Entre la difamación y la injusticia
Autor: Javier Bazán
Web: http://simposiolibertario.blogspot.com/
En un principio tenía pensado escribir otro post a raíz de una columna que apareció en ‘La Tercera’ y del reconocimiento que le hizo el Museo de la Memoria a la editorial Lom. Por el momento lo dejaré para después, porque entre los militares que salieron en libertad condicional, está un suboficial de carabineros, cuya historia conté el 2007, esto es, hace tres años. ‘El Mercurio de Santiago’ titulo en su portada: “Corte concede libertad condicional a seis militares (r) condenados por violaciones a los DD.HH ”.
La historia de este suboficial no tiene nada que envidiarles a los carabineros que se enfrentaron al terrorismo, como en el ataque al retén Los Queñes y la muerte de los hermanos Vergara del Mir. Nótese que hablo de ataque. Los terroristas atacaron y algunos salieron muertos. Pero los carabineros que estaban haciendo guardia son los criminales. Lo mismo de los hermanos Vergara que dieron origen al ‘Día del Combatiente’. Matan civiles y militares, el carabinero que resultó herido es, pues, ‘el violador de los derechos humanos’. La moral invertida y el teatro del absurdo.
Conté, en efecto, la historia del suboficial de carabineros Primitivo Castro , pues al leerla en el blog de Bernardita Huerta y en el sitio movimiento 10 de septiembre que tenía antes y que ahora no está, me provocó rabia e indignación. Naturalmente, los medios no esmeraron en contar la contraparte del militar. La historia nos lleva a 1974. Esta vez, citaré partes del texto que escribió el cabo, y que fue publicado en los blogs mencionados: “Al 22 de Junio de 1974, tenia el grado de cabo 2º de Carabineros,y a las 21,30 horas de ese dia, me encontraba de uniforme en servicio en la vía pública, en calle 1 Sur esquina 11 Oriente de Talca, en una caseta que allí había, junto al carabinero-alumno Eleazar San Martín Mella; en esa situación vi a una persona que venía por l Sur al Oriente, caminando por la vereda pero pegado a los locales, con un bolso, de esos que se llamaban “olímpicos” en esa época, me llamó la atención y cuando lo observé a una media cuadra de distancia y él se percató de ese hecho entró a una panadería, desde la que salió minutos después. Le ordené entonces a San Martín que lo trajera para un control atendiendo su actitud y las condiciones de ese tiempo. El hombre se resistió inicialmente a venir a la caseta, pero lo hizo, dejando el bolso en el suelo. allí San Martín inició el cacheo, y cuando lo revisaba en la cintura, me gritó que tenia allí un arma, en ese momento la persona lo golpeó en la cabeza desmayándolo, quedando éste con una lesión en la cabeza y se abalanzo sobre mí, iniciándose una lucha cuerpo a cuerpo donde él quería apoderarse del fusil que yo portaba, logré en la refriega botar el cargador del Sig, mientras de gritaba a San Martín que pidiera ayuda por radio, como era más alto y fuerte que yo logró escapar con el fusil, inicié la persecución y logré alcanzarlo en menos de una cuadra, giró, y equivocadamente pasó bala en el fusil , botando el proyectil de la recamara, por lo que percutó en vacío, se llevó la mano a la cintura en búsqueda de su arma y yo antes le disparé cayendo herido en el pecho, pereciendo allí minutos después”.
Luego, cuenta que llegaron sus superiores y descubrieron que el terrorista llevaba “varios panes tenia 12 cartuchos de dinamita exhudada”. Siguiendo los procedimientos de la Institución, el caso fue llevado a la Fiscalía de Carabineros de Talca. El señor Castro prestó sus declaraciones y la corte lo sobreseyó en 1974. Más aún, la institución lo felicitó.
Sin embargo, “En el año 2004, 30 años después, se inició una causa por estos por querella de los hijos del fallecido, con el patrocinio del abogado Sr. Celedón, basándose en que el informe el Informe de la Corporación de Reparación y Reconciliación dijo que había sido una victima de la violencia política. De alguna manera, salió mi nombre, y fui citado ante el Juez Sr. Bernales, al que le conté lo mismo que relaté antes, pues no tengo nada que ocultar. Estuve detenido unos días al ser procesado, se me designó un abogado de turno, el Sr. Mauricio Oviedo, el que no asumió por razones de conciencia a raíz del tema de la causa, según dijo”.
Ahora bien, los Ministros Biel y Meins, respectivamente, y el abogado integrante Sr. Sanchez, y el fiscal de la Corte, señor Lorca condenó a Primitivo Castro a cinco años y un día, sin beneficio alguno, ya que según los señores jueces y el fiscal se trataría de un delito de lesa humanidad, y por tanto, imprescriptible. Entre paréntesis, a los jueces en el antiguo sistema judicial se les llama ministros. Previamente, la ministra Sra. Venegas lo había absuelto por “haber recaído en esos mismos hechos sentencia firme, a través de un sobreseimiento que tiene fuerza de sentencia absolutoria y además por encontrarse extinguida la responsabilidad penal por prescripción de la acción penal”. Evidentemente, al ex suboficial de carabineros se le violaron los derechos humanos, pues el delito por el que fue condenado, de lesa humanidad, el Estado chileno lo firmó recién el 2009. Y no es retroactivo. Así el cabo de carabineros se convirtió en preso político, porque las leyes no se les aplicaron. Los jueces, desde luego, violaron el artículo Nº7 de la Constitución, que dice: “Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.”
Los abogados que están en la arena política de la Derecha y los que se dan de investigadores en los centros de estudios nunca se han manifestado sobre la injusticia mencionada. A lo más se quedan de brazos cruzados y le han dicho a los militares “arréglense solos”. Por tanto, cuando el senador de Renovación Nacional, Alberto Espina escribe en una carta a raíz de la polémica entorno a monseñor Baeza: “En primer lugar, debo señalar que todos estamos profundamente comprometidos con la existencia en nuestro país de un debido proceso para todas las personas. Especialmente, quienes hemos tenido una activa participación y respaldo a la implementación de un nuevo sistema procesal penal que garantiza plenamente en nuestro país, precisamente, un debido proceso”. Si el señor Espina se ha preocupado del debido proceso, entonces, yo soy Cristo o Buda. Seguramente, están comprometidos con el debido proceso, que son incapaces de defender la Ley de Amnistía en el parlamento. Se me caen las lágrimas al leer la carta del senador. El mismo senador que se negó indultar a los militares, más no ha tenido problemas en dar su voto para indultar a terroristas en el pasado.
Este mismo monseñor que denunció un montaje y que trepida en defender a cuanto terrorista y violentista, podemos decir también, que él ha participado en los montajes que ha hecho la izquierda contra los militares, ya sea con testigos falsos e imputarles delitos que no son retroactivos.
En algunos medios chilenos más de una vez han denunciado que la justicia condenó a un inocente. Así, el diario electrónico ‘El Mostrador’ de tendencia centro izquierda, denunció que a un soldador de La Pintana lo había acusado de homicidio y violación. Ese diario puso este titular: “Lo acusaron de homicidio, estuvo dos años preso y era inocente”. Los demás medios, con todo, prefieren alienarse al establishment al repetir el coro de la izquierda y comportarse como loro. Por eso, no denuncian las arbitrariedades de la justicia, la abierta prevaricación de los jueces y los grupos de presión. Y siempre repiten que tal o cual militar cometieron delitos de lesa humanidad.
Habría que presentar denuncias al Consejo Nacional de Televisión, porque no le han dado poca cobertura en los canales de la televisión abierta, tal como lo hizo la izquierda, según cuenta la directora del Instituto de los Derechos Humanos.
A los poderes fácticos que se opusieron a que nueve militares no fueran indultados, simplemente hay que mandarlos al infierno, y hay que seguir peleando y perseverando para que estén libres. Nosotros podemos ganar como dice la canción We will Win de la serie animada Robotech:
Still, we must
fight or face defeat.
We must stand tall and not retreat.
With our strength we'll find the might.
There's no fight we can't fight together,
All together,
We can win.
traducción
Sin embargo, debemos
lucha o cara la derrota.
Debemos mantenernos firmes y no retroceder alto.
Con nuestras fuerzas vamos a encontrar la fuerza.
No hay lucha que no podemos luchar juntos,
Todos juntos,
Podemos ganar.
Los ganadores no se rinden, aunque estén en desventajas.
lunes, 9 de mayo de 2011
ENTRE LA INFAMIA Y LA INJUSTICIA
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