viernes, 16 de diciembre de 2011

Parándole el carro a Cristina, Moyano abrió un nuevo juego político




Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

El discurso autorreferencial de Cristina Fernández en el acto de su reasunción y las críticas elípticas a Hugo Moyano como gestor de paros que significan chantaje y extorsión fue demasiado para el camionero, quien ya había sufrido las críticas presidenciales en el discurso de Cristina ante la UIA. Ella preguntó entonces si estaba presente el “compañero” secretario general de la CGT, que ya se había retirado. Pero fue la segunda alusión en contra suya, el sábado, la que colmó la paciencia sindical. Su discurso de ayer al mediodía fue claramente incendiario, cuando muchos esperaban una oratoria crítica, pero no tan dura. En primer lugar, dijo que del 54% de los votos obtenidos la mitad eran de los trabajadores y que el mejor gobierno de la historia fue el del General Perón en el período 1945/55 y no el de “Él” ni el de ella. Además, cuestionó la utilización del mínimo no imponible para los trabajadores para agrandar la caja del gobierno. Recordó también que la Casa Rosada les debe a los trabajadores entre 12 y 15 mil millones de pesos que corresponden a fondos de las obras sociales.

Ahora, a la política

En el plano político, calificó al peronismo nacional y provincial de “cascaras vacías” y recordó que él no es un bufón y que renunciaba a los cargos pero no a la lucha. Y también, de paso, que Evita hay una sola. Finalmente, dio a entender que el peronismo al que él adhiere es una cosa y que el Frente para la Victoria manejado por “chicos bien”, es otra.

Sólo TN y Radio Mitre emitieron en directo el acto sindical en Huracán y una medición dio que el 78% de la gente estaba de acuerdo con lo dicho por Moyano. Sin ninguna esperanza política a la vista, al menos una parte del electorado antikirchnerista empezaría a ver con otros ojos a Moyano, lo que empezaría a cambiar su imagen negativa. Y en una parte de los que votaron al gobierno y no están contenidos por los “chicos bien” también mejoró su imagen.

En el nucleamiento de los gordos no hubo señales de apoyo a Moyano ni tampoco en los gremios industriales como SMATA y la UOM. Pero estos sectores saben que los gremios del transporte -y, en menor medida, los peones rurales pueden parar el país y bajarle la soberbia a Ella.

Todo lo ocurrido no significa en lo más mínimo una ruptura definitiva. Pero desde la designación de Graciela Ocaña como ministro de salud cuatro años atrás y la posterior persecución judicial de Norberto Oyarbide, el líder camionero Moyano juntó facturas para presentarle al gobierno. Está en discusión la creencia de Gabriel Mariotto en el sentido de que “todos los votos son de Cristina” y que “ella no le debe nada a nadie”. Por lo pronto, el camionero reclama la mitad de esos votos. Ahora habrá una segura negociación de la CGT con Julio de Vido, el “ministro de los trabajadores”, como lo llaman los sindicalistas. Pero subsiste una duda: ¿ella aceptará negociar? Hasta ahora prevaleció la obstinación y el orgullo.



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