domingo, 11 de agosto de 2013

ELECCIÓN EN LA PRESIDENCIA DEL T.C.



Elección en la presidencia del Tribunal Constitucional:

El inesperado empate que sorprendió a La Moneda

Hasta ahora, nadie se explica en el Gobierno por qué la ex asesora más cercana del Presidente Piñera, María Luisa Brahm, decidió bloquear la elección de la ministra Marisol Peña como nueva presidenta del TC. En cambio, entregó su voto al ministro Carlos Carmona, figura jurídica clave de los cuatro gobiernos de la Concertación. Esto ocurre cuando el proyecto del pacto Nueva Mayoría propone "desmantelar" la actual Constitución, proceso en que el tribunal puede jugar un rol crucial.  

Marcelo Pinto E.
El Mercurio

El proceso para elegir al nuevo presidente del Tribunal Constitucional (TC) está alcanzando una complejidad similar a la del cónclave que escogió al Papa Francisco.
El nombre de Jorge Bergoglio concitó el apoyo mayoritario de los demás cardenales solo en la quinta ronda de sufragios. Algo parecido ha ocurrido en el edificio de Apoquindo 4.700, donde las votaciones para buscar al reemplazante del presidente del TC, Raúl Bertelsen, suman cuatro en menos de una semana.
Los resultados de las tres últimas vueltas en el TC fueron idénticos: se dio un empate a cuatro sufragios entre los ministros Marisol Peña y Carlos Carmona (ver relacionados), mientras que los magistrados restantes, Iván Aróstica y Hernán Vodanovic, han mantenido sus votos de abstención.
La elección ha entrado así en una especie de punto muerto, pues la ley establece votaciones sucesivas en caso de paridad, pero no aclara cómo solucionar el problema si la igualdad persiste. La última vez que se produjo una situación de este tipo fue hace justo dos años, cuando Bertelsen y el ministro Francisco Fernández igualaron dos veces antes de que una tercera vuelta desequilibrara la balanza.
Viraje inesperado
En el surgimiento del empate de esta semana ha sido clave María Luisa Brahm, jefa de los asesores del Presidente Piñera en La Moneda hasta marzo pasado, cuando el Mandatario la designó en el TC.
En la primera ronda, Brahm optó por la abstención. Pero en las tres posteriores se pronunció en favor de Carlos Carmona.
La manera en que votó la ex asesora presidencial generó perplejidad en La Moneda. El "remezón", sin embargo, pasó inadvertido en medio del revuelo causado por el "perdón" que el Mandatario pidió al país frente a los errores del INE en el censo.
En Palacio causó extrañeza que Brahm, una de las personas que más cercanía ha tenido con Piñera en su mandato, se inclinara por Carmona: asesor jurídico clave de los cuatro ex mandatarios de la Concertación.
Carmona solo abandonó Palacio en abril de 2009, cuando la entonces Presidenta Bachelet lo designó como ministro del TC.
El desconcierto en La Moneda por la postura de Brahm se relacionaría también con el hecho de que Piñera se desprendió de ella en una etapa clave de su mandato y en pleno año electoral solo por la importancia que le da al trabajo del TC.
La Moneda tampoco pierde de vista el momento en que se está dando el problema. Distintos abanderados presidenciales, entre ellos Bachelet, han anticipado que planean cambiar la Constitución.
Las propuestas reseñadas van desde formar una asamblea constituyente hasta introducir modificaciones en la Carta Fundamental por vías "institucionales".
Con ese telón de fondo, el TC aparece como un organismo clave para controlar la legalidad de las iniciativas que puedan presentarse.
Sufragio dirimente
Quien sea electo a la cabeza del tribunal ejercerá, además, una atribución esencial: dirimir los empates que pueden darse cuando la entidad cumple con sus tareas.
El presidente del TC siempre tiene voto dirimente en materia de leyes orgánicas constitucionales. Paradójicamente, en cambio, carecería de esa atribución frente a un cambio en la Carta Fundamental, pues al tratarse de una "nueva norma", no habría "con qué" contrastarla.
Quien encabece el organismo, en todo caso, sí podría esgrimir el sufragio dirimente al objetar el "método" usado para modificar la Constitución.
Los votos en detalle
La primera votación en el TC tuvo lugar el miércoles. En ese momento no hubo empate, pero el tropiezo se dio porque ninguno de los aspirantes alcanzó la mayoría simple exigida por la ley: seis preferencias.
El mayor apoyo -cuatro votos- lo concitó Marisol Peña. Además de su propio sufragio, contó con la adhesión de Bertelsen, Domingo Hernández y Juan Romero.
En segundo lugar -con tres votos- quedó Carmona. Como Peña, él también sufragó por sí mismo. Recibió, además, el respaldo de Francisco Fernández y Gonzalo García.
Las abstenciones fueron tres y corrieron por cuenta de Iván Aróstica, Hernán Vodanovic y Brahm.
Debido al orden de precedencia (primacía por antigüedad) que regula el funcionamiento del TC, los ministros más nuevos sufragaron al comienzo y los más antiguos al final. Eso explica que Brahms haya sido la primera en pronunciarse.
Frente al resultado, se optó por ir inmediatamente a una segunda vuelta: nueve de los diez jueces mantuvieron sus posturas. Únicamente la ex "mujer fuerte" de La Moneda dio un giro y apoyó a Carmona.
Así, Marisol Peña mantuvo sus cuatro votos: Romero, Hernández, Bertelsen y el de ella.
Carmona, en cambio, sumó un nuevo sufragio y quedó igualado con su colega. Una de las preferencias fue la suya. Los otros tres votos se los dieron García, Fernández y Brahm.
Para buscar el desempate, los ministros hicieron al día siguiente dos nuevas votaciones. Que solo replicaron el último resultado de la víspera.
Hay tres posibles explicaciones para el inesperado voto de la ex asesora de Piñera en favor de Carmona.
Una de ellas indica que Brahm y el ex "cerebro" jurídico de la Concertación se conocen desde los tiempos en que él trabajaba en La Moneda.
La ex colaboradora de Piñera tendría una opinión favorable de Carmona, quien goza de gran respeto en el mundo político.
¿Rivalidad de Brahm con Peña?
Otros antecedentes relacionan el sufragio de Brahm con la "rivalidad" que existiría entre ella y Marisol Peña. La distancia entre las dos obedecería a la manera en que la ex asesora "aterrizó" en el TC.
Dentro del organismo, Brahm habría mantenido los rasgos que la hicieron conocida en Palacio: franqueza, carácter y un afán por hacer cambios "desde dentro".
El perfil de la ex asesora habría generado roces en el tribunal. Especialmente con Peña, quien habría terminado convirtiéndose en su "contraparte".
En ese marco, el sufragio de Brahm por Carmona habría tenido un propósito claro: bloquear un eventual triunfo de Peña, por la vía de generar un empate y sacarla del "primer lugar".
Según los mismos análisis, en todo caso, el bloqueo por las paridades consecutivas no habría estado en los cálculos de la ex asesora.
Una tercera posible explicación para la postura de Brahm se relacionaría con un "hito" registrado hace ya largo tiempo, cuando Piñera recién había llegado a La Moneda.
En marzo de 2010, el TC declaró inconstitucional un inciso del primer proyecto de ley del actual Gobierno: el bono marzo. Uno de los votos de mayoría fue pronunciado por Marisol Peña. Paradojalmente, tres ministros afines a la Concertación, entre ellos Carmona, se pronunciaron por validar la iniciativa.
Al rechazar el nombre de Peña, Brahm pudo haber tenido en cuenta ese antiguo episodio, bajo la premisa de que la eventual llegada de su colega a la presidencia del TC no constituiría una "garantía" para La Moneda.
Luego de los empates, al interior del tribunal se consideró la alternativa de buscar otros nombres para suceder a Bertelsen. En ese proceso fue clave el ya mencionado principio de precedencia que guía al TC.
Se barajó, por ejemplo, la opción de que el propio Bertelsen -el ministro más antiguo- pudiese ser reelegido. Pero la idea se desechó, pues debe salir del organismo el 3 de enero de 2015. O sea en un plazo menor al período establecido para la presidencia del TC: dos años.
También se pensó en Hernán Vodanovic, ex senador PS. Sin embargo, la propuesta tampoco prosperó, pues se consideraron las mismas razones esgrimidas respecto de Bertelsen.
Lo ocurrido con ambos tiene un precedente: la decisión que el TC tomó en su minuto respecto de Juan Colombo, quien estuvo al frente de la entidad entre 2007 y 2009. La idea de proponerlo para un nuevo periodo se diluyó igualmente, pues debía dejar la institución en menos de dos años.
La precedencia influiría también en la opción de Marisol Peña para suceder a Bertelsen: la abogada tiene la tercera antigüedad en el tribunal, luego del actual presidente y de Vodanovic.
La "precedencia" en los almuerzos
La primacía por antigüedad, un uso con fuerte raigambre en el TC, tiene incluso manifestaciones prácticas.
En la página web del tribunal, los nombres de los diez integrantes están ordenados por la fecha de su incorporación. Lo propio se observa en la foto oficial del tribunal.
La precedencia se respeta incluso a la hora del almuerzo: los ministros se sientan en una larga mesa y la ubicación de sus puestos se relaciona con el tiempo que llevan en la entidad.
El próximo martes, los integrantes del TC llegarán nuevamente a Apoquindo y subirán al segundo piso para participar en una quinta votación, cuyo resultado es todavía incierto.
Un cambio en la postura de Brahm, así como de los dos votos de abstención; el surgimiento de una candidatura de consenso, o la "división" del próximo período presidencial son algunos de los caminos que se visualizan para dejar atrás los sucesivos empates y poder nominar finalmente al relevo de Bertelsen.
 Asesor en La Moneda por casi dos décadas
El abogado Carlos Carmona (DC), titulado en la U. de Chile, trabajó en La Moneda entre 1990 y 2009. Antes de pasar al Tribunal Constitucional era jefe de la división jurídica de la Segpres.
Colaboró estrechamente con los distintos presidentes de la Concertación. Se dice, por ejemplo, que Ricardo Lagos no firmaba ningún documento importante si Carmona no le daba previamente el visto bueno. Siempre cultivó un bajo perfil, al punto que según algunas versiones nunca habló con la prensa cuando fue subsecretario de la Segpres.
Compitió con 25 hombres para lograr sus nominaciones
La abogada Marisol Peña, titulada en la UC y profesora de Derecho Constitucional en el mismo plantel, logró sus dos nominaciones como ministra del TC, luego de medirse en dos concursos sucesivos convocados por la Corte Suprema. En el primer certamen se impuso frente 17 colegas varones, mientras que en el segundo hizo lo propio con otros ocho.
Años atrás conoció a Michelle Bachelet, cuando esta última estudiaba en la Anepe, donde Flores era profesora. Volvieron a encontrarse en la época en que la ex Presidenta era asesora de Defensa.
Los diez abogados que integran el Tribunal Constitucional:
Domingo Hernández Emparanza, académico y ex abogado integrante de la Corte Suprema, que lo nombró en el cargo el 28 de mayo de 2012.
María Luisa Brahm, ex asesora de La Moneda y ex directora del Instituo Libertad. El Presidente Piñera la nombró el 15 de marzo de 2013.
Francisco Fernández Fredes,
ex fiscal nacional económico y profesor universitario. Nominado por la Corte Suprema el 29 de agosto de 2006
Marisol Peña Torres,
académica de la UC. Elegida sucesivamente por la Corte Suprema en mayo de 2006 y junio de 2009.
Hernán Vodanovic Schnake,
ex senador PS. Nombrado por el Senado, el 3 de enero de 2006.
Gonzalo García Pino,
ex asesor ministerial y ex relator de la Comisión Verdad y Reconciliación. Designado consecutivamente por el Senado el 8 de abril del 2011 y el 6 de marzo de 2013.
Carlos Carmona Santander,
ex asesor de todos los mandatarios de la Concertación. Fue designado por la ex Presidenta Bachelet el 9 de abril de 2009
Iván Aróstica Maldonado, profesor universitario y ex asesor de Interior. Nominado sucesivamente por el Presidente Piñera, el 12 de julio de 2010 y el 16 de marzo de 2013.
Juan José Romero,
académico y consultor internacional.
Designado por el Senado el 6 de marzo de 2013.
Raúl Bertelsen Repetto,
ex rector de la U. de Los Andes y de la PUCV. Designado por el Senado el 1º de enero de 2006.
Las atribuciones del presidente
El titular del TC tiene un mandato de dos años y es subrogado sucesivamente por los ministros que le sigan en orden de precedencia (antigüedad). Sus facultades están definidas en la ley orgánica constitucional del organismo.
Una de ellas es emitir un voto dirimente para zanjar los empates que se dan durante el examen de algunas de las materias elevadas al organismo.
También son tareas suyas declarar concluido el debate y someter a votación los temas tratados, así como distribuir equitativamente entre las dos salas del TC las causas que ingresan. Otra de sus labores consiste en abrir y cerrar las sesiones del tribunal.

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