lunes, 27 de junio de 2011

CARTA AL PDTE. DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS



Valparaíso, Junio 24

Señor
Presidente de la Cámara de Diputados
Honorable Diputado
Don Patricio Melero Abaroa
Presente


Distinguido Sr. Presidente :


A través de esta misiva deseo hacer llegar a usted, mis impresiones relacionadas con el homenaje rendido por la corporación que usted tan dignamente dirige, con motivo de un aniversario más de la creación de la Marina Mercante Nacional.

En efecto, por relacionarme directamente con la actividad marítima comercial y por ende muy ligada a los integrantes de la Marina Mercante, tales como, prácticos, pilotos y capitanes, fui invitado al citado homenaje por el segundo vicepresidente de la Cámara, el Honorable Diputado Dn. Mario Bertolino Rendic. Es la primera vez que asisto a una sesión de tan distinguido grupo de parlamentarios, sin embargo, a medida que los discursos eran leídos me invadió un sentimiento de frustración y desilusión al ver la nula atención que se prestaba a tal homenaje por parte de la escasa concurrencia en la sala.

Soy un observador habitual del canal de la Cámara y de verdad me interesan los temas que se tratan y discuten, ya que al final, lo que allí se apruebe o desapruebe, para bien o para mal, afecta a todos los chilenos. Por tanto, estoy acostumbrado a las discusiones acaloradas entre sus integrantes y también logro aceptar, aunque sin estar de acuerdo, que cuando un parlamentario defiende su posición frente a una ley en estudio, aquellos diputados del otro bando o del otro sector político pongan nula atención a sus argumentos y a sus ideas. Sin embargo, asunto muy diferente es cuando se rinde homenaje a alguna persona de distinguida trayectoria o a una institución nacional que ha sido gravitante en el desarrollo del país, como lo ha sido, desde todos los ámbitos, nuestra Marina Mercante Nacional.

Como invitado fui ubicado en el segundo nivel de la Cámara junto a una cantidad significativa de capitanes y oficiales de nuestra Marina Mercante, desde allí pude observar que la concurrencia de los parlamentarios no pasaba de un 35 % de los diputados en ejercicio. Sin embargo lo mas agravante de la situación fue la falta de educación de los honorables presentes, en donde la mayoría de ellos, salvo algunos que se podrían contar con los dedos de una mano, se encontraban inmersos en las pantallas de sus computadores, twiteando o conversando entre ellos. Mención aparte dedico a aquellos que entraban y salían de la sala sin importarles al parecer el “homenaje” que se estaba desarrollando en su interior. Todo esta desafortunada escena ocurría mientras se recorrían las paginas de nuestra historia marítima de boca de los dos honorables encargados de leer los discursos.

Esta experiencia me permite hacer dos reflexiones. La primera es que actuaciones como la descrita contribuyen de verdad al desprestigio de nuestras instituciones políticas. Nadie de los que nos encontrábamos allí abandonamos el Congreso con una sensación de orgullo por lo que presenciamos, por el contrario, se siente una tendencia a subirse al carro de aquellos que hablan mal día a día de una profesión digna e importante para la institucionalidad como es la labor que ustedes desarrollan. Con todo respeto creo que la “política” de verdad la practican ustedes y que en virtud de esa misión fundamental quienes integran esa corporación debieran preocuparse de no desprestigiarla gratuitamente.

La segunda reflexión es el fondo del homenaje, la importancia de nuestra Marina Mercante tan mencionada en los discursos que escucharemos estos días en distintas instancias, pareciera de pronto que no es mas que eso, un discurso, el interés verdadero en nuestro desarrollo marítimo en nuestra marina mercante y finalmente en nuestro mar se desvanece en el intelecto de mucha gente, especialmente de quienes debieran abogar por el engrandecimiento de esta actividad. El poco respeto a los navieros, a los oficiales y tripulantes de nuestras naves y a los integrantes de la Armada presentes es un signo de aquello, la actitud debida no era otra que escuchar, virtud cada vez mas difícil entre los parlamentarios, guardar silencio, cerrar los computadores, calmar los dedos “twitidores” y demostrar algo de consideración con los invitados.

Finalmente no puedo dejar de recordar que la falta de respeto y consideración por el prójimo sobre todo cuando este es autoridad, actitud ya normal entre nuestros conciudadanos, se hizo presente en la solemne ceremonia del día 21 de Mayo pasado en que un grupo de sus colegas diputados sacaron a relucir pancartas en medio del discurso presidencial sin respetar la investidura de quién cumplía con el deber constitucional de dirigirse al país, ni respetar por cierto la fecha solemne que se celebraba. Prat, los héroes de Iquique, la Armada y por sobre todo la bandera en franjas investida en la persona de Su Excelencia, no significaron nada ante la actitud grotesca e irrespetuosa de esos honorables. Lo del homenaje que he comentado es consecuente con lo anterior y es una muestra más de la falta de educación y urbanismo que carcome nuestra sociedad en los distintos ámbitos de nuestra vida nacional.


Se despide agradecido por su atención,

Tomás Schlack C.
Capitán de Navío ( R )






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