viernes, 16 de noviembre de 2012

Carta al comandante de la fragata Libertad de un Vicealmirante chileno.





De el Vicealmirante de la Armada chilena al comandante de la fragata "Libertad"





Termino de leer un artículo del Sr. TITO Minorini L. de nacionalidad Argentina en que le enrostra a la presidenta de ese país el arraigo del Buque Escuela Argentino A.R A. LIBERTAD, fragata de tres palos en cruz y que fue modernizada hace unos años, para seguir sirviendo en ese rol. Este arraigo se ha producido en un mal momento, con guardiamarinas argentinos y extranjeros a bordo, entre ellos 15 chilenos, de acuerdo a los planes de intercambio. Los lectores conocen los hechos que llevaron al gobierno de Ghana a recurrir a la justicia por el no pago de una deuda pendiente con ese gobierno, a raíz de la emisión de bonos soberanos por parte del país trasandino y que el gobierno de Ghana no puede cobrar. Ese es un gobierno sinvergüenza, como lo señala el autor y de paso coloca a la Armada Argentina en una situación de deshonor, algo grave y en la que nada tiene que ver. Mal el gobierno, mal el Ministerio de Relaciones, mal el Ministerio de Defensa y a mi juicio, mal el Comandante en Jefe (o equivalente) por no oponerse con fuerza a la visita del buque a puertos que pueden ser conflictivos. Estos viajes se planifican con mucha anticipación y deben participar los organismos antes nombrados.
Ahora nadie responde por el bochornoso incidente, menos la Sra. Fernández que de honor no entiende nada. Si Señora, cada país tiene sus Héroes y los honra a su manera, por cierto que Argentina también los tiene y son los que constituyen el ejemplo a seguir por las futuras generaciones. Para Ud. seguramente el buque de guerra es un pedazo de hierro que se puede hacer lo que se quiera con él. No Señora, un buque de guerra tiene un alma que está dada por el Comandante y su dotación, son ellos como un equipo los que le dan sentido a ese trozo de hierro, cuando está bien conducido sus tripulantes darán la vida por él. Eso es el honor de un marino en todas partes del mundo, algo incomprensible para Ud. pues ha deshonrado a la Nación Argentina, se ha deshonrado Ud., a su Armada y, lo peor a un buque que pertenece a la Nación toda y no al Estado que no tiene alma. Yo no voy a sugerir que hubiera hecho en un caso similar pero lo tengo muy claro y no es mi papel inmiscuirme en asuntos de otros países. Lo que sí yo no hubiera retirado a la dotación ya que es desmoralizante algo que permanentemente ha buscado la Sra. Fernández; desmoralizar a las FF.AA. de ese país como venganza por haber derrotado al terrorismo.
Escribo estas líneas, pensando el lo que pasará por la mente del Comandante y su ahora, reducida dotación, pero puedo imaginar el sentimiento de impotencia ante una mala conducción gubernamental en que le ha puesto el destino. Es en estos momentos cuando aflora, la firmeza de carácter y la fuerza interior para sobreponerse a los hechos y me parece muy bien que se haya opuesto con las armas a que alguien trate de mover su buque pues después de todo sigue válido el dicho marinero “después de Dios: El Comandante”. Esto no es una apología, tampoco una lección de nada pero sí, el pensamiento y gesto de comprensión de un marino a otro marino a quién “le han largado la boza” y que los hombres de mar entendemos. Es como si estuviera con dificultades con mal tiempo, o naufrago. A mí me enseñó un comandante: “nunca deje sólo a un hombre que está en dificultades en la mar”.
No tengo nada más que agregar, sería ahondar en conceptos conocidos por los Marinos. Sr. Comandante del A.R.A. LIBERTAD, le deseo una pronta continuación de su viaje de instrucción y suerte, que Ud. bien sabe en esta profesión es necesaria y también felicidad.

Fernando Navajas I
Vicealmirante
Armada de Chile




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