lunes, 1 de julio de 2013

DEL BLOG DE HERMÓGENES



DOMINGO, 30 DE JUNIO DE 2013

Primarias Inútiles y Caras, Pero Reveladoras

Aun considerándolas así, fui y voté en ellas. ¡Es lo que hay! Y se dieron resultados que yo habría deseado: ganó Longueira, y nadie podría negar que el "voto de la familia militar" influyó en el triunfo. Es decir, ese "voto duro" pasó la prueba. Y eso es importante como argumento para terminar con el mayor escándalo nacional de nuestro tiempo, que es el de la prevaricación de la justicia de izquierda contra los uniformados (r) que derrotaron al extremismo marxista. Olvidarse de los presos políticos uniformados tiene, pues, un costo electoral.

Pero decir que ayer hemos presenciado un acto de "fortalecimiento de la democracia", cuando casi el 80 por ciento de los habilitados para sufragar no votaron, es ridículo. Ese 80 por ciento lo que quiso decir es que no valía la pena participar en el acto de ayer, porque éste era una farsa, un "divertimento" del duopolio que acapara el poder político en Chile. Y fue, en verdad, un ejercicio antidemocrático, porque el ciudadano común no podía ser candidato. Hasta el mismo Velasco, sedicente "candidato a independiente", fue incluido por decisión de uno de los duopolistas. Los verdaderos independientes no tenían posibilidad alguna de competir. ¿A eso llaman "democracia"? Y lanzan gritos de admiración porque no se abstuvo el 90 por ciento, que era lo previsto.

Además, ¿para qué se necesitaba una primaria, si existe la primera vuelta presidencial? Para nada. Sólo la necesitaba el duopolio que controla el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial, para resolver conflictos de ambiciones entre sus caciques y hacerse autobombo ante los ciudadanos durante unas semanas, dándoles la impresión de que eligen libremente.

En fin, la primaria fue un ejercicio inútil, porque para saber quiénes tienen más votos en cada sector bastaba una encuesta. El CEP, una institución seria, podría haberla hecho (tras ganar la respectiva licitación pública) y habría cobrado unos 500 millones de pesos. La primaria, en cambio, nos va a costar nueve mil millones de pesos a los contribuyentes. Entonces ha sido, además de inútil, un ejercicio caro.

¿Por qué no habrá un Sernac Político, para garantizar que no haya barreras a la entrada a competir en política? ¿Por qué estamos entregados a los abusos del duopolio? A los políticos les gusta denunciar los de los demás, pero jamás permitirían una institución que denunciara los suyos.

En fin, siendo verdad todo lo anterior, "tenemos que arar con los bueyes que tenemos". Por eso fui a votar. Y estoy contento con los resultados, porque la derecha obtuvo importantes triunfos: dentro de la lista de la Nueva Mayoría, el segundo lugar de Velasco, "candidato de derecha", según apuntó el ultraizquierdista Gómez en el debate de la semana pasada, fue toda una sorpresa bienvenida. A la vez, Orrego izquierdizó su discurso y así le fue, enhorabuena. Y en la primaria de la Alianza triunfó Longueira, el de más a la derecha y que, por lo menos, no ha sido, como Allamand, un perseguidor de uniformados (r), lo cual le restó a éste el apoyo de la "familia militar". Y tal vez a ella le debe Longueira su triunfo.

Y sucumbió también el argumento de que mientras más gente fuera a votar, aumentaban las posibilidades de Allamand. Votó el doble de lo previsto, y ganó Longueira.

Por último, la única encuesta independiente que se publicó la semana pasada, y que comenté en este blog, la de MORI, acertó en que Bachelet obtendría el 75 por ciento de los votos de la Nueva Mayoría; pero erró en que Orrego le ganaría a Velasco, en que Allamand se impondría con amplitud sobre Longueira y en que acudiría a votar la mitad de la gente que en realidad votó. Pero no culpemos de esto último a MORI, sino a los chilenos, a los cuales cuesta mucho sorprenderlos diciendo la verdad. Reconozco que eso debilita mi argumento de que una encuesta nos permite saber lo mismo que una primaria, pero no lo invalida por completo.

Sea como fuere, ahora comienza otra carrera electoral, cuyo resultado sabremos sólo el 17 de noviembre. Y supongo que ya nadie va a olvidar que los votantes chilenos son más derechistas de lo que la mayoría tiende a pensar.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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