jueves, 18 de abril de 2013

LAS OLIGARQUÍAS ABUSADORAS



Miércoles 17 de abril de 2013

Las oligarquías abusadoras

"Quienes de verdad han copado la vía pública han sido las nuevas oligarquías, las organizaciones de abusadores anónimos, que de democráticas no tienen nada..."

Gonzalo Rojas

Dicen que la democracia se tomó la calle, dicen.


No es cierto, porque quienes de verdad han copado la vía pública han sido las nuevas oligarquías, las organizaciones de abusadores anónimos, que de democráticas no tienen nada.


No, no se trata de esos estudiantes movilizados que quieren erigirse -planificadamente y cada 30 días- en canon y medida de los malestares, sino de esos otros grupos de patudos que invaden espacios que llaman "de todos", pero que día a día ellos mismos van transformando en dominios de unos pocos, de esas oligarquías de abusadores.


Qué simpáticos los ciclistas, qué bien le hacen a la vida en común, pero desde que decidieron invadir las veredas nos tienen a los peatones con el alma en vilo. En noviembre pasado eran uno por cuadra; hoy llegan a casi cuatro. Van con casco -¿temerosos de que algún transeúnte les dispare con una bazuka?- y a velocidades de crucero; no faltan los que incluso circulan concentrados en sus celulares, una lepra ya lamentable entre bípedos, pero peligrosísima cuando vas al mando de dos ruedas. Señoras con niños, ancianos: contraten seguros especiales.


Algo nos une en todo caso, porque a cada metro los ciclistas y los peatones nos encontramos con abundantes excrementos de perro. La producción de los canes vagos -protegidos por las oligarquías animalistas-, incrementada por las encantadoras mascotas que circulan de la mano de sus amos, suma toneladas de fecas que inundan las veredas. Pocos -casi siempre extranjeros- son quienes usan la bolsita del caso para recoger. Los demás, oligarcas chilensis , dejan la huella como demarcación de territorio.


Igual cosa hacen los grafiteros, aunque en nocturnidad. A las sombras de la noche se acogen también las oligarquías de los abusadores del silencio: organizan fiestas en lugares públicos -el castillo del cerro Santa Lucía es un ícono-, pero desconocen las leyes de la transmisión del sonido: inundan con su agresividad las habitaciones de pacíficos residentes que intentan dormir, pero dan las 11 y dan las 12, y tam, tam, tam...


Los cineastas son un gremio de especial prepotencia. Anda tú a pedirles que te dejen salir de tu casa: ellos están filmando; es decir, ellos están en posesión de la realidad, ellos la están capturando en video o en celuloide; como tú eres la ficción, aguántate. Oligarquía pura.


Y el garabato. Sí, el garabato es el gran fetiche de las nuevas oligarquías: lo usan en el Metro, en la calle, en el restaurante, en la entrada a clases. Aquí estoy yo, afirman con la grosería; aquí estoy yo, el liberado, el dueño de la situación.


Súmale los automovilistas que se detienen sobre el paso de peatones, los tipos que se sientan en las escaleras del Metro, el patán que abre las piernas en la micro o en el bus interurbano, de modo que el asiento paralelo queda reducido al 25% del espacio; los skaters que se lanzan a fracturar tobillos, los cuatro tipos en fondo que copan una vereda, como si fuera de una sola vía.


Probablemente, todos estos no son los abusadores a los que se refiere Bachelet en su publicidad, cuando ella afirma que "No más abusos". Quizás la precandidata no está pensando en esas oligarquías que, autodenominándose minorías, han pasado a dominar la escena del centro de la capital. Ella seguramente no se refiere a ellos, pero ellos sí la tienen a ella por referente.


Cada uno de esos grupos -a veces son las mismas personas- se siente dueño de un espacio público que arrebata a la generalidad de los ciudadanos. Su mentalidad es la del aprovechador que espera que, en nombre de sus derechos, el Estado le garantice sus caprichos.


Y eso, ciertamente, calza muy bien con la oferta Bachelet.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Que verdades tan cotidianas la del profesor Rojas.

Sin ir mas lejos, en mi décimo no se cuanto email a la Moneda y a la municipalidad de Providencia, he realizado mis reiterados reclamos al cumplimiento de una ley de tránsito que nadie respeta y a nadie le interesa. Adjunto mi última misiva, la que en respuesta se me sugirió acudir a la Contraloría ya que el Gobierno no puede actuar sobre la Municipalidades, es decir tampoco puede hacer cumplir las leyes. Acontinuación mi email y su respuesta

REF.: N° 51 Presidencia
Señor
Presidente de Chile
Don Sebastián Piñera E.
Presente
Estimado Presidente,
en reiteradas ocasiones a lo largo de estos tres años le he solicitado a Usted, por intermedio del Dpto de relaciones públicas, que entiendo recibe estos correos y, a la Alcaldía de Providencia, en la anterior y actual conducción, tomar acción sobre un problema que afecta a muchos ciudadanos, tanto de la tercera edad como adultos y niños.
El gran problema de las BICICLETAS SOBRE LAS VEREDAS, que lamentablemente ya se han hecho habitual y al parecer sale mas seguro a los peatones caminar por la vía vehicular que por la vereda, ya que estos inconscientes conductores conducen a velocidades que ponen en riesgo a quien se les cruza por delante.
Me ha tocado y he sido testigo de accidentes, insolencias y amedrentamiento por parte de estos energúmenos del volante que lamentablemente por velar por su seguridad al conducir por las veredas ponen en peligro la seguridad de quienes tienen todo el derecho a caminar por ellas.
Tengo entendido que en la ley de tránsito hay un articulo en el que se menciona que estos vehículos deben transitar por la calle y mas aún deben tener patente. Yo no sé si esto fue derogado en el tiempo porque ya nadie respeta esto.
En ningunas de mis misivas (10) he recibido respuesta alguna a esta inquietud que afecta a cientos de personas, espero que en lo que queda de su mandato pueda tener una respuesta satisfactoria.
La arteria principal a la que me refiero es Av. Pedro de Valdivia de Providencia
Agradeciendo desde ya su recepción
Saludo atentamente

Estimado Señor Larrondo:

Junto con saludarle cordialmente y por especial encargo del Gabinete Presidencial, nos dirigimos a usted para dar respuesta a su inquietud.

respuesta:
En razón a su planteamiento, debemos informarle que el Presidente de la República no puede intervenir en la administración de las municipalidades, por tratarse de órganos autónomos de la Administración del Estado. Pronunciarse en sus decisiones, vulneraría la independencia de la que deben gozar para cumplir con su labor. Al respecto, el artículo 1º de la Ley 18.695, establece lo siguiente:
La administración local de cada comuna o agrupación de comunas que determine la ley reside en una municipalidad.
Las municipalidades son corporaciones autónomas de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas.
En ese sentido, es función de la Contraloría General de la República (CGR) ejercer el control de la legalidad de los actos de las municipalidades. La misma normativa establece en su Artículo 51 que:
Las municipalidades serán fiscalizadas por la Contraloría General de la República, de acuerdo con su ley orgánica constitucional, sin perjuicio de las facultades generales de fiscalización interna que correspondan al alcalde, al concejo y a las unidades municipales dentro del ámbito de su competencia.
Por tanto, le sugerimos utilizar los Módulos del Sistema de Atención a Usuarios dispuestos por parte de la CGR y desde allí formular su requerimiento.


FELIPE ALESSANDRI V.
Director
Dirección de Gestión Ciudadana