martes, 22 de noviembre de 2011

LOS COBARDES MUESTRAN LA CARA

COMENTARIO:



Como expresa el Sr. Patricio Quilhot Palma en documento adjunto, es momento de que aquellos que están pasivamente observando, tomen la decisión firme de salir a detener esta ideología destructiva, aspiradora, intolerante, violenta, aprovechadora del marxismo leninismo, disfrazado en causas como la del movimiento estudiantil y otras que si bien legítimas, pero son la fachada de este socialismo trasnochado y moribundo hace mucho tiempo, pero que jamás ha aceptado la derrota que se les infringió.

Es la hora de decir basta y es la hora de pasar la cuenta a la derecha traidora que se sirvió del Gobierno Militar para después desconocer y abrigar reverencias a la izquierda por el poder.

Carlos Edo. Gary

Por la Libertad de nuestros

Presos y Procesados Políticos

Militares y Civiles





¡Y se preguntan por que fueron tan repudiados!
Acabamos de ver en las noticias imágenes que nos llevaron de regreso a la época en que las turbas atacaban a los ciudadanos decentes del país, mostrando la misma cobardía de esta tarde, actuando ayer en contra de mujeres, niños y ancianos, para quitarles sus campos, fábricas y negocios, “expropiando” todo lo que oliera a progreso y desarrollo, en un país miserable y carente de oportunidades. Hoy hemos sido testigos del regreso de las hordas marxistas de ayer, mostrando su identidad de violentos resentidos sociales, incapaces de ocultar su satisfacción mientras agredían en masa a un pobre anciano, golpeándolo sin piedad hasta dejarlo semidesnudo, sólo por atreverse a asistir a una actividad privada, en homenaje a un militar, preso político por el totalitarismo socialista.
Esos son los valientes aprovechadores de cuanto beneficio se les ocurra, víctimas autodeclaradas de las más horrendas violaciones de los derechos humanos, surgidas de su prolífera imaginación y alimentadas por el veneno de la venganza de los mismos líderes trasnochados que ya una vez los llevaron a probar la derrota y que hoy parecen querer utilizarlos una vez más para retomar el poder. Esto, aún a costa del riego de ser rechazados una vez más por la sociedad chilena y se les vengan encima las consecuencias más terribles, como ya les ocurrió en el pasado.
Mañana escucharemos a algunos políticos de su sector, atribuyendo la responsabilidad del ataque al anciano a su propia responsabilidad, acusándolo de “provocar” a tranquilos manifestantes que pasaban por el sector. Como de costumbre, amedrentados por la violencia de los marxistas, difícilmente habrá políticos de derecha con el valor necesario para condenar con firmeza los hechos y menos aún el gobierno iniciará acciones legales en contra de los que destruyeron la propiedad y agredieron a personas inocentes, incluido el anciano aquel.
Seguramente, el Ministro del Interior dirá que se trató de un hecho lamentable que no compromete al gobierno, si no a quienes invitaron a la ceremonia, poniendo una vez más la carreta delante de los bueyes y cediendo el espacio que los subversivos requieren para desenvolverse con toda tranquilidad. Ni soñar con que se vaya aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado, aquella con la que los gobernantes se llenan la boca ante cada una de las sesiones de destrucción de la propiedad privada y pública a que nos estamos acostumbrando y que jamás han tenido el valor de poner en efecto.
La violencia mostrada por las organizaciones de derechos humanos y sus brigadas de encapuchados con ocasión del acto de homenaje al Brigadier Krassnoff no hace otra cosa que delatar el inmenso temor levantado en la izquierda ante la sorpresiva aparición de personas con el valor de demostrar que siguen pensando igual que antes y que no han claudicado ante los falsos valores del marxismo y menos frente su disfraz actual de “progresismo”, reconociendo en cambio su apoyo a la actuación de las FF.AA. en el derrocamiento de Allende y su nefasta Unidad Popular. Hoy ha quedado en claro el por qué de las agresivas declaraciones de sus líderes políticos, innegables autores ideológicos de los desmanes de esta tarde en Providencia. La violencia, tradicional recurso de la izquierda, ha salido a flote una vez más, en un intento desesperado por amedrentar a sus opositores, poniéndolos en evidencia ante un país entero y ante los ojos del mundo, a pesar de la soterrada acción de algunos periodistas, declarados seguidores de su trasnochada corriente ideológica, quienes tratarán de encubrir los hechos y manipularlos, tal y como lo han hecho durante los últimos veintidós años.

La ciudadanía no es estúpida y la verdad ─oculta hasta ahora entre los muros de los hogares─ comienza a ver la luz, mostrando que ni siquiera los “nunca más” han conseguido destruir el sentimiento de quienes debieron soportar el desgobierno de la UP y aclamaron a las FF.AA. cuando éstas intervinieron, una vez declarado el Ejecutivo fuera de la Ley, por el Poder Judicial y el Legislativo.
La agresividad incontrolada de los grupos de choque empleados por los marxistas esta tarde no es exactamente una muestra de fuerza, si no por el contrario, demuestra la debilidad creciente que enfrenta el edificio de mentiras que han impuesto por años a los chilenos y cuya solidez creían haber alcanzado en plenitud. La simple “salida del closet” de una parte de la sociedad, para homenajear a uno de nuestros presos políticos ha demostrado el fracaso de su estrategia y augura el derrumbamiento del edificio que comienza a crujir sobre los falsos cimientos en que fue sustentado.
Todo indica que la violencia verbal y física de la izquierda irá en aumento, impulsada por la necesidad de apagar el fuego antes que se transforme en incendio. Sin embargo, el efecto esperable en la comunidad nacional funcionará exactamente al revés de lo que ellos pretenden, provocando la reacción de muchos que se mantenían en la cómoda pasividad del silencio y estimulando en quienes no vivieron los mil días de Allende la curiosidad por conocer la historia oculta de su derrocamiento. Ello hará que muchos jóvenes conozcan de la actuación de sus ministros, de las tomas de fábricas y fundos, de los ataques a mujeres indefensas, de las escuelas de guerrilla del sur, etc. Incluso, es el momento en que se difundan con fuerza las descaradas declaraciones de algunos líderes del MIR y de otras organizaciones políticas acerca del financiamiento y armas recibidas de Gadaffi, entre otros de sus admirados líderes.
La debilidad mostrada por la izquierda con la pérdida de control de esta tarde y la gratuita publicidad concedida por su violento actuar, debieran indicar el momento para que los sectores que los han rechazado desde siempre salgan a defender los derechos por ellos conculcados. Es quizás el momento justo para que un buen equipo de abogados leales y consecuentes con su declarado patriotismo, asuman la noble tarea de perseguir a los responsables de los actos de violencia de esta tarde y de que comiencen a aplicar a los terroristas de ayer la misma vara con la que se ha fustigado a los militares, comenzando a perseguirlos por los delitos cometidos en contra de los derechos humanos de los chilenos, asesinatos, bombas y asaltos incluidos y ─aprovechando la condición de “empresa” dada al MIR─ para perseguir a sus integrantes por el delito de asociación ilícita formada para atentar contra las personas. O sea, devolver la mano con el mismo guante que ha sido empleado para fustigar al mundo militar.
Ante la tensión que este rebrote nacionalista provoca en la izquierda, es dable pensar que el momento de la contraofensiva ha llegado, debiendo agradecer a sus líderes actuales la demostración de fuerza realizada en la tarde de hoy, en la Comuna de Providencia, muestra evidente de su desesperación y de la inevitable reaparición de los nobles sentimientos que en el ayer los sacaron de una patada del sitial de poder al que nunca debieron haber llegado. La Patria no necesita cobardes, por el contrario, la amenaza debe constituir el mejor y mayor incentivo a nuestro valor. Total, nada será peor que lo que ya vivimos.

21 de Noviembre de 2011

Patricio Quilhot Palma

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