DEL BLOG DE MÀXIMO

EL ULTIMO CHIVO EXPIATORIO.


El nuevo pero no último lastimoso show de los hampones de Valparaíso (no de todos), es la acusación constitucional al ministro de educación Harald Beyer. Los concertacionistas andan con el colmillo afilado, las antorchan encendidas y echando espuma por su honorable hocico.


Alguna gente más o menos seria, como Claudio Orrego, Andrés Velasco y el ex ministro de educación de la concertación J.J. Brunner, han criticado la medida. Aseguran que esta actitud es poco seria y que no es la forma de arreglar el asunto. Hasta el goma de Girardi, el senador PPD Jaime Quintana cuestionó la medida (lo que ya es mucho decir). Tienen razón, pero no del todo.


Tienen razón en que es poco serio este escándalo artificial, pero no tiene razón en que no es la forma de “arreglar” esto, ya que la concertación no quiere arreglar nada, solo quiere huevear un rato para aparecer alineados con la revolución comunista que anuncia tomas, paros, saqueos y atentados para los próximos días. Todo por unos mugrosos votos que les sirven para seguir profitando de los contribuyentes.


El CRUCH se hizo el loco con este asunto, al indicar que el lío le corresponde al parlamento. En RN lo único que se les ocurrió, es preguntarle a la ayudista su opinión; harto perdidos andan estos gallos que ni se han enterado que la Gordi no habla, ni lo hará mientras encabece las encuestas.


Todo este escándalo es, como ustedes ya sabrán, por el famoso lucro. Todos quieren mas plata; el CRUCH la quiere toda para ellos, pretenden terminar con la educación privada, y saquear las arcas fiscales a través de las ONGs, el fondecyt, el fondant, y cualquier fondo disponible destinado a exponer lo ya expuesto, demostrar lo ya demostrado, e investigar lo ya investigado; las U privadas quieren una parte del botín, y tienen como sueño imposible terminar con las universidades estatales, fusionar todas las privadas, y hacerse millonarios; los alumnos quieren estudiar gratis para luego de egresados poder lucrar; el estado quiere mas impuestos para callar bocas y subir en las encuestas; los profesores quieren enseñar cosas que no saben y que les paguen por ello. Y todo esto a costa de los contribuyentes de clase media que pagan la universidad de sus hijos y por medio de los impuestos la de los hijos ajenos.


Mientras ellos pelean, nosotros pagamos.