miércoles, 30 de enero de 2013

DEL BLOG DE HERMÓGENES





sábado, 26 de enero de 2013

Digámoslo: Somos Cobardes

El único rasgo genuino de derecha que tiene el gobierno de Piñera es el miedo. Si usted quiere conseguir algo, lo que sea, del Gobierno, hágale un "guapo". Ayer los trabajadores de Calbuco se tomaron un embarcadero ("piedraplén"), hicieron fogatas y lanzaron piedras a carabineros e inmediatamente el Gobierno les aumentó su cuota de pesca de 12 mil a 17 mil toneladas.

Magallánicos, ayseninos, calameños, estudiantes, comunistas y mapuches han conseguido lo que han querido metiéndole susto al Gobierno. Tanto miedo les tiene, en particular, a comunistas y "compañeros de ruta" que se ha puesto proactivo en satisfacer el odio de los mismos, persiguiendo ilegalmente a los uniformados (r) que les impidieron hacerse del poder, cuyos votos precisamente obtuvo Sebastián Piñera prometiéndoles hacer todo lo contrario: velar por sus debidos procesos y la aplicación de la prescripción.

Los comunistas saben meter miedo como nadie y así han alcanzado los más increíbles privilegios. Yo creo que en el presupuesto anual ya se van acercando a los trescientos millones de dólares las indemnizaciones y prebendas de toda clase para sus guerrilleros o las familias de los mismos, si estos cayeron cuando las fuerzas armadas les impidieron tomar el poder por las armas (léase el "Plan Z", en el "Libro Blanco"). Piñera ha hecho contratar a legiones de abogados adicionales, en el programa marxista de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, y ha cuadruplicado el número de querellas contra militares que había bajo Bachelet. En fin, les acaba de ceder por veinte años, gratuitamente, la sede de su Museo de la Memoria. El PC, además, tiene un inmueble de dominio fiscal por el cual no paga arriendo.

La sucursal mapuche del extremismo en la Araucanía ha asustado tanto a sucesivos gobiernos que cada uno de éstos le regala más tierras que el anterior. El de Piñera fue más allá y suavizó la Ley Antiterrorista, para que no resultara tan severa con los atentados, pero ni siquiera suavizada se atreve a aplicárselas. Y ya cuando los terroristas quemaron a dos personas vivas, el propio Presidente les prometió a los mapuches una reforma constitucional especial, primer paso para constituir un Estado dentro del Estado y tener territorio propio, libre de winkas.

Entretanto, "los titulares del miedo en Chile", es decir, la gente de derecha ¿qué hemos hecho? Yo les voy a decir: lo que hemos hecho es tener todavía más miedo. La UDI quiso ir a manifestarse ante la embajada de Cuba con motivo de la llegada del dictador Castro II, que entrenó, primero, después armó y finalmente amparó a los asesinos de su senador Jaime Guzmán. La prensa dice que acudieron ¡veinte personas! Fueron los únicos que se atrevieron, y la mayoría eran parlamentarios y dirigentes. Los comunistas pro-Castro fueron en mayor número y si no agredieron físicamente a los anteriores fue sólo porque había carabineros para impedirlo.

Unos pocos valientes de nuestro sector (la excepción confirma la regla), que editan el diario digital "Chile Informa", no tienen miedo de salir a la calle y enfrentar a los comunistas, pero son poquísimos. Ellos hoy denuncian que el "Manifiesto ante el Desvarío", completo trabajo jurídico del abogado y oficial (r) de la Armada, Adolfo Paúl Latorre, que quedó a disposición de todos los abogados para ser suscrito por Internet, ha recibido en dos meses apenas ¡72 adhesiones! Es un documento que desmenuza las ilegalidades cometidas por los jueces de izquierda contra los uniformados (r) que combatieron el terrorismo extremista en los '70. Hasta hace unos años, uno que otro distinguido jurista saltaba a la palestra para denunciar la prevaricación de los jueces, pero últimamente ya ni siquiera ellos se atreven. Nadie aspira a que el Colegio de Abogados, institución "políticamente correcta", se atreva a levantar la voz. Sólo una distinguida jurista mujer (en Chile, reconocidamente, las mujeres son mucho más valientes que los hombres) se atreve a denunciar el escándalo de los jueces que no aplican la ley: Raquel Camposano, ex ministra de la Corte de Apelaciones. La Concertación le cortó el paso a la Suprema precisamente porque sustentaba la peregrina noción de que los jueces debían respetar la legalidad.

En "Chile Informa" se hace también ver que cuando se convocaba a actos públicos en favor de los presos políticos uniformados, en la "segura" Plaza Inés de Suárez de la otrora comuna de derecha, Providencia, nunca acudieron más de 300 personas, si es que no menos, porque en una oportunidad en que me convidaron a hacer uso de la palabra en el acto, si había 50 era mucho. Ahora que Providencia cayó en manos de la izquierda ¡ni pensarlo!

Me anticipo a decir que no tengo ninguna autoridad moral para tratar de "cobarde" a la gente de derecha, porque yo lo soy (ambas cosas). Cuando se iba a presentar el documental sobre Pinochet en el teatro Caupolicán, yo decidí vencer el miedo y anuncié que iba a asistir, pero mi mujer puso el grito en el cielo diciendo que los comunistas me iban a agredir. Como me mostrara definitivamente resuelto a ir, pese al miedo que les tengo a los comunistas (una vez me dispararon, y lo repito aunque casi nadie me lo crea), mi mujer convocó a mis hijos y formó un consejo de familia para amenazarme de las maneras más perentorias. Yo, que estaba dispuesto a vencer mi miedo a los comunistas, no lo estuve para vencer el que le tengo a mi mujer y su cohorte familiar, así es que no fui y oficialicé mi cobardía. Pero añadí así una razón más para autodefinirme como hombre de derecha.

Por supuesto, a los héroes que fueron al teatro Caupolicán los comunistas, al reconocerlos, los golpearon, hirieron y escupieron en plena calle. Alfonso Márquez de la Plata fue salvado, maltrecho, por una señora que lo introdujo en un taxi. Los dos hermanos Widow y el hijo de uno de ellos no tuvieron la misma suerte: uno resultó con la nariz quebrada y el otro con un profundo corte en la cara, mientras el hijo quedó con una pierna dislocada. Todo pudo ser peor para ellos si no los hubieran amparado unos comerciantes ambulantes que espantaron a los comunistas blandiendo unos enormes palos. Por supuesto, había en el lugar "inspectores de Derechos Humanos", pero se atuvieron a su misión, que es la de velar por impedir que algún carabinero le haga algo a un "encapuchado" de los que les lanzan piedras, bombas molotov y tratan de golpearlos en la cabeza con tablas de skate.

Los cobardes, es verdad, no somos todos iguales. A mí, entre ellos, suelen considerarme "valiente" porque escribo verdades, pero no lo soy, porque no me atrevo a salir a la calle a defender mis ideas. Pero hay otros que no se atreven siquiera a vocearlas ni escribirlas. Son, desde luego, más cobardes que yo. Y otros, en fin, que son los más cobardes de todos: los que defienden las ideas de los adversarios, para quedar bien con ellos. Son mirados con el mayor desprecio dentro de la amplia cofradía de los que tenemos miedo.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce


martes, 29 de enero de 2013

La Concertación Defiende a su V Gobierno


Hasta cierto punto lo que está sucediendo es rigurosamente lógico. Distinguidos columnistas de la Concertación refutan a la gente de derecha que critica al Gobierno y elogian a éste. Es una línea que ha culminado con la explícita defensa de la administración Piñera que ha hecho hoy en "El Mercurio" Eugenio Tironi. Días atrás había leído opiniones parecidas y muy benévolas con el gobernante de otro columnista de la Concertación, Patricio Navia. Y si uno ha venido leyendo a otros opinantes habituales del mismo sector, como Colodro o Joignant, en "La Segunda", también puede corroborar que se ha gestado, paradójicamente, todo un "frente opositor de apoyo al actual Presidente". El respaldo de don Patricio Aylwin para él ha sido explícito. Por cierto, todo eso se corresponde con lo que siempre he sostenido en este blog o en otros medios que han querido conocer mi opinión: el actual no es otra cosa que un V Gobierno de la Concertación.

Tironi argumenta hoy que la derecha conocía el programa del Gobierno y que éste se ha limitado a cumplirlo, de modo que la crítica de entre otros, Jovino Novoa, es injusta. Pero no es así. En ninguna parte de dicho programa se anunciaban las alzas de impuestos que han tenido lugar; en ninguna parte se prometía ceder ante todas las demandas planteadas por la fuerza por distintos grupos, renunciando a hacer respetar el orden público; en ninguna parte se anticipó que frente a una delincuencia desatada, como la que se registra en la Araucanía, el Gobierno iba a renunciar a aplicar las leyes más severas, ni menos que las iba a modificar en favor de los terroristas; en ninguna parte se advertía que las promesas de debido proceso hechas por el candidato Piñera a los uniformados (r) jamás se iban a cumplir, ni se anticipaba que su gobierno iba a perseguirlos con mayor saña que los demás de la Concertación, cuadruplicando el número de querellas por hechos de la pasada lucha contra la subversión de extrema izquierda; en ninguna parte del programa ni de la campaña de Sebastián Piñera se advirtió que él mantendría en un puesto clave a un militante del "partido MIR", como lo es, según propia confesión, el director del Instituto Médico Legal; en ninguna parte se dijo que se iban a dar importantes ayudas presupuestarias a organismos de fachada propagandística de la izquierda subversiva, como el Instituto de Derechos Humanos o el Museo de la Memoria marxista, aumentando la dotación de abogados del primero y beneficiando al segundo con una cesión gratuita por veinte años del inmueble fiscal en que funciona; en ninguna parte del programa ni de la campaña se advirtió que, a petición del Gobierno, se iba a exonerar a los carabineros que respondieran el fuego de los extremistas; tampoco en ninguna parte se anticipó que se iba a poner término a las asesorías en Defensa de los militares (r) por el solo hecho de haber trabajado en el DINA o la CNI e, incluso, en un caso (general (r) Carter, que no estuvo en la una ni en la otra) por ser yerno de un ex director de inteligencia; en el orden económico, en ninguna parte del programa se leía que el déficit de la cuenta corriente del país se iba a acercar al 5 por ciento, como sucederá este año, ni que se iban a completar cinco años de déficit presupuestario estructural, sin respetar, al igual que no respetaron los anteriores gobiernos de la Concertación, la meta oficial vigente, de un superávit estructural del 0,5 por ciento; en ninguna parte del programa ni de la campaña se dijo que el Transantiago, al cuarto año de gobierno, iba a ser considerado por la gente menos satisfactorio que antes. La anterior lista está lejos de ser exhaustiva.

Todo, pues, se da naturalmente. La Concertación defiende las actuaciones de un gobierno que, siente, se le parece mucho y, por ese camino, le garantiza el retorno al poder; al mismo tiempo, surge cada vez más gente en la Alianza que hace ver el abandono de las ideas que, a su turno, a ella la representan. Sólo estamos viendo el desenvolvimiento lógico y natural de un proceso anunciado desde que Sebastián Piñera se erigió en el candidato de un sector cuyas ideas y principios él nunca compartió cabalmente, y al cual no sabía ni podía interpretar como gobernante.

Y justamente por eso lo defienden quienes hoy lo defienden y lo critican quienes hoy lo critican.


Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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