lunes, 30 de abril de 2012

ARGENTINA: INFORME DEL 29 DE ABRIL - LA FILOSOFÍA DEL “COMO SI”



Queridos amigos:

La expropiación de YPF, dispuesta sin haber establecido la indemnización previa que dispone la Constitución, ya ha sido votada favorablemente en el Senado y aprobada en el plenario de Comisiones de la Cámara de Diputados. El tratamiento legislativo de este tema ha dejado varias comprobaciones poco edificantes.
Una de ellas es que al oficialismo no le importa defender la estatización de lo que antes había privatizado, hacer evidente su propia culpa en la falta de control de la empresa que afirman que ha sido vaciada ante sus ojos y los de su representante en el directorio, ni soslayar las responsabilidades del grupo Eskenazy al que impusieron como socios y pusieron al frente de la desastrosa gestión que denuncian. Por su parte, la oposición radical no duda en denunciar todas estas cuestiones y muchas más, para después votar a favor del proyecto de expropiación por supuestas razones de coherencia con históricas posturas partidarias que poco tienen que ver con el hecho de que se esté realizando una expropiación con procedimientos viciados de nulidad.
La conclusión es que entre la falta de escrúpulos de unos y la pusilanimidad de otros, el numeroso grupo de ciudadanos que observamos azorados la consumación de un atropello jurídico sin precedentes, apenas hemos quedado representados hasta el presente por tres senadores y unos pocos diputados (las abstenciones no las contamos porque resultan incomprensibles). Otro elemento a tener en cuenta es la necesidad de renovación que requiere la corporación política de justicialistas y radicales que ante cada discusión, olvidan el tema en debate para comenzar a desempolvar y enrostrarse sus culpas viejas y las miserias de los sucesivos gobiernos que encabezaron, demostrando que llevan demasiado tiempo de fracasos y errores para que se pueda esperar de ellos algo positivo hacia el futuro.
He tratado de encontrar una base de pensamiento para interpretar este accionar insensato y atrevido del gobierno, que elabora ficciones y relatos permanente para justificar los errores con que pretende cubrir sus errores anteriores y avanza con decisiones cada vez más reñidas con las prácticas republicanas y la seguridad jurídica a la que manifiesta despreciar, y ha sido difícil. Finalmente encontré un tratado de teoría del conocimiento en que se menciona al filósofo alemán Hans Vaihinger, (1852-1933) que adhiere a posturas pragmáticas y empíricas y que expresa en su obra, “La filosofía del como si”, que el entendimiento no le sirve al hombre para conocer la verdad, sino para actuar. De este modo es natural que el intelecto humano ejecute su actividad con ficciones y con hipótesis conscientemente falsas pero que le resultan útiles y vitales. La verdad es, para Vaihinger, “el error más conveniente” y afirma que nos comportamos como si el mundo encajara en nuestros modelos. Este desprecio consciente por la verdad y su remplazo por la ficción más adecuada a los fines de los objetivos del actor, encaja con tal precisión en el accionar del actual gobierno que si creyéramos que son capaces de actuar con una base filosófica, seguramente sería con esta filosofía del “como si”, que se encuentra presente en cada uno de sus actos.
¿O acaso el gobierno no actúa y se manifiesta como si viviéramos en un país con verdadera libertad de prensa cuando a los medios independientes se les restringe la publicidad oficial y se los persigue judicialmente como sucede con los grupos Clarín y La Nación? La ficción de la libertad de prensa se derrumba cuando la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifiesta oficialmente en su Asamblea que los medios de Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua “enfrentan un patrón de adversidades comunes a manos de presidentes arbitrarios e intolerantes que buscan acallar a la prensa crítica”. Esta visión externa, escapa a la ficción y al control del relato impuesto, y señala sin medias palabras a un grupo de países con gobiernos que se dicen progresistas pero que en realidad sostienen proyectos individualistas de poder a cuyos protagonistas no duda en denominar como arbitrarios e intolerantes.
Después de conocida esta declaración de la SIP se hizo público que un nuevo grupo de medios de comunicación, que como en el caso de Radio 10 sostenía a periodistas fuertemente críticos al gobierno, fue comprado por un empresario allegado al mismo.. Se va así cerrando lentamente el círculo que reúne a medios estatales, que deberían servir a la comunicación pública pero que en la práctica funcionan como medios de propaganda gubernamental, medios privados sostenidos por la publicidad oficial y medios privados en manos de grupos afines al gobierno que, en su conjunto, controlan mayoritariamente la comunicación social.
También sumamos evidencias de que en la Argentina de hoy se sostiene la ficción de una justicia que puede actuar como si fuera independiente. Esa justicia no ha logrado completar los juicios a ninguno de los miembros del gobierno que han sufrido acusaciones que en algunos casos, como en el del ex Secretario de Transporte Jaime, cuentan con pruebas abrumadoras. Finalmente, uno de las acusaciones encontró un juez y un fiscal capaces de llevar adelante la causa que tiene entre las personas involucradas nada menos que al vicepresidente de la nación. Las esperanzas de que esta vez se llegaría hasta las últimas consecuencias, sea comprobación de la inocencia o condena, han comenzado a frustrarse ante la recusación del juez Rafecas porque paradójicamente había aconsejado a un abogado ligado a la parte acusada. En el medio se fue el Procurador General de la Nación (al que no lloramos dada su lamentable acción pública al elaborar el decreto que abrió las cárceles a los terroristas detenidos en 1973) pero ahora también está en cuestión el impecable fiscal Carlos Rívolo que era quien había llevado adelante la investigación. La situación de Rafecas, a quien también se ha acusado ante el Consejo de la Magistratura, es una lamentable señal para los jueces que quieren mantener la venda de la justicia en su sitio de modo de juzgar con imparcialidad a quienquiera se presente en sus estrados. Pero como los juzgados federales siguen abiertos y cumplen rigurosamente con la directiva presidencial de condenar antes del fin de su mandato a todos los militares acusados por delitos que habrían cometido hace más de 30 años, seguimos funcionando como si pudiéramos confiar en una justicia independiente porque esa es la ficción más conveniente.
Pero quizás el evento semanal en que se puso más de manifiesto la aceptación de la ficción, que es útil al objetivo del actor dominante y que la sociedad acepta como si fuera la verdad, fue el acto que encabezó la señora presidente en el estadio de Vélez y que reunió, según los medios, a más de cien mil personas. Recuperemos por un momento la capacidad de asombro del individuo que se confronta por primera vez con lo ética y moralmente inaceptable, perdida ante la abrumadora acumulación de transgresiones a que nos somete el gobierno. Observamos un acto declaradamente partidario, ya que se conmemoraba la fecha en que el difunto Néstor Kirchner ganó su elección presidencial. Sin embargo todo el aparato oficial de comunicación, convocatoria y organización, se puso al servicio del evento. La mezcla de lo que es el Estado, el gobierno y el partido (Frente para la Victoria) fue absoluta. Ya nadie pregunta lícitamente de donde salieron los fondos para el alquiler del estadio, el transporte de las agrupaciones oficialistas y todos los fabulosos costos que conlleva un acto de semejante magnitud. La señora Fernández habló como presidente, como jefa partidaria y como jefa de todo. Estuvo rodeada solo de partidarios y funcionarios de su gobierno, trasmitió su mensaje a la Argentina incluyendo la designación de quienes reciben su legado, mostró a su propio hijo que no tiene cargo ni rango y mezcló la cosa pública con la partidaria y aun la personal. Ante tanta transgresión, asombra el silencio y la aceptación tácita de casi todos los sectores que en muchos casos parecen haber bajado los brazos, cansados quizás de que sus voces caigan permanentemente en el vacío.
En nuestra querida Argentina seguimos actuando como si los subtes funcionaran aunque se repiten los paros, como si los trenes fueran un medio de transporte seguro cuando los trágicos accidentes se suceden con dramática frecuencia, como si tuviéramos seguridad aunque las crónicas nos muestran las innumerables víctimas de la violencia criminal, como si no hubiera inflación aunque los precios se disparan particularmente en el rubro alimentario, como si hubiera auténtica libertad de prensa o como si tuviéramos una justicia independiente. Entre tantos “como si”, lo más grave es que seguimos comportándonos como si la ficción de que vivimos en una república federal, en que se respetan la Constitución y las leyes, fuera una realidad cuando hace tiempo que ha pasado a ser la mentira más conveniente.
En este entorno tenemos la obligación ciudadana de comenzar a identificar y apoyar a los referentes capaces de enfrentar política y electoramente al grupo dominante y preparar las estructuras jurídico-políticas para la decisiva elección del 2013. El oficialismo ya comienza a agitar la reforma constitucional que será posible si consigue los dos tercios en ambas cámaras legislativas o si son elegidos legisladores opositores comprables o influenciables. Sabemos que somos millones los que estamos hartos de esta “filosofía del como si” y que nos preocupamos por las pesadas cargas que los dislates del gobierno nos van dejando para resolver en el futuro. También sabemos que cada día se les hace más difícil conducir un país que ha perdido la confianza del mundo con tan solo un relato, una ficción y el alto valor de la soja. Costará mucho volver a la realidad, pero el futuro será de los que estemos dispuestos a vivir en el mundo del trabajo, el esfuerzo y la verdad, del que nunca debiéramos habernos apartado.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
www.nuevaunionciudadana.org



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