estado se realizará a mediados de semana.

El nuevo grupo reemplazará en sus cargos a los hoy ex titulares de Defensa, Jaime Ravinet; Trabajo, Camila Merino; Energía, Ricardo Raineri, y Transportes, Felipe Morandé.

Estos últimos recibieron, durante la tarde de ayer, un llamado del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien les comunicó que el Presidente les solicitaba dejar su cargo a disposición.

Minutos después el propio Piñera -que se encontraba en la Región de Los Ríos- los contactó para agradecerles la colaboración en su gobierno.

Con la excepción de Ravinet, a quien Piñera le había pedido la renuncia la tarde del miércoles y contaba con una amplia trayectoria política, los ministros salientes provenían del mundo privado y no habían desempeñado antes cargos públicos.

Poder para los partidos

La residencia que Piñera mantiene en el lago Ranco fue el centro de operaciones desde donde se digitó la sorpresiva reestructuración ministerial de ayer.

Durante la mañana el Jefe de Estado evaluó las distintas alternativas de remoción, apremiado por la abrupta salida de Ravinet de la cartera de Defensa.

Altas fuentes de Palacio reconocieron que desde hace semanas que Piñera junto a sus colaboradores más cercanos -que además de Hinzpeter, incluye a la jefa de asesores del segundo piso, María Luisa Brahm- llevaba a cabo una exhaustiva evaluación de su equipo de gobierno.

La idea era que el consejo de gabinete convocado para el 21 de enero en Cerro Castillo marcara un punto de inflexión en su administración. En esa oportunidad, cada secretario de Estado debe dar cuenta del cumplimiento de las metas impuestas por el Mandatario para su primer año de gobierno y exponer sobre sus desafíos futuros.

En el oficialismo se daba por descontado que tras la cita Piñera abriría la temporada de ajustes en su gabinete.

Las últimas crisis que enfrentó el Gobierno -entre ellas la desatada por el anuncio del alza del gas en Magallanes- y la intempestiva remoción de Ravinet terminaron por convencer a Piñera de cambiar sus planes. No sólo adelantó el tiempo mismo del ajuste: además, cambió el diseño político de su gobierno.

En La Moneda reconocen que en su debut el Jefe de Estado priorizó los perfiles técnicos de sus ministros, lo que le valió iniciales desencuentros con altos dirigentes de la Alianza, como Andrés Allamand y Pablo Longueira, quienes quedaron marginados del equipo pese a haber reconocido sus aspiraciones ministeriales.

Las últimas crisis, sin embargo, especialmente la desatada por el alza del gas en Magallanes y los recurrentes errores "no forzados" de algunos secretarios de Estado, terminaron por ampliar estas críticas a las directivas de los partidos, las que públicamente comenzaron a demandar mayor coordinación política.

El propio Piñera -señalaron en su entorno- venía intercambiando en privado impresiones respecto a la necesidad de mayor experiencia política en su equipo. Especialmente en el Ministerio del Trabajo, foco de una de las reformas que La Moneda pretende implementar este año.

El Mandatario optó, entonces, por pedirles a los senadores Allamand y Matthei que abandonen el Congreso.

Una hora antes de hacerse efectivo el anuncio de las nuevas incorporaciones, Piñera comunicó de los cambios a los presidentes de la UDI, Juan Antonio Coloma, y de RN, Carlos Larraín.

La reestructuración fue valorada en ambos partidos de la Alianza y en las filas oficialistas fue interpretada como un aumento de la influencia de las colectividades en el gobierno.

"Las figuras que se han reclutado son buenas y algunas más que buenas", dijo el jefe de RN, quien agregó que "el Gobierno aumenta su potencia".

"Creo que la resolución que tomó el Presidente nos escucha. Dijimos que teníamos un gabinete con una alta excelencia técnica, con gran capacidad profesional, pero no tenía una mirada política, no había una conducción política, no había un liderazgo político. Y creo que se incorporan dos figuras que van a traer esa mirada política que tanto se hace necesario en este gabinete", remató el secretario general de la UDI, Víctor Pérez.

En tanto, en la Concertación, si bien se coincidió en destacar la trayectoria política de los nuevos secretarios de Estado, se resaltó que Piñera no pudo mantener su diseño de un gabinete eminentemente técnico. "Allamand y Matthei serán buenos ministros. No funcionó la tecnocracia", afirmó el senador PS Fulvio Rossi.



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