Autor: Javier Bazán
Web: http://simposiolibertario.blogspot.com/
“Hace un tiempo que Carlos Peña habla de una "contradicción" entre una derecha liberal y una conservadora, la cual debiera resolverse (Piñera mediante) en favor de la primera. Pero el problema está mal planteado. ¿Por qué habría que suprimir la tensión entre conservadores y liberales? En la Concertación no hubo sólo dos almas. Hubo cuatro: una más reconciliada con el modelo; otra más crítica; una más liberal en temas como el aborto, y otra más conservadora” (Francisco J.Urbina, El Mercurio de Santiago, 2010)
Antes de que se hablara de la ‘Nueva Derecha’ y de que la derecha llegará al poder con el demócrata cristiano, Sebastián Piñera, había dado algunas características en mi blog. Había hablado de la derecha socialista antes de que el actual ministro de Interior, el militante de Renovación Nacional, Rodrigo Hinzpeter dijera en la revista Que Pasa, que la derecha ganó con las banderas de la izquierda. Y naturalmente antes, de que el Gobierno de Piñera fuese denominado el V Gobierno de la Concertación y aplicase políticas socialistas. Antes de que el actual Presidente de la República actuase como un cobarde ante la izquierda, yo había acuñado la expresión la derecha chamberlaina que a igual que el Primer Ministro inglés de la década del 30, creyó tenía la paz, cuando inició una guerra.
Mucho antes que tantos políticos como intelectuales demonizaran a los militares que habían sido asignados a la DINA y la CNI, había acusado al abogado e investigador del think tank liberal Centro Estudios Públicos, Lucas Sierra por participar en la presentación del libro ‘Después de la Quimera’, del ex asesor de Ricardo Lagos, el sociólogo Ernesto Onetto, un ex comunista. Dicho sea de paso, tanto para Sierra como para Onetto los militares eran la Quimera, ese monstruo de la mitología griega: “Finalmente, a la dictadura fue derrotada en las urnas. Así como la quimera monstruo fue derrotada por las flechas que Belerofonte le disparó desde el aire montado en su caballo Pegaso, los votos del NO derribaron a nuestra quimera local.”
Cabe recordar que en la presentación de ese libro, también asistieron los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. Luego vinieron las declaraciones del ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter sobre la CNI, y la columna de Bustamente, quien escribió: “La Dina, La CNI, al igual que la Gestapo, la Securitate o la Stasi, carecen de legitimidad por los mismos fines que buscaban, los cuales se contraponen con los fines mínimos del Estado como tal: resguardar la integridad de los individuos y sus bienes”. Y por último, la novela “La Doble Vida” que sacó el actual director del Centro de Estudios Públicos (CEP), Arturo Fontaine, quien, además, forma parte del directorio del Museo de la Memoria. Su presencia en esa institución, la justifica: “….Las causas no exculpan los posteriores horrores que vulneraron la vida, el cuerpo y la dignidad de tantas personas. El Estado fue entonces victimario” .En una entrevista en Argentina, el abogado y escritor dijo que: “En Chile se respeta mucho su compromiso con los Derechos Humanos”. Traducido, no se respeta el Estado de Derecho, y por tanto, los derechos humanos. Para Fontaine, los militares que combatieron el terrorismo son monstruos: “Entrevisté a una de estas mujeres que mencionábamos, a militantes, a dirigentes del MIR, y también hablé con los represores que habían estado en estas operaciones”. Emplea el lenguaje de la izquierda. Se refiere a ‘los represores’ a los militares que combatieron el terrorismo. Al contrario de lo que piensa, los agentes del Estado actuaron conforme a derecho: “Cuando se retira el Estado de derecho, se potencian estas situaciones. No se trata de los monstruos, ni de que esto sea una pura casualidad, o que sea una situación histórica que no se pueda repetir. Se regodea de que los militares estén presos:” Hay tres jefes de los servicios de inteligencia presos de por vida”.
Otra característica de esa derecha, es que no defiende el Estado de Derecho, que es nota o cualidad principal de los liberales. Precisamente, la llamada ‘derecha liberal’ ha renunciado a defenderlo, ya sea en el caso de los militares, ya sea en las tomas ilegítimas del movimiento estudiantil. Ha sido, pues, la derecha liberal, o socialista la ha sido cómplice de socavar el Estado de Derecho. Esa derecha se entusiasmara con la institución el Defensor del Pueblo, sin embargo, no es capaz de defender a viva voz los principios del Derecho como la prescripción, la ley de Amnistía y el principio reo ante la izquierda. Quizás teman que los maten a la salida de la universidad, si es que algunos hacen clases. Algo sin importancia. Todos, por cierto, son abogados que permiten esas aberraciones jurídicas: Lucas Sierra, Arturo Fontaine,Harald Bayer, Andrés Allamand, Alberto Espina, Francisco Chahuán, Rodrigo Hinzpeter, Felipe Bulnes, Joaquín Godoy, Cristián Monckeberg, Claudio Oliva e inglés avecindado en el país, David Gallager. El abogado Sierra colaboró entusiastamente en el ‘Informe Valech’.
Otra característica de la llamada ‘derecha liberal’, que de liberal no tiene de nada, es su intolerancia hacia aquellos que piensan distintos de ellos. En ese sentido, son como los comunistas. Tiene lo que Hayek les criticaba a los socialistas, a saber, ‘la fatal arrogancia’. Es sabido por lo general las derechas en el mundo se conforman con dos o más corrientes. Esa arrogancia uno la puede ver y leer en las columnas del profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, de la Escuela de Gobierno, Gonzalo Bustamante, ya sea las diatribas hacia el asesinado senador Jaime Guzmán, ya sea criticando al profesor Gonzalo Rojas, y naturalmente al UDI. Para mí que tiene envidia del senador muerto. La Nueva Derecha es incapaz de aceptar otras corrientes, de ahí si alguien tiene algún reparo sobre el matrimonio homosexual o sobre otro tema, en seguida la descalifiquen de ‘retrógrado’, ‘fundamentalista’. Creo que el senador y actual presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín se quejaba de que no se puede dar razones sobre cualquier tema, sino que hay asentir porque sí. O sea, si tiene razones religiosas, psicológicas, psiquiátricas contra la homosexualidad, por ejemplo, no valen. No vale el derecho a la disidencia como expuso el alcalde Labbé en una carta. Esa intolerancia uno lo puede leer en la columna del mencionado profesor, quien escribió en ‘La Tercera’: “El presidente Piñera firmando el AVP. El ministro Bulnes anunciando una reforma constitucional que reconoce la educación de calidad como un derecho, sumado a desmunicipalización y aumento del apoyo estatal para la misma. “Los Hermógenes”, Libertad y Desarrollo, Büchi y otros, desafectados del gobierno”. Repite los clichés de la izquierda sobre los derechos humanos. Nunca se ha preguntado por qué la izquierda, si justifica el asesinato en cualquier período de nuestra historia reciente. A eso, no se le llama violar los derechos humanos. Tanto Bustamente como Fontaine no se asombra de que la izquierda solamente le rinda homenajes a los suyos, como si no hubiera víctimas de la violencia terrorista.
Ese mismo profesor es partidario de una derecha culposa. ¿Culpable de qué? Por haber ayudado a reconstruir el país.
Además, su desprecio por el libre mercado la vemos en una carta que escribió a ‘El Mercurio’:”La receta de: conservadurismo social, activismo popular y libre mercado está agotada. En su origen y contenido, carece de legitimidad y valor democrático”. Ese sector se avergüenza de Ronald Reagan y de la Dama de Hierro y no defiende el Estado mínimo. ¿Cómo alguien liberal puede decir ‘el libre mercado está agotado?
Ante la historia reciente, esa derecha se hace la lesa o contraria a las opiniones que sean distintas a las que tiene la izquierda. Más bien, se refugia en la Escuela de Gobierno que fundó uno de sus dirigentes en la Universidad Adolfo Ibáñez. Prefieren reducir la política a políticas públicas, o bien mirar el futuro mas sin pasado. Por esa razón, les importa un comino las tergiversaciones de la historia. Esto último lo pudimos constatar con las declaraciones del abogado y ex embajador en Argentina, Miguel Otero, quien dijo que la mayoría de la población estuvo conforme con el pronunciamiento militar. Las palabras de Otero fueron acalladas rápidamente por la nueva versión de ‘patrulla juvenil’: Godoy, Monkeberg y Rubilar. No respetaron la libertad de expresión. En cambio, ese mismo sector defendió el derecho de la diputada Rubilar de rendirle un homenaje a Allende en un seminario.
Otra característica, es que este sector se siente bien con los Comunistas. Lo vimos en la emblemática foto que se sacó el Presidente Sebastián Piñera con los tres diputados comunistas. Y lo vimos confirmado, en la columna ‘La Hora Comunista’ del profesor Gonzalo Bustamente publicada, donde quería darle más poder a los comunistas.
Lo que corona a la Nueva Derecha, es el gusto que tuvo el ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter de sacarse fotos con la pintura de Allende como fondo. El ex presidente de algunos chilenos fue un agente de la KGB. La ‘Derecha Patrióta’ estaba indignada, a la liberal le daba lo mismo. Es como si el primer ministro David Cameron, se sacase una foto con el retrato de los espías de Cambridge que trabajaron para Stalin: Anthony F. Blunt, Guy Francis De Moncy Burgués y Harold Adrian Russell Philby.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Radiografía de la Nueva Derecha
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