jueves, 25 de abril de 2013

DEL BLOG DE HERMÓGENES


JUEVES, 25 DE ABRIL DE 2013

Necesitábamos Una Thatcher y Elegimos a un Piñera

Hoy en la tarde hablaré ante un grupo de ex alumnos del colegio en que estudié y me he puesto a pensar qué les voy a decir. Y he resuelto recordarles que el país, como lo hace aproximadamente cada cuarenta años, según la descripción de un gerente norteamericano que vivió mucho tiempo acá, está listo para "darse otra vez un balazo en el pie". En realidad, el gerente usaba esa frase para definir a Chile: "Es un país que, decía, cuando está a punto de despegar, se pega un balazo en el pie".

Este nunca ha sido un pueblo fácil de gobernar. Es levantisco, malagradecido, sacador de vuelta, sin respeto por lo ajeno y siempre listo para matar la gallina de los huevos de oro. Necesita mano dura y lo sabe. Por eso al general Ibnáñez lo echaron como dictador en 1931 y a los veinte años lo eligieron como Presidente por inmensa mayoría, precisamente porque añoraban su mano dura. A Pinochet también lo habrían reelegido, si no se hubiera muerto antes de tiempo. Porque ejercía la autoridad, aunque no haya sido dictador, pues fue elegido en 1980 como Presidente por ocho años en votación plebiscitaria. Y si hubiera sido realmente dictador no habría entregado el poder al término de su mandato.

Ahora nos encontramos con que se ha perdido el sentido de autoridad. La gente hace lo que se le ocurre, por ilegal que ello sea, para conseguir lo que busca. Días atrás paralizaron ilegalmente los puertos y nadie exoneró ni procesó a los ocupantes ilegales. Al contrario, les dieron lo que pedían. Se tomaron un mineral de cobre con, también, ingente perjuicio, y obtuvieron lo que pedían. Se han tomado regiones completas para conseguir ventajas, y las obtuvieron. Los estudiantes "se sacaron los zapatos" asolando ciudades y usurpando colegios y universidades, y les dieron todo, lo cual los lleva a pedir todavía más. A la única autoridad del país que intentó hacer respetar la legalidad no la reeligieron en la última elección municipal, como diciendo "¡caos queremos!".

Frente a eso, el gobierno ya no manda, sino que siempre transige. En la Araucanía incendian bosques, máquinas, viviendas y plantíos y el régimen regala más tierras, en lugar de aplicar la Ley Antiterrorista.

Todo esto venía agravándose año a año y la situación del país clamaba por una mano firme, por una Thatcher, y en lugar de eso eligió, hace tres años, todo lo contrario, un Sebastián Piñera.

De modo que hoy lo que se grita en la calle pasa a ser programa de gobierno. Los vociferantes sólo son capaces de vocear consignas: "¡no al lucro!", "¡no a Hidroaysén!", "¡asamblea constituyente!" y otras vaciedades semejantes. Pues bien, estas consignas son las que después inspiran proyectos de ley del gobierno, detienen proyectos energéticos y nutren programas presidenciales para el régimen que asumirá en 2014.

Los primitivos de la calle ya hablan de otra Constitución. Un profesor universitario de izquierda (de una universidad de derecha, por supuesto) advierte que el cambio de la actual Carta deberá tener lugar "por las buenas o por las malas". Hace rememorar el primer mensaje de Allende al Congreso Pleno, en 1971, en que anunciaba que si el Parlamento no se allanaba a su revolución marxista sobrevendría la violencia.

Mientras tanto, el Estado de Derecho ha sido y sigue siendo pisoteado por una mayoría de jueces de izquierda que mandan cada vez más uniformados (r) a la cárcel en violación no sólo de las leyes, sino de los principios básicos del Derecho Penal ancestral y de la verdad de los hechos. Por eso éstos son presos políticos. El otro día, en un programa de TV con presidenciables, pregunté si nada pensaban hacer al respecto, y terció un izquierdista que supuestamente oficia de "candidato moderado" para decir que mi pregunta era "repugnante". A ese estado hemos llegado: para un "moderado" resulta "repugnante" impetrar la aplicación de las leyes.

Y, en fin, las encuestas anuncian que la candidata que mejor personifica esa completa revolución al margen de la ley y que es la que más se toma de las consignas de la calle para elaborar su programa, va holgadamente a la cabeza en las encuestas.

Entonces ¿qué les voy a decir a los ex alumnos de mi colegio? Pues que el país está a punto de cumplir con su sino secular y de volver a "pegarse un balazo en el pie".
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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