sábado, 1 de octubre de 2011

Plan de seguridad de la UNASUR



Por Jorge D’Amario Cané* para el Informador Público

La idea es avanzar.

UNASUR avanza cada vez más sobre todos los aspectos que involucran a la vida y la acción de cada país asociado.

Se comenzó por aglutinar en su seno a la mayor cantidad de países americanos a los fines de lograr uniformidad de criterios en relación, entre otros aspectos, con la problemática americana ante el mundo, su rol y participación internacional y la dura crisis que azota al mundo.

El concepto es clásico: si a las grandes potencias la crisis los está afectando con crudeza, qué puede llegarles a ocurrir a los países americanos que son grandes productores de alimentos necesarios para el mundo pero administran mal sus negocios.

Entonces, unirse en todos los sentidos, en derredor de una organización fuerte, no es equivocado.

Se establecieron disposiciones, entre otros aspectos, en las áreas sociales, productivas y políticas inherentes, estas, al control de la vida democrática e institucional de países afiliados. El grupo no aceptaría el quiebre de la democracia en ningún país asociado.

Cabe preguntarse, entonces, qué harían los socios si ello ocurriera en uno de los países miembros. La intervención de la UNASUR, ¿por dónde pasaría?

A partir de esta hipótesis, se creó, dentro del organismo, el Consejo de Defensa Suramericano.

Si la presencia de la UNASUR en las conflagraciones violentas fuera militar, cabe preguntarse con qué ejércitos lo haría.

Es indiscutible que el poder financiero y militar de cada país de la UNASUR, es disímil, como lo es en todo Bloque: Unión Europea, Mercosur, OEA, etc.

Siempre existen socios “ricos” y “socios” pobres; socios grandes y socios chicos. Desde luego, no es igual, numéricamente hablando, el ejército de Brasil con el de Bolivia. Los dos integran la UNASUR, ambos tienen voz y voto con abstracción de su poder económico y militar.

Pero, al momento de medir fuerzas en el ámbito militar, Brasil tiene 314.700 soldados según datos de 2009, en cambio Bolivia tiene 33.500 soldados. El presupuesto militar de Brasil es de 35.500.000 dólares sólo en vehículos artillados, sin contar los presupuestos en aviones, tanques y otros pertrechos más el presupuesto para realizar ajustes salariales a su soldadesca.

Si la unión hace la fuerza, evidentemente la UNASUR aportaría una respetable tropa de la cual sobresaldrían Brasil, Perú y Chile.

Los países de Centro América y Sudamérica, destinan la mayor parte del presupuesto militar, a pagar los sueldos de sus efectivos, invirtiendo en armamento, sólo la tercera parte de esos dineros. Y ahí radica la cuestión.

Esta situación, la vemos reflejada en todos y cada uno de los países miembros de la UNASUR, donde los gastos militares han ido in crescendo en los últimos tiempos al ritmo de una inflación colectiva que ennegrece el futuro económico y financiero de la región.

Los países más gastadores de América Latina son Brasil, Chile, Colombia y Perú.

Los miembros de la Fuerzas Armadas, se llevan, en sueldos, entre el 50 y el 70% del presupuesto militar anual correspondiente a las fuerzas.

Aunque muchos de nuestros lectores no lo crean, la Argentina, por ejemplo, incrementó su presupuesto militar durante el año 2010, principalmente en ajustes salariales del personal uniformado, porque las adquisiciones de armas, fueron mínimas. Tan poco adquirió la Argentina en armamento, que, los entendidos en materia militar, sostienen que nuestro país debe apurarse en actualizar sus pertrechos porque, en poco tiempo más, la existencia actual, se transformará en chatarra por inservible y obsoleta.

El Ministerio de Defensa argentino, ha manifestado -por ahora es sólo eso- que en los años próximos se destinarán más fondos para actualizar la maquinaria militar. No sabemos cuántos son los “años próximos”. Tampoco hay actualización del personal militar argentino, en materia de lucha y estrategia de combate.

Lo cierto es que, este miembro de UNASUR, sólo ha destinado a las fuerzas armadas, el 6,6% en carácter de inversión, de los cuáles casi el 4,5% estuvo destinado a ajustar los sueldos de los militares.

Según nuestras fuentes, América Latina aumentó su inversión militar, en términos reales, el 5,8%; África el 5,2%; América del Norte el 2,8%; Medio Oriente (casi constantemente en guerra) el 2,5% y Asia sólo el 1,4%. (1)

Por su parte Europa, cuyas grandes potencias intervienen en cuanto conflicto armado se produzca en cualquier lugar del mundo, unidos a EEUU o a la OTAN (que es lo mismo), ha “reducido” su inversión militar en un 2,8 por ciento entre 2009 y 2010.

A la luz de estos análisis y los datos generales del resto del mundo podemos leer claramente las diferencias y a qué situación nos enfrentamos:


GASTO MUNDIAL EN DEFENSA (en porcentajes) (2)
China: 3,5% / Francia: 4,5% / UNASUR: 2,9% / Canadá: 1,4% / India: 2,1% / EE UU: 40,7% / Reino Unido: 4,7% / España: 1,3% / Japón: 3,3% / Alemania: 3,1% / Rusia: 2,5% / Resto del mundo; 30%.

Hoy, podemos decir que la UNASUR, si quisiera intervenir militarmente ante cualquier conflicto armado fronteras adentro, no tendría ni para empezar, porque el 60% del poder militar del Bloque (2,9%), corresponde a Brasil. El resto, podría ayudar aplaudiendo desde la banquina -incluida la Argentina- para alentar a los únicos que, medianamente, podrían hacer frente a un conflicto armado.

Es una realidad que Chile compró aviones y algunas naves de guerra de última generación, Perú compró aviones al igual que Bolivia. Quién más, quién menos, algunos países están pertrechándose medianamente con nuevas unidades que le brindarán, a cada uno de ellos, un margen de mayor seguridad interior.

Pero, los argentinos, no hemos comprado nada importante, pero, debiéramos tener en cuenta que tenemos un Ejército de utilería, vaciado y abandonado por este Poder Político que sólo se ocupa de otorgar Planes Sociales porque los capitales se marchan del país y el trabajo no abunda.

El glorioso Ejército de San Martín está en ruinas gracias a estos gobernantes que se ocuparon hace 30 años de atacarlo para destruirlo o, por lo menos, arruinarlo, y hoy, vueltos a la luz de una democracia que nunca respetaron, han jurado vengarse.

La UNASUR debe tener un plan para las contingencias, pero no debe descansar en la seguridad de algunos países a los cuáles tener un ejército serio, fuerte, seguro y moderno, no les importa nada.

¿Por qué será que este Gobierno mantiene castigadas a las fuerzas armadas?

La única respuesta que hemos tenido al respecto es que “el miedo no es tonto”.


* Director Periodístico de radiomercosur.com

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1) Datos publicados en el artículo “Se dispara el gasto militar” - Por Thalif Deen en IPS.

2) Publicado por la Revista “Poder Militar”, transcribiendo un estudio del Centro de Estudios Nueva Mayoría con el título de “Balance Militar de América del Sur 2008”.
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