DEL BLOG DE HEMÓGENES
sábado, 9 de febrero de 2013
Puño en Alto Versus Cabezas Gachas
He visto en los comentarios de mi último blog que se ha reproducido una información dada por el abogado Marcelo Elissalde Martel, "observador de derechos humanos" que suele entregar por Internet antecedentes que no aparecen en ningún otro medio.
En su último envío hizo ver el contraste entre dos fallos de un mismo tribunal, la Corte de Apelaciones de Temuco. En uno, ella ordenó la prisión preventiva, que ya se prolonga por seis meses, del coronel (r) Sergio Valenzuela, hoy residente en Viña del Mar. Él se presentó voluntariamente a declarar en un proceso abierto por dos muertes ocurridas en el sur hace 39 años. El anciano coronel (r) sigue preso en el regimiento de Temuco porque la Corte no le otorga la libertad provisional por considerarlo "un peligro para la sociedad", pese a haber sido siempre una persona respetuosa de la ley y a que sólo tomó las armas por orden superior para cumplir la misión que la civilidad democrática les encargó a las Fuerzas Armadas y Carabineros en 1973, de enfrentar y derrotar al extremismo (ver Acuerdo de la Cámara de 22.08.73). En el otro fallo, la misma Corte alzó la prisión preventiva de un sujeto, Emilio Berkhoff, dejándolo en arresto domiciliario, pese a estar ligado a la entidad terrorista que ha perpetrado atentados con resultado de muerte en la Araucanía, a haber estado siete meses prófugo tras cometer el delito de maltrato a Carabineros, a haber sido requerido seis veces por la Justicia y, en fin, a que, al momento de su reciente detención, aparte de haber intentado huir, portaba un revólver con el número de serie borrado y una cantidad de municiones.
Al ser puesto en libertad por la Corte, el extremista levantó orgullosamente el puño en alto, expresando en ese solo gesto su decisión de persistir en el camino seguido hasta ahora, y que es el que mantiene en vilo a toda una región del país y ha provocado horror ciudadano tras varios asesinatos, en particular el de un pacífico matrimonio de agricultores septuagenarios, quemados al interior de su casa.
No quiero detenerme ante los manifiestos atropellos a la igualdad ante la ley, a la legalidad, al estado de derecho y hasta al sentido común que envuelve la comparación ante ambos fallos emanados de un mismo tribunal. Quiero detenerme sólo en la muy diferente actitud entre el extremista y el uniformado requeridos por la justicia en ambos casos: mientras el primero levanta amenazador el puño en señal de que la aplicación de las leyes, tenue y blanda a su respecto, no lo disuadirá de proseguir en su lucha armada terrorista, el segundo se allana a soportar la persecución judicial y la prisión injustas de que es objeto, por hechos prescritos y amnistiados de muy antigua data.
El puño en alto de los extremistas les advierte a los jueces: "tengan cuidado con nosotros"; y entonces los jueces los ponen dócilmente en libertad, aunque saben positivamente que son un peligro para la sociedad, lo que obligaría a mantenerlos en prisión. Pero tienen miedo o, peor, comparten el credo de la revolución. La cabeza gacha de los uniformados, a su turno, les dice: "ustedes pueden hacer lo que se les ocurra con nosotros, porque lo acataremos; sabemos que somos víctimas de una ilegalidad; sabemos, tanto como ustedes lo saben, que somos ciudadanos de orden y que nuestra libertad no representaría ningún peligro para la sociedad; pero entendemos que tengan temor de hacer respetar la ley, porque la corriente dominante, rehén del extremismo, así lo ha impuesto; y nos sometemos sumisamente a la desigualdad y la ilegalidad".
El puño en alto en un caso y la actitud sumisa en el otro simbolizan al Chile actual.
Con razón Edmund Burke sostenía que, llegado cierto punto (largamente sobrepasado en Chile), la tolerancia deja de ser una virtud.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
domingo, 10 de febrero de 2013
PUÑO EN ALTO VERSUS CABEZAS GACHAS
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