viernes, 22 de junio de 2012

¿Cuánto Irá del Arrepentimiento al Derrumbe?





Hermógenes Pérez de Arce
Abogado y columnista
http://blogdehermogenes.blogspot.com.

Que un caracterizado “coronel” UDI haya mandado al cuerno lo que hasta ayer defendió y, adoptando el idioma de la izquierda (junto con cerrar filas con ella) haya acusado al Gobierno Militar de “brutales violaciones a los derechos humanos”, tiene que haber suscitado una reunión extraordinaria del Comité Central comunista para aprobar un voto de autocongratulación “debido a lo bien que lo estamos haciendo”.

Hasta hace un par de días parecía sólo otra “vuelta de chaqueta” de un derechista en busca de aplausos del otro lado, algo no del todo infrecuente, por desgracia. La directiva del partido hizo una declaración “pro forma”: era una opinión personal, dijo. Entonces un baluarte de la UDI (sí, todavía quedan) el columnista Gonzalo Rojas, puso las cosas en su lugar y dejó al, a esas alturas “ex coronel”, al desnudo y degradado al rango de “cabo a punto de desertar”. ¡Menos mal!

Pero entonces vinieron el apoyo de Lavín al arrepentido, que todos acogieron con un “bueno, ya, por supuesto, es Lavín”; y las cartas al diario del propio Chadwick y de la ex diputada Marcela Cubillos. “Claro”, se dijeron muchos, “comprendemos las circunstancias de ella”. Pero ella dijo algo nuevo y grave: trasladó de manera gratuita a Jaime Guzmán al bando suyo y de Chadwick.

Si todo hubiera terminado ahí tal vez nada más babría pasado, y la UDI habría quedado sólo otro poco peor, pero entonces salieron en “El Mercurio” las cuatro líneas de Julio Dittborn, otro “coronel” UDI… o cuasi: se sentía, decía, orgulloso de estar en un partido que profesaba los valores defendidos por Andrés Chadwick y Marcela Cubillos.

Entonces ahí sí que “the shit hit the fan” (es grosero, pero descriptivo, y en inglés suena menos vulgar que en castellano): hoy me llegó por mail copia de la renuncia a la UDI de un destacado y activo dirigente de Osorno. Y en “El Mercurio” aparece la carta del ex dirigente Pedro Lea-Plaza, pidiéndole a la directiva que se pronuncie sobre tantos “arrepentimientos”, porque si no él va a considerar el suyo.

La UDI era el único partido con ciertos principios y valores sólidos que venía quedando. No demasiado firmes, con todo. Mal que mal, está en el gobierno de Piñera, algo antinómico con la defensa de valores sólidos. Y el mismo ministro Chadwick había corrido al Congreso días atrás, tras desaprobar todo homenaje a Pinochet, a hacer un agregado facilitador de la unión homosexual al proyecto antidiscriminación.

A estas alturas no parece fácil detener el derrumbe. ¿Ha devenido la UDI, entonces, en el partido de los “arrepentidos” que vocean eslóganes de los adversarios, o seguirá siendo el único que defiende verdades y valores y que antepone la verdad histórica a la “versión oficial” tipo “Museo de la Memoria”?

Militan en ella profesionales y académicos como Gonzalo Rojas, Jorge Reyes o Sergio García Valdés; y parlamentarios y dirigentes como Jovino Novoa o el propio Patricio Melero (todavía firme, parece, hasta ahora). No me atrevo a nombrar a ninguno más por no estar seguro. ¿Harán aquéllos prevalecer los principios y la historia o serán barridos por “los arrepentidos”?




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