LOS CÁNTICOS: LOS CONSCRIPTOS CANTORES DE VIENA

Los cánticos: Los Conscriptos Cantores de Viena
02.10.2013 | 0 Comments

Publicado en La Tercera, 10 de febrero del 2013


Enarcando las cejas hasta la coronilla en santa indignación, el país progresista y de piel sensible -aunque también el políticamente oportunista, siempre a la pesca de estas ocasiones- ha manifestado su enérgico rechazo respecto de las cantinelas de unos pelados que circulaban por una calle viñamarina entonando la clase de estribillos, a medias rítmicos y a medias xenofóbicos, que son de rigor en esa clase de ejercicios. Llama la atención tanto escándalo considerando que no se sabe de conscriptos de ninguna parte del mundo que celebren esos trotes entonando dulcemente “sácale las balas a tu fusil”. Los conscriptos son preparados para ser soldados y los soldados existen y se les mantiene en su labor y entrenamiento para encarar un eventual enfrentamiento armado; por eso se les enseña a usar un rifle, a destripar al prójimo con una bayoneta, a arrojar granadas y a programarse con una disciplina mecánica de obediencia total, único modo de que el Estado y la sociedad tengan cierta mínima garantía de que jóvenes de carne y hueso, muertos de miedo y tan llenos de instintos de supervivencia como cualquiera, irán, en el momento que se necesite, a cargar contra el fuego enemigo. Y dentro y como parte de esa disciplina robótica está y siempre ha estado el uso de recursos psicológicos para detestar o despreciar al eventual enemigo. ¿Cómo matar si no se mira al posible blanco como a un ser despreciable y odioso? Y puesto que el eventual enemigo suele ser un país vecino, no uno situado en otro continente, es obvio que aun los conscriptos de países en cuya diplomacia y política, normalmente, no hay sino deseos de cooperación y colaboración, se dirijan unos a otros, sin verse ni conocerse, epítetos en Si bemol mayor donde se amenaza a los del lado con la muerte, la violación de sus mujeres y la destrucción de sus hogares. Lo hacen contra Chile en Bolivia, en Perú -donde incluso es doctrina oficial el detestarnos- y desde luego en Argentina. En Laponia no, tampoco en Portugal. No somos vecinos.

Lo llamativo de este episodio es, entonces, no el hecho en sí, absolutamente banal, común y corriente, sino lo que lo ha rodeado, el acto que lo hizo público y las histéricas reacciones producidas. Respecto de lo primero, lo hizo público un turista argentino que estaba presente “en la escena del crimen” y de inmediato lo grabó en su celular o cámara para en seguida subirlo a la red y “denunciarlo” lo antes posible. Lo interesante y que llama a reflexión acerca de los ánimos, actitudes y mentalidades imperantes hoy en día es la existencia de esa ansiedad, del frenético deseo de hacer tal cosa, de “subir” algo, lo que sea. Parece que cada mamífero con un dispositivo electrónico a mano siente que los más esplendorosos derechos y valores de la humanidad dependen de su fisgoneo; parece que, aun por sólo un fugitivo momento, el sentirse protagonista de la historia y de la correcta marcha de la humanidad es mucho más fuerte que el sentido común haciendo ver las innecesarias consecuencias, los problemas creados, las personas o colectividades dañadas gratuitamente. No importa; ¡hay que subirlo todo!

En cuanto a la reacción, hemos visto imperar dos estados de ánimo igualmente desproporcionados y francamente deficitarios; por un lado, en la sociedad en su conjunto, la hegemonía de ese descriterio tan propio de las patotas cuando se dejan someter por el imperio de las imágenes, de la fama, del rating y esa pose de empoderados en lucha contra el Mal que está de moda, mientras por el otro hemos visto, en los órganos del Estado, tal debilidad ante ese reinado de la idiotez convertida en culto iconográfico que las autoridades se han apresurado en anunciar investigaciones y sanciones en vez de simplemente encogerse de hombros, como la banalidad y en verdad naturalidad del hecho merecía.

Se pregunta uno cuál es el límite, en que punto del descenso se encuentra el peldaño más allá del cual no descenderemos más en esta alegre bajada hacia la necedad.


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http://www.youtube.com/watch?v=yMpDiKrEHc4&feature=youtu.be