sábado, 31 de agosto de 2013

UNA FURIOSA VENGANZA POLÍTICA DE LA GUERRILLA Y SUS CÓMPLICES REVESTIDA CON DISFRAZ JURÍDICO



Desobeciendo las sabias instrucciones de un prestigioso periodista,
que fue mi profesor y hoy es un entrañable amigo y lúcido consejero,
escribo ahora mismo -pese al dolor y a la bronca-  para intentar
traducir en algo útil la sensación de impotencia que me embarga.

No voy a esperar  que pasen las horas y, con ellas, la irritación que
ahora tengo. Redactaré lo que pienso y siento en este instante para
intentar algo así como sublimar la indignación que me produce ver cómo
la izquierda está orquestando esta campaña que, por un lado,
desarrolla una apología de la guerrilla criminal y, por otro, el
ataque político-jurídico a quienes cumplieron con el deber de
combatirla.

Al tiempo que van llegando desde Argentina los pedidos de extradición,
la izquierda  -a través del control que ejerce sobre todos los medios
masivos-   impone su versión mentirosa, oculta la verdad histórica e
instala una especie de justificación de los crímenes de la guerrilla.
Ahí está la gran maniobra, repugnantemente hipócrita, que avanza en
forma simultánea a dos puntas tras un doble objetivo: glorificación de
la guerrilla asesina y destrucción de las fuerzas que debieron
enfrentarla.

La guerrilla fue derrotada en el campo militar pero ella triunfó en el
terreno de la propaganda.  Con Gramsci como guía, coparon el sistema
educativo y los medios masivos para que sus acciones psicopolíticas
les dieran el triunfo del cual hoy disfrutan viendo como son
humillados quienes arriesgaron sus vidas en la lucha contra el
terrorismo guerrillero.

La causa primera de todo esto. El problema real.

La cuestión de fondo es político-ideológica y no judicial.

Por haber ganado en materia propagandística, ahora están en
condiciones de llevar adelante esta furiosa venganza barnizada con una
supuesta defensa de los derechos humanos. Malditos hipócritas, ellos
que mataron sin piedad, que pisotearon derechos y libertades, ellos
que atacaron las instituciones, que sometieron a la población a un
clima de terror, estos mismos que todavía hoy siguen aplaudiendo a las
más sanguinarias dictaduras, fingen ahora ser defensores de los
derechos humanos.

Lejos de ser contraria a los gobiernos de fuerza, la izquierda ha sido
 -y es-  favorable a las dictaduras por brutales que ellas sean,
siempre que respondan a su mismo signo ideológico.  Esto explica la
idolatría que la izquierda practica con el tirano vitalicio de Cuba a
quien no le ha salido al cruce ningún juez valiente.

¿Se puede creer en la sinceridad de estos izquierdistas, amantes de la
metralla y de la bomba asesina, cuando se muestran como defensores de
los DDHH?. La única respuesta seria debe incluir una categórica
negativa porque lo que hacen, en realidad, es usar hipócritamente el
tema "derechos humanos" para atacar a personas, instituciones y
gobiernos antimarxistas. Ya lo he dicho alguna vez y lo ratifico
ahora: darle crédito a un militante del marxileninismo en su discurso
a favor de los derechos humanos, sería algo así como confiar en un
narcotraficante que se diga contrario al consumo de drogas.

Es tan sincero el militante (no el militOntO) marxista hablando de
democracia, de independencia del Poder Judicial y de derechos humanos
como un pirómano que niega su tendencia patológica a provocar
incendios y quiere que le admitan la condición de bombero.

Para que el odio revolucionario y revanchista de la guerrilla y sus
compañeros de ruta pueda ser digerido por cuanto cretino-útil anda por
ahí, utilizan como edulcorantes un supuesto idealismo de los homicidas
y una aparente actitud filantrópica de los terroristas.

Pero la verdad es una y bien diferente a la que pretenden. Los
guerrilleros despreciaron el valor de la vida humana, nunca tuvieron
escrúpulos en asesinar  -cobarde y vilmente-   a civiles, policías y
militares. Jamás se arrepintieron de sus crímenes. Ni siquiera para
intentar hacer más disculpable la pésima actitud de los políticos
(¿cuándo no?) que los premiaron con una amnistía. Recuérdese que se
sometió a consulta ciudadana la ley de caducidad después de haberles
regalado la amnistía a los delincuentes guerrilleros sin que hubiese
consulta alguna a la población para tal obsequio.

Así, amnistía y premios múltiples mediante, liberados unos, regresados
del exilio otros, todos se dedicaron a crear las condiciones que poco
después les permitiría acceder al gobierno (objetivo cumplido) y
concretar la gran venganza político-ideológica-jurídica que ahora
presenciamos.

Por todo esto sostengo que, el problema sedicioso y el tan publicitado
tema de los "derechos humanos" estuvo mal planteado y peor resuelto
desde el primer momento, a través de:

A - Una inmerecida amnistía general e irrestricta para criminales de
todo tipo, incluidos los guerrilleros (hasta los que regresaron del
exterior o de la clandestinidad sin haber sido juzgados ni haber
estado presos un solo minuto) y

B - Una Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, (para
quienes tuvieron que librar heroicamente la lucha contra la sedición)
llena de imperfecciones y de talones de Aquiles para permitir que se
le pase por encima cada vez que la izquierda entienda que hay
condiciones para ello.

Si para esta furiosa venganza que está en marcha, la ley fuese un
serio obstáculo, la izquierda  -encaramada en los órganos estatales-
se encargará de interpretarla de manera tal que el obstáculo se
supere. Y si ello no fuese posible, o no fuese tolerable para el
grueso de eso que llamamos "opinión pública", entonces simplemente se
le pisotea, se le atropella o más directa y brutalmente se le anulará,
como ya están anunciando varios voceros de la izquierda gubernamental.
Y eso, lo hacen y lo seguirán haciendo, sin importarles que se haya
declarada la constitucionalidad de la ley por parte de la Suprema
Corte de Justicia, además de haber sido refrendada por el voto
ciudadano.

Pasarán por encima de la voluntad expresada por el cuerpo electoral y
también de lo resuelto oportunamente por la Suprema Corte. Y qué?

La democracia y sus "formalidades burguesas", las libertades,
garantías y derechos, nada importaron, fueron despreciadas antes y las
volverán a pisotear ahora.

Se utiliza un armazón jurídico para encubrir la maniobra política.

Hubo un vaciamiento de la memoria en la población. Ya casi nadie
recuerda los crímenes de la guerrilla. Está prohibido recordarlos. Los
papagayos rojos incrustados en todos los medios masivos "cocinan" la
información de tal forma que siempre lucre la izquierda. Se amordaza a
quienes pudieran revertir la amnesia y se le pone un megáfono todo el
tiempo a la izquierda mentirosa y vengativa.

Esta gran maniobra orquestada por la izquierda sigue siendo posible
porque, frente a la gigantesca maquinaria propagandística, solo hubo y
hay silencio.

Ese silencio fue denominado "austero" por algunos.  Otros le llamaron
"solemne".  Yo lo califico como injusto, nocivo y cobarde porque
posibilitó que los crímenes de la guerrilla fueran borrados de la
memoria colectiva y facilitó que las mentiras se impusieran como
"verdades oficiales", sin estorbos y dejó campo libre para que se
enchastrara a quienes combatieron la guerrilla.

Ese silencio se le impuso disciplinariamente a los uniformados (doy
gracias a Dios por ser civil) mientras se fueron apretando las
mordazas a quienes, reaccionando ante tamaña injusticia, decían -de
tanto en tanto-  alguna verdad incómoda para la maniobra izquierdista.

Se le debe decir SÍ A LA VERDAD siempre que sea completa y total.

Y se debe rechazar las interesadas "verdades a medias" y las mentiras
fabricadas para glorificar a la guerrilla y demonizar a quienes
arriesgaron sus vidas para combatirla.

Es preciso contrarrestar el manejo mediático, teatral y macabro del
tema derechos humanos.

Dicho de otro modo: SÍ a la memoria integral, no maliciosamente
selectiva, parcial ni tramposamente hemipléjica.

No es justo valorar acontecimientos a partir de una amnesia parcial
deliberada para ocultar las brutalidades de la guerrilla sanguinaria
que aterrorizó al país.

Ya se verá, con claridad, cuánta "independencia técnica" hay en jueces
y fiscales. Se podrá ver si ceden o no a las presiones de la izquierda
gubernamental y de los medios de comunicación manejados por ella.

Nadie se atreve a pedir que quienes formaron parte de la guerrilla
criminal -y hoy integran el elenco gubernamental- expresen clara,
explícita y públicamente su arrepentimiento por los brutales
asesinatos cometidos. Tal arrepentimiento, en el supuesto caso de
existir, (oh ingenuidad...) debería estar acompañado del firme y
público propósito de NUNCA MÁS intentar esa vía violenta

Los partidos políticos, las más altas autoridades nacionales,
militares y policiales, las organizaciones sanas en general, deberían
hacer público un reconocimiento expreso a quienes arriesgaron y
entregaron sus vidas en la lucha contra la guerrilla. Tal gesto debe
dejar suficientemente claro ante la población que, más allá de los
excesos que se hubiesen cometido, la lucha contra la guerrilla fue
NECESARIA, JUSTA Y LEGÍTIMA.

Hombres-símbolos

Los hombres más atacados son quienes más se arriesgaron en la lucha
antiguerrillera. Estuvieron en la primera línea del combate. Son los
que tenían que ir a buscar a las bestias guerrilleras escondidas en
sus berretines. Debían sacarlas de sus madrigueras. No fueron
políticos ni burócratas parapetados detrás de escritorios. Se jugaron
la vida y vieron caer a su lado a varios de los suyos.

Seguramente, por la acción decidida de estos hombres y de otros como
ellos, la guerrilla perdió la ocasión de transformarnos, a sangre y
fuego, en otra Cuba. Eso jamás se lo perdonarán. Los perseguirán
siempre, los extraditarán, los difamarán, los calumniarán.  Para
ellos, dice la izquierda, "ni olvido ni perdón" sino que merecen
"paredón". Y a ese paredón pretenden conducirlos a través de un
calvario judicial. Junto con ellos, serán perseguidos todas las
personas e instituciones que tengan la osadía de enfrentar el
terrorismo marxista.

Hasta la propia izquierda, con su incesante propaganda, resalta el
valor de estos hombres y ha contribuido a convertirlos en figuras
representativas de la lucha antiguerrillera. Son todo un símbolo
aunque, claro está, odiado por quienes integraron la organización
criminal y sus cómplices.

Lo que viene sucediendo en torno a las extradiciones pone en evidencia
la actualidad de los problemas predominantemente ideológicos y el
papel que juegan las personas que se han convertido en símbolos del
combate contemporáneo, incruento y psicopolítico.

Uno de los ingredientes más nocivos de la campaña propagandística
actual de la izquierda  -que funciona gracias a la complicidad de los
mass-media- es imponer arbitraria e injustamente límites temporales
caprichosos a la historia reciente. Para la maquinaria de
desinformación al servicio de la izquierda, todo comienza con los
pronunciamientos militares como si nada hubiese existido antes. En
realidad, ocultan que el protagonismo militar fue consecuencia directa
de las acciones violentas de la propia izquierda y del reclamo de la
sociedad que se vio inerme ante los ataques del terror guerrillero.

Hoy, fiel a la doctrina y a la praxis de la violencia revolucionaria,
la izquierda ve con buenos ojos las acciones guerrilleras y
terroristas en diversos países. Basta observar las simpatías y
complicidades con la narcoguerrila en Colombia, con la organización
terrorista ETA, etc.

Así está procediendo la izquierda en su furiosa venganza, glorificando
a la guerrilla mientras persigue a quienes han luchado contra el
terror marxileninista.

A los lectores que llegaron hasta este final, pido disculpas por todo
lo que pueda haber de desorden y de yerros. No corregiré esos yerros
pero quedo en paz con mi conciencia y miro al Cielo.

Pido al Juez Supremo, al único Juez infalible, a Él que es tan odiado
por el materialismo ateo que postulan los marxistas, que nos conceda
sabiduría y fortaleza para luchar contra sus enemigos que son también
los nuestros.

A Él que es infinitamente justo, le pido especialmente que proteja a
mis compatriotas perseguidos. Y a mí, que me conceda la gracia de
poder seguir dedicando cada minuto de mi vida a luchar en defensa de
la Civilización Occidental y Cristiana, contra su enemigo letal: el
marxismo-leninismo en todas sus modalidades y variantes actuales.-


Prof. Alexander Torres Mega
Dir. Resp. de FLASHES Culturales


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