sábado, 8 de enero de 2011

EL PRECIO DEL DÓLAR



DEL BLOGS DE HERMÓGENES

La mayor parte de mi no corta existencia la viví presenciando el drama chileno de la "escasez de divisas". Siempre lo que faltaba era moneda extranjera, simbolizada por el dólar. El principal problema económico derivaba del alza del dólar, que era lo mismo que decir "la desvalorización del peso" (o del escudo, en su momento). Era un mundo en que la inflación norteamericana era poco más de cero, el presupuesto norteamericano generalmente estaba equilibrado y el saldo del comercio externo de los EE. UU. no le importaba a nadie, porque era (y es) una fracción muy pequeña de la economía de ese país. En esos tiempos las inflaciones chilenas eran muy altas, los déficit (hasta 1977 el Diccionario de la Real Academia sostenía que la palabra "déficit" no tenía plural; en la última edición ya no aparece esa regla) del presupuesto chileno eran enormes y se suplían imprimiendo billetes. Entonces había siempre muchos pesos y pocos dólares, de modo que el precio de éste incesantemente subía, pero nunca lo suficiente como para llegar a algún equilibrio.
Entonces sucedió algo que está casi prohibido decir, a estas alturas, con "Museo de la Memoria", sucesivos Presidentes del "no" (incluido el actual, por cierto) y lavado de cerebros incluido: vino un gobierno que arregló el país, "le cambió el chip" y, algunos tropiezos mediante, disminuyó la inflación, terminó con la impresión desmedida de billetes, pues equilibró el presupuesto; trató de que el precio del dólar reflejara las fuerzas del mercado y generó sucesivos superávits (ya el Diccionaro de la Lengua había cambiado) de comercio exterior. En algún momento a ese gobierno milagroso "se le pasó el caballo" y quiso dolarizar la economía, estableciendo un tipo de cambio fijo, pero ése es otro tema, aunque, como veremos, no del todo.
Entonces, desde que se le "cambió el chip" al país, Chile es como era EE. UU.: tiene presupuesto equilibrado, no imprime billetes para cubrir el déficit público, tiene comercio externo favorable y goza de todo el crédito exterior que quiera, tanto que ya no lo necesita, pues es (increíble para los de mi generación) ¡acreedor neto del resto del mundo! Que el dólar pierda valor frente al peso es, entonces, natural. Nótese que al dólar no le sucede lo mismo frente al euro, porque en Europa también han tenido que ir al rescate de los quebrados imprimiendo miles de millones de euros.
La realidad es que el peso es un activo mucho mejor que el dólar y el euro y por eso vale más. Todo vale más en relación al dólar y por eso suben también los commodities, entre ellos el cobre, no tanto por la respectiva oferta y demanda, sino porque el dólar vale menos.
¿Está bien que el Banco Central salga al rescate del dólar? Sí, porque lo hizo cuando ya había caído demasiado y la continuación de la caída habría comenzado a dejar muertos en el camino. ¿Será mal negocio para el Banco Central aumentar sus reservas? No lo sabemos. Desde luego, para comprar dólares y sostener el tipo de cambio, tiene que imprimir pesos con los cuales comprar esos dólares. Eso hace que, relativamente, aumente la oferta de pesos (lo que disminuirá su precio) y aumente también la demanda de dólares (lo que aumentará su precio). Entre medio quedan heridos en el camino, pero no muertos; va a haber más inflación interna, porque suben los combustibles y muchas otras cosas, desde la ropa usada importada hasta los autos y se están imprimiendo más pesos. Es que el almuerzo gratis no existe. En resumen, hemos evitado dejar muertos en el camino, pero han quedado heridos.
Entretanto, EE. UU. está ordenando su mochila. Se está empezando a recoger parte de la hemorragia de dólares que emitieron. Hay bancos salvados de la quiebra que ya le están devolviendo plata a la Reserva Federal. La industria automovilística, virtualmente estatizada para superar las quiebras, está volviendo a acercarse al "break-even". EE. UU. está volviendo a ser EE. UU. Entonces, el dólar se va a volver a afirmar y probablemente nuestro Banco Central no termine haciendo tan mal negocio.
Y yo termino estas reflexiones recordando al padre de un amigo mío que siempre, frente a las crisis cambiarias, pronosticaba: "el dólar va a bajar". Se murió sin ver una sola oportunidad en que eso sucediera. Bueno, ahora está sucediendo y si no hubiera sido por la intervención del Central, habría seguido sucediendo, pues durante bastante tiempo futuro parece que el peso seguirá siendo mejor "depósito de valor" que el dólar.
Y así estamos dejando atrás otra de las crisis cambiarias de ahora, que son el polo absolutamente opuesto de las de antes, tan tradicionales y que no desaparecieron hasta que un gobierno hoy innombrable le cambió el chip al país.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

No hay comentarios: