miércoles, 22 de agosto de 2012

Argentina ha muerto. Colombia da envidia: reflexiones desde Bogotá

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Agosto 22, 2012
By Maria Fra Amador



El Tiempo, 15 de agosto 2012.- A su llegada a Piendamó, el presidente Santos recibió de manos de las comunidades un bastón de mando que simboliza liderazgo.

Los argentinos nos encontramos sentados sobre barriles de pólvora, de mafias y corrupción incrustadas en la sociedad y en el poder político. Éstas mafias realizan negociados increíblemente millonarios con las arcas del Estado, llenándose los bolsillos de billetes sin ningún tipo de escrúpulos, junto a las Madres de Plaza de Mayo y a la agrupación kirchnerista, “La Cámpora,” un grupo de decadentes y pseudos reformistas que recuerdan los años setenta, entre otros. Paralelamente comenzaron a operar los carteles de la droga que se han desplazado desde Colombia y México al Río de la Plata; hoy operan como en su casa sin controles de ningún tipo, ni en las fronteras ni en el espacio aéreo. Asimismo, la justicia se encuentra cuestionada, desprestigiada y en franca degradación como la misma Argentina. Los jueces han sido comprados o amenazados según si apoyan o no al gobierno de CFK. Y es éste mismo poder político el que ampara jueces viles y corruptos con fortunas que no pueden ser justificadas. En tanto el Consejo de la Magistratura se ha convertido en “Juez Supremo” que castiga o premia a jueces según su ideología K o anti K. La independencia de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial lo han hecho trizas los K, ella y él.

¡Qué vergüenza! Nos hemos convertido en el hazme reír del mundo, un país que ya no se menciona en las altas esferas de las decisiones políticas y estratégicas globales como son Estados Unidos, la Unión Europea, China, y dentro mismo del ámbito de los países de América Latina, como Brasil, Chile, Colombia, salvo excepción de Venezuela, Bolivia y Ecuador, que poco importan.

¿Cómo se explican Uds., porque en el exterior no se comprende, que nada más ni nada menos que el director del Servicio Penitenciario, Sr. Víctor Hortel, que forma parte del movimiento kirchnerista, La Cámpora, ha modificado las reglas carcelarias convirtiendo las mismas en centros de droga, bailantas, prostitución junto al adiestramiento de delincuentes peligrosos, algunos con cadena perpetua, con permisos de salida como justificación de su reinserción social, y con la única finalidad de convertirlos en grupos de choque armados del gobierno kirchnerista; una especie de ejército de matones, ideologizados y al servicio de la Presidente y su séquito de jovencitos inescrupulosos y oportunistas. Hortel y La Cámpora crearon lo que se llama el “Vatayón Militante,” en alusión a los presidiarios convertidos en el ejército de la Sra. Kirchner como grupos de choque contra la sociedad que intenta rebelarse contra la tiranía de turno. Cómo se explican Uds. que un país que al inicio de la década del siglo XX daba de comer al mundo y estaba considerado como el gran competidor de Estados Unidos; hoy se encuentra en ruinas y no existe institucionalmente? ¿Y cómo se explican Uds. que un país como Colombia con la guerrilla más salvaje en la región, hoy convertida en narco-guerrilla, haya podido transformarse en la envidia del mundo, en términos de crecimiento económico, educación, ciencia, tecnología, comunicación que nos dejan con la boca abierta? Éramos el país por excelencia de la movilidad social, de una naciente clase media, con educación y sanidad pública de excelencia, con una formación académica que nada tenía que envidiar a Europa; hoy toda esa fenomenal ingeniería social y educativa que tanto esfuerzo les constó a nuestros antepasados poner a funcionar, se desangra.


“Vatayón Militante” que prepara La Cámpora. Reclutamiento carcelario y activismo político.

¿Cómo puede ser que no haya un grupo de argentinos que pueda dar soluciones y alternativas y sólo contamos con los mismos inútiles de siempre, repetidas figuritas desde hace por lo menos treinta años, que van y vienen en el poder: cuando no son gobernadores, son presidentes, o senadores, o ministros, o secretarios, o asesores, pero nunca se apartan de la llamada “caja,” llámense peronistas, radicales, izquierdistas, y las distintas acepciones que les quieran dar? Todos están listos para negociar; ahora bien, si se habla sobre los destinos del país les interesa un corno.

El 14 de agosto de 2012, el Presidente de Colombia, Don Manuel Santos, fue hasta el Cauca a proponerles a los indígenas que “sean sus aliados en la paz.” Un gesto y una actitud que describen la voluntad política de traer paz a todos los rincones del país. Tal vez el presidente Santos no tenga esa tozudez y esa dureza que caracterizó al ex presidente Uribe, pero Santos y su gobierno están interesados en seguir construyendo puentes de comunicación para pacificar el país y poder vivir con la verdad. Por esta misma razón, Colombia a diferencia de la Argentina, conserva una democracia republicana y representativa que funciona en alternancia, con lo bueno y lo malo, con una justicia independiente y fuerte. En el país los funcionarios públicos que hayan cometido hechos de corrupción, ilícitos y no hayan ejercido el cargo con eficiencia son, según el caso, jugados y muchos de ellos encarcelados; pero no se los considera presos políticos como se piensa en Argentina. Para los colombianos la paz la justicia, la verdad y la transparencia son un reto y una meta.

Cómo se explican Uds. en el Río de la Plata, que Colombia, a pesar de las enormes dificultades que tiene a raíz del conflicto armado con las FARC, lleva sesenta años de lucha, con las complejidades sociales de los desplazados, los paramilitares, la pobreza y la marginalidad, con mil conflictos étnicos de envergadura, viene creciendo entre el 4 y el 5 % anual, mientras el supuesto granero del mundo está paralizado por legislaciones sovietizadas e incongruentes para los tiempos que corren. Cómo se explican Uds. que el país andino ha firmado tratados de libre comercio con Estados Unidos, Canadá y Chile con quién mantiene una alianza estratégica en la Región, y en el mes de septiembre del corriente año, llegan en visita oficial, el Ministro de Comercio de Corea y de China para comenzar las negociaciones para la firma de tratados de libre comercio con las respectivas naciones arriba mencionadas. Cómo se explican Uds. que los claustros de las universidades colombianas están a la vanguardia en términos curriculares, en ciencia y tecnología compitiendo con universidades en Alemania, España y Francia, como así mismo, cuentan con un plantel de docentes nacionales e internacionales, graduados en las “top ten” universidades alrededor del globo. Cómo se explican este salto fenomenal del país andino en educación, avance científico-tecnológico y económico que se ha producido en unos 20 años de tenacidad, persistencia, trabajo arduo y continuo y con voluntad de salir adelante como sociedad y nación. Por supuesto no podemos dejar de mencionar que Colombia sigue siendo gobernada por una élite política y empresarial y aún no ha podido dar paso a una real clase media; también pose una brecha muy grande entre ricos y pobres con problemas urbanos y rurales de marginación social, económica y educativo sin posibilidades de acceder a mejoras en cuanto a cubrir las necesidades básicas mínimas de una familia promedio. Como también este país andino enfrente serios problemas en infraestructura y energía si quiere que sus tratados comerciales puedan dar los frutos necesarios para dar el salto cuantitativo y cualitativo. Éste e uno de los grandes desafíos que tiene de frente al siglo XXI.

Entiendo que es oportuno recordar que Colombia era un país aislado y poco conocido a pesar de haber sido parte integrante del Virreinato del Alto Perú, riquísimo por sus minas de oro y plata junto a la variedad de sus especies. Por fortuna para los colombianos, hoy el país lo conocen mucho más que hace sesenta años atrás y está recibiendo inversiones de todos los ángulos del globo, al contrario de lo que pasa en Argentina donde nadie quiere invertir porque no hay seguridad jurídica y se encuentra conducido por una persona que se sospecha el equilibrio de su saluda mental y además pretende perpetuarse a vida en el poder. Nadie quiera invertir o quedarse a vivir en un país de tiranos, bandidos, sin libertades.

A propósito de los recientes festejos por el bicentenario y para ir cerrando con estas reflexiones andinas, si tuviera que hacer una crítica constructiva al conjunto de los latinoamericanos y en especial a los argentinos, sostengo que no podemos seguir enfatizando, después de 500 años que llevamos desde nuestras guerras de independencia, la naturaleza destructiva de los imperios coloniales en estas tierras, ni pensar que nuestros conflictos han sido particularmente tremendos, lo cual es cierto en parte. En la queja continua en contra del “imperialismo” nos olvidamos que las civilizaciones se construyeron a partir de guerras y sometimientos, y que las guerras por las que pasaron europeos y americanos (con la guerra de secesión), fueron tan o más brutales y cruentas que las que se dieron en el continente hispanoamericano; incluso si estudiamos lo que sucedió en los países asiáticos como China, Vietnam, Birmania, Rusia, Rwanda y Camboya, para citar algunos ejemplos de cruentas guerras y colonialismos salvajes, no tenemos porque seguir con este lamento espantoso. Es hora de madurar y superar los traumas y alejarnos cada vez más de la historiografía comunista-colonialista. En tanto y en cuanto sepamos defender nuestro territorio con legislación acorde a los tiempos, con contratos claros y transparentes, y con una clase política y empresarial que vigile los intereses generales por sobre los intereses particulares, dejaremos de ser la colonia de tal o cual nación.

Tampoco podemos dejar de recordar que en la América hispana independizada tuvimos como lema progresista y mucho antes que los europeos, el sufragio para todos, algo que habla de una gran avance institucional que los ingleses por ese entonces no gozaban aún. Podemos decir que tanto Argentina como Colombia eran países, para la época de “izquierda,” y el progresismo era su bandera que aterraba a los gobernantes del Viejo Mundo, envueltos en exclusiones sociales. Como bien reflexiona el historiador inglés, Malcom Deas, “…los ingleses que vinieron a Colombia en los años tempranos de la República pensaban que el exceso de democracia de los neogranadinos -además de otros ciudadanos de las nuevas repúblicas- era bastante ridículo y reprensible.”

De frente al bicentenario, creo también oportuno hacer unas observaciones sobre la naturaleza de lo que nos pasa como continente y como países en sus individualidades para poder comprender fenómenos como el derrumbe argentino y el ascenso de Colombia de las últimas décadas. Si bien recuerdan, la Argentina, a fines de la Segunda Guerra Mundial, era ampliamente conocida no solamente por su gran ayuda en granos y dinero que envío a Europa, en especial a los españoles e italianos, sino también por sus fértiles, ricas y extensas tierras a lo ancho y lo largo de la cordillera y las pampas. También se la conoció por sus magníficos palacios de estilo francés; el alto nivel cultural y educativo de su sociedad eran la envidia de sus vecinos en la Región, y el estándar de vida de su élite era anhelada por los europeos. Para esa época Argentina era un país integrado al mundo con un importantísimo flujo comercial con Inglaterra, y con una apertura a corrientes de pensamiento del exterior fenomenal que sentaron las bases de nuestra intelectualidad y de nuestros académicos. Por otro lado, en Colombia la eliminación de la esclavitud y los derechos ciudadanos se lograron hacia 1851, unos pocos años después que Inglaterra en el año 1833. Con esto quiero remarcar que el proceso colonizador y más tarde las independencias trajeron una importante ganancia en términos de autonomías y soberanía, y una fusión multicultural que nos enriqueció. Es decir, los hispanoamericanos nos hicimos dueños de nuestros propios destinos y construimos una cultura rica en formas, lenguaje, estilo y diversidad cultural que fue vanguardia para los tiempos que corrían. Pero a pesar de toda esta riqueza que supimos construir, aún percibo que recién estamos comenzando asumir las responsabilidades de ser autónomos e independientes económicamente, y responsables de los destinos como sociedad y Región. No podemos seguir culpando a los ex imperios coloniales por nuestras incapacidades. Por ejemplo, que culpa pueden tener los europeos si la unión hispana no se logró llevar a cabo entre San Martín y Bolívar, o cuando en la actualidad hablamos que nos saquean nuestros recursos naturales, cuando en realidad es nuestra responsabilidad, como sociedad y continente tomar medidas, formular legislación que sea respetada, si los primeros en romper con las normas legisladas somos los mismos nacionales.

Llevamos dos décadas desde que se inició el siglo XXI y el enorme reto que tenemos por delante como argentinos, colombianos y latinoamericanos es ponernos seriamente a construir políticas públicas que den solución a una inmensa población, que son mayoría, que viven en la pobreza y la marginalidad económica, educativa, sanitaria, habitacional, y de inserción laboral al sistema. Además debemos instrumentar, con urgencia, políticas comunes en toda la Región para acabar con la lacra del narcotráfico y terminar con la violencia y la inseguridad que azota nuestro territorio. Como así también, debemos dar respuestas eficientes y eficaces a la formalización de recursos económicos para llevar a cabo obras de infraestructura, a nivel de cada país y de integración regional, y en temas de protección ambiental y energías alternativas.

Y mientras reflexionamos sobre estos y otros tantos temas, parafraseando a Nietzsche, pienso que Argentina ha muerto y “Colombia da envidia,” estás últimas fueron las palabras del presidente del Senado español, Don Pío García, en su reciente visita por el país andino.





Dra. Maria Fra Amador

mariafra@action-green.org

www.action-green.org


1 comentario:

Horacio dijo...

CAMARADA, PREOCUPADO POR SU SILENCIO.SE ENCUENTRA BIEN??UN ABRAZO.