martes, 27 de agosto de 2013

LA HISTORIA QUE NO CUENTA CHILEVISIÓN, NI LA IZQUIERDA DE ESTE MAL AGRADECIDO PAÍS.




Le dispararon desde sede el PS de Concepción:

A 41 años del cobarde crimen del cabo de
Carabineros Exequiel Aroca Cuevas


El cabo de Carabineros Exequiel Aroca Cuevas (39, casado,
padre de cuatro hijos) fue asesinado el 30 de agosto de 1972
frente a la sede del PS, en Castellón 46, Concepción, al término
de una marcha de partidarios y de opositores al gobierno de
Allende, cuando la policía llegó en dos buses para atender
reclamos de vecinos que se quejaban por los piedrazos a sus
casas, mientras había “caceroleo” en el sector.
A 40 años del Pronunciamiento Militar de 1973, la versión
oficial, la misma de los marxistas, no habla de estos mártires
de la violencia política que desembocó con la gesta libertadora
de las FF.AA y de Orden.
Esa noche, alrededor de las 22.30 horas, un testigo,
identificado como Julio Schindler, que se dirigía a su casa, en
el barrio universitario, se topó a boca de jarro con la escena y
trasladó al carabinero herido de muerte al Hospital Regional.
Once meses después se producía el Pronunciamiento Militar y
por ese crimen sólo respondía el guerrillero Héctor Figueroa
Yáñez.
“¡Yo no disparé desde el techo del PS!”, dijo en su momento un
periodista desde Noruega, donde hoy vive.
Pero como buen marxista el autor del disparo trató de
involucrar a otros para librar de su crimen y quedar como una
blanca paloma.
Según declaraciones dadas al diario El Sur, en agosto de 2007,
el subversivo decía: “Yo sé que había gente nuestra arriba (en
el techo de la sede del PS); se disparó con botellas vacías.
De otros techos de más atrás, le dispararon a la gente nuestra
y suponemos que es gente de Patria y Libertad. Si el fiscal que
me condenó hubiese querido saber la verdad, lo habría
conseguido, pero no actuó de la forma más correcta; me
obligaron a firmar una declaración a lo que es golpes”.
Sin embargo, en la misma publicación, Figueroa admitía que
había armas en la sede del PS: “Sí, si había algo para proteger
al gobierno de Allende, pero pertenecían a un círculo muy
restringido”.
El tiro de una Winchester 44 que le costó la vida al cabo fue
disparado desde el techo de la sede del Partido Socialista de
Concepción, ubicada en ese entonces en Castellón º 46.
La bala, calibre 44, de alta potencia, penetró de frente por la
parte superior del tórax, casi en la base del cuello y no tuvo
orificio de salida.
La muerte del cabo Aroca causó tal revuelo en una zona y un
país tan polarizado como estaba Chile en 1973, que una
comisión especial de la Cámara de Diputados encargada de
conocer una acusación constitucional presentada por el PDC
en la época, destituyó al intendente Wladimir Chávez.
Con ese asesinato se le acusó de haber violado claras
disposiciones constitucionales en lo relativo al otorgamiento
de permisos para concentraciones públicas.
Y en ese contexto, Patricio Aylwin, presidente del senado en
esos años, expresó:
"Personalmente tengo la convicción más íntima - y lo siento
porque me gustaría no tenerla- de que el primer mandatario
(Allende) es el principal responsable del clima de odio que vive
el país, porque él lo ha alentado, lo ha estimulado".
Sin comentarios
Al respecto el general (r) de Ejército, Hernán Núñez Manríquez,
decía en 2011:
“El cabo Aroca no figura en el informe Valech y su viuda no
recibe ningún beneficio al que han tenido acceso muchos
extremistas. El Sr. Brodsky, director del museo de la memoria,
seguramente no da cabida al cabo Aroca en una muestra
pagada por todos los chilenos por ser uniformado, mientras su
asesino hoy vive tranquilamente en Noruega. Los que pedían a
gritos la intervención militar y condenaban este asesinato, se
olvidaron, encarcelaron a los uniformados y hoy vegetan
tranquilamente en sus hogares”.

DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 1.393

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