martes, 30 de abril de 2013

CANDIDATURA DE LONGUEIRA Y UNIDAD DE LA DERECHA


Editorial
El Mercurio

Martes 30 de abril de 2013

Candidatura de Longueira y unidad de la derecha

Cuando atrae al centro, la derecha tiene un electorado sin diferenciación masiva en las bases. Así lo prueba el que en 25 años este ha podido unitariamente apoyar a candidatos de una u otra tienda...
Como en otras oportunidades, luego de sus días más crispados en largo tiempo, la centroderecha pareció anoche recobrar su unidad. Se tiende a olvidar que, exceptuado el proceso presidencial de 2009, que determinó la victoria de Sebastián Piñera, todos los anteriores han sido de muy difícil gestación para la alianza. No obstante, su candidato Joaquín Lavín estuvo muy cerca de alcanzar el triunfo en las elecciones de 1999 (con 48,7% vs. 51,3% de Ricardo Lagos, en segunda vuelta), y otro tanto ocurrió en 2005, con Sebastián Piñera frente a Bachelet (46,50% vs. 53,50%, en segunda vuelta), y en ambos casos el resultado pudo ser el inverso.


Ocurre así porque, cuando atrae al centro, la derecha tiene un electorado sin diferenciación masiva en las bases. Así lo prueba el que en 25 años este ha podido unitariamente apoyar a candidatos de una u otra tienda. Sus recurrentes querellas son solo asunto de las cúpulas de sus partidos, que muestran una paradójica escasa sensibilidad frente al rechazo que producen las pugnas en su electorado.


Al problema coyuntural que afectó a Laurence Golborne, se sumó ese ánimo cupular de pendencia y ello determinó una extendida decepción en todo el sector. El rigor de la política dejó fuera de la precampaña a una figura que con justicia se transformó en nacional por su labor en la hazaña del rescate de los 33 mineros, en 2010, y que despierta espontánea empatía en vastos sectores. Parece improbable que semejante causa hubiera tenido igual consecuencia en la coalición de izquierda, que ha probado una y otra vez su cultura de unidad y su capacidad de superar, en aras del poder, diferencias incomparablemente más profundas que las bastante livianas que distancian a RN y la UDI. Algunas cúpulas de derecha, sin embargo, cuando vienen tensiones inevitables, las exacerban con desdenes y necedades, de las cuales estuvieron plagadas las últimas horas.


Hay en esto un contraste sorprendente con la modernidad que suele caracterizar a los más trascendentes gobiernos de derecha en todo el mundo, que en las décadas recientes -Reagan y Thatcher- llevaron adelante con una filosofía de libertades las grandes reformas que exige nuestro tiempo para recuperarse de las políticas de Estado de Bienestar que agotaron a las prósperas economías surgidas de la Segunda Guerra Mundial, y que hoy -populismo mediante- podrían también sofocar nuestro impulso al desarrollo, como está ocurriendo lamentablemente en países potencialmente tan ricos como Venezuela o Argentina.


La derecha chilena tiene un arraigo hondo y extendido en la ciudadanía, pero sus partidarios distan de ser una clientela cautiva. Para competir con sus reales adversarios, ha de hacer ver que la precandidata Bachelet de hoy es diferente de la que gobernó entre 2006 y 2010, con un programa sustancialmente más de izquierda tradicional, hasta donde se sabe, con muchas similitudes con ideas de los años 60 y 70, con el apoyo del PC y los precios que ha de pagar por él -entre otros, una nueva Constitución de génesis y contenido no definidos, multiplicados estatismo y carga tributaria, alteración de los sistemas laboral y previsional, educación estatal controlada por el Gobierno, en la que no se advierte qué espacio tenga la libertad de enseñanza-. Bastan estos elementos, que no son los únicos, para concluir que la elección de noviembre próximo es de capital importancia, pues puede desviar a Chile por derroteros muy otros que aquellos que han permitido su progreso en los últimos 30 años de gobiernos de la Concertación y de la Alianza.


En este esquema difícil, la UDI resolvió proclamar unánimemente a Pablo Longueira como candidato presidencial, y lo más probable es que hoy resuelva inscribirse en primarias. Llegar a noviembre por campañas separadas envuelve mayores riesgos, y esa fórmula ya probó su fracaso en 2005: Lavín y Piñera obtuvieron en primera vuelta, sumados, más votos (48,64%) que Bachelet (45,96), pero el segundo perdió luego frente a ella en el balotaje.


Tras las naturales tensiones de una elección, una candidatura unitaria desde julio, como la desea el electorado, tiene todo el potencial para ser competitiva, en una campaña que será difícil para ambas coaliciones, como la propia izquierda lo reconoce explícitamente. Esta unidad exige de los dirigentes de la Alianza no solo generosidad, sino también pragmatismo y una visión lúcida de un nuevo electorado, mucho más demandante, de voto voluntario, al que hay que impregnar de sentido y mística para llevarlo a las urnas. Llamó favorablemente la atención, por tanto, el proyecto común destacado igualmente por Longueira y Allamand, y el respeto recíproco que se profesan, junto con la promesa firme de trabajar por cualquiera que sea elegido en junio.


La UDI recobra lo más propio de su ser con Pablo Longueira, uno de sus líderes naturales más apreciados, conductor por toda una vida y uno de los políticos más influyentes, desde la oposición durante los gobiernos de la Concertación. Como ya se vio ayer, posee la capacidad de despertar la mística que necesita una campaña como esta. Él llama a profundizar el camino ya avanzado por el gobierno de Piñera -con quien, desde el gabinete, ha creado una relación privilegiada-, apelando a las grandes masas silenciosas, que no participan en manifestaciones, pero que ponderan y juzgan dónde está su mayor posibilidad de progreso y bienestar.


Durante el tiempo en que ha sido ministro de Economía, acredita a su haber realizaciones muy importantes, entre otras la innovación que Chile necesita, el comienzo del despeje del nudo eléctrico, la acentuación del impulso competitivo de nuestra economía, ya iniciado por su antecesor, y una moderna ley de pesca que puso a prueba su vasta capacidad de negociación con los más disímiles sectores. Político claro y fogueado, siempre ha subrayado que su concepción de la derecha es hondamente popular, compenetrada y partícipe de los sectores más vulnerables. En buena parte, él hizo posible la solución de la mayor crisis del gobierno de Lagos, y en otra ocasión facilitó democráticamente la inscripción del Partido Demócrata Cristiano, dando pruebas de un sentido político de bien común y de respeto efectivo al adversario con el cual hay que trabajar.


Con igual decisión, Longueira y Allamand han llamado a una segunda etapa de gobierno de la Alianza con cambios necesarios, pero sin saltos al vacío. Su respaldo está en la obra realizada, probablemente muy mal comunicada y expuesta a la deformación de los mitos, pero que tiene en el emprendimiento, la reforma educacional, el empleo y la altísima tasa de crecimiento en un mundo en crisis, sus mejores logros.


1 comentario:

Anónimo dijo...

CON ESTO, ESPERAMOS QUE LOS ZURDITOS PAREN LA CHACRA

Primeros exámenes confirman que Pablo Neruda padecía un cáncer avanzado
El informe de los exámenes radiológicos e histológicos realizados a los restos del poeta por el Servicio Médico Legal fue entregado hoy al juez que lleva la causa Mario Carroza.

SANTIAGO.- Las primeras pruebas realizadas a los restos del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda concluyen que el poeta chileno efectivamente padecía de un cáncer de próstata avanzado y metastásico.
El informe de los exámenes radiológicos e histológicos realizados a los restos del escritor por el Servicio Médico Legal fue entregado hoy al juez Mario Carroza, quien instruye la causa para determinar el verdadero motivo de la muerte de Neruda, confirmaron fuentes del proceso a la agencia "EFE".
Para esclarecer estos hechos, los restos del poeta (1904-1973) fueron exhumados el pasado 8 de abril de la tumba en que yacían desde 1992 junto a los de Matilde Urrutia, su tercera esposa, ambas situadas frente al mar de Isla Negra, en el litoral central de Chile.

La tesis sobre la participación de terceros en la muerte del poeta se originaron luego de que el ex chofer del artista Manuel Araya revelara sus sospechas respecto a que Neruda podría haber sido envenenado en la Clínica Santa María, mientras estuvo internado allí.

El proceso de exhumación se enmarca dentro del juicio para esclarecer las causas de su muerte, luego que ésta habría sido inducida por agentes cercanos al régimen militar.

Emol