Desobeciendo las sabias instrucciones de un prestigioso periodista,
que fue mi profesor y hoy es un entrañable amigo y lúcido
consejero,
escribo ahora mismo -pese al dolor y a la bronca- para intentar
traducir en algo útil la sensación de impotencia que me
embarga.
No voy a esperar que
pasen las horas y, con ellas, la irritación que
ahora tengo. Redactaré lo que pienso y siento en este
instante para
intentar algo así como sublimar la indignación que me
produce ver cómo
la izquierda está orquestando esta campaña que, por un lado,
desarrolla una apología de la guerrilla criminal y, por
otro, el
ataque político-jurídico a quienes cumplieron con el deber
de
combatirla.
Al tiempo que van llegando desde Argentina los pedidos de
extradición,
la izquierda -a
través del control que ejerce sobre todos los medios
masivos- impone su
versión mentirosa, oculta la verdad histórica e
instala una especie de justificación de los crímenes de la
guerrilla.
Ahí está la gran maniobra, repugnantemente hipócrita, que
avanza en
forma simultánea a dos puntas tras un doble objetivo:
glorificación de
la guerrilla asesina y destrucción de las fuerzas que
debieron
enfrentarla.
La guerrilla fue derrotada en el campo militar pero ella
triunfó en el
terreno de la propaganda. Con Gramsci como guía,
coparon el sistema
educativo y los medios masivos para que sus acciones
psicopolíticas
les dieran el triunfo del cual hoy disfrutan viendo como son
humillados quienes arriesgaron sus vidas en la lucha contra
el
terrorismo guerrillero.
La causa primera de todo esto. El problema real.
La cuestión de fondo es político-ideológica y no judicial.
Por haber ganado en materia propagandística, ahora están en
condiciones de llevar adelante esta furiosa venganza
barnizada con una
supuesta defensa de los derechos humanos. Malditos
hipócritas, ellos
que mataron sin piedad, que pisotearon derechos y
libertades, ellos
que atacaron las instituciones, que sometieron a la
población a un
clima de terror, estos mismos que todavía hoy siguen
aplaudiendo a las
más sanguinarias dictaduras, fingen ahora ser defensores de
los
derechos humanos.
Lejos de ser contraria a los gobiernos de fuerza, la
izquierda ha sido
-y es- favorable a las dictaduras por brutales que
ellas sean,
siempre que respondan a su mismo signo ideológico. Esto explica la
idolatría que la izquierda practica con el tirano vitalicio
de Cuba a
quien no le ha salido al cruce ningún juez valiente.
¿Se puede creer en la sinceridad de estos izquierdistas,
amantes de la
metralla y de la bomba asesina, cuando se muestran como
defensores de
los DDHH?. La única respuesta seria debe incluir una
categórica
negativa porque lo que hacen, en realidad, es usar hipócritamente
el
tema "derechos humanos" para atacar a personas,
instituciones y
gobiernos antimarxistas. Ya lo he dicho alguna vez y lo
ratifico
ahora: darle crédito a un militante del marxileninismo en su
discurso
a favor de los derechos humanos, sería algo así como confiar
en un
narcotraficante que se diga contrario al consumo de drogas.
Es tan sincero el militante (no el militOntO) marxista
hablando de
democracia, de independencia del Poder Judicial y de
derechos humanos
como un pirómano que niega su tendencia patológica a
provocar
incendios y quiere que le admitan la condición de bombero.
Para que el odio revolucionario y revanchista de la
guerrilla y sus
compañeros de ruta pueda ser digerido por cuanto
cretino-útil anda por
ahí, utilizan como edulcorantes un supuesto idealismo de los
homicidas
y una aparente actitud filantrópica de los terroristas.
Pero la verdad es una y bien diferente a la que pretenden.
Los
guerrilleros despreciaron el valor de la vida humana, nunca
tuvieron
escrúpulos en asesinar
-cobarde y vilmente- a civiles,
policías y
militares. Jamás se arrepintieron de sus crímenes. Ni
siquiera para
intentar hacer más disculpable la pésima actitud de los
políticos
(¿cuándo no?) que los premiaron con una amnistía. Recuérdese
que se
sometió a consulta ciudadana la ley de caducidad después de
haberles
regalado la amnistía a los delincuentes guerrilleros sin que
hubiese
consulta alguna a la población para tal obsequio.
Así, amnistía y premios múltiples mediante, liberados unos,
regresados
del exilio otros, todos se dedicaron a crear las condiciones
que poco
después les permitiría acceder al gobierno (objetivo
cumplido) y
concretar la gran venganza político-ideológica-jurídica que
ahora
presenciamos.
Por todo esto sostengo que, el problema sedicioso y el tan
publicitado
tema de los "derechos humanos" estuvo mal
planteado y peor resuelto
desde el primer momento, a través de:
A - Una inmerecida amnistía general e irrestricta para
criminales de
todo tipo, incluidos los guerrilleros (hasta los que regresaron
del
exterior o de la clandestinidad sin haber sido juzgados ni
haber
estado presos un solo minuto) y
B - Una Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva
del Estado, (para
quienes tuvieron que librar heroicamente la lucha contra la
sedición)
llena de imperfecciones y de talones de Aquiles para
permitir que se
le pase por encima cada vez que la izquierda entienda que
hay
condiciones para ello.
Si para esta furiosa venganza que está en marcha, la ley
fuese un
serio obstáculo, la izquierda -encaramada en los órganos estatales-
se encargará de interpretarla de manera tal que el obstáculo
se
supere. Y si ello no fuese posible, o no fuese tolerable
para el
grueso de eso que llamamos "opinión pública",
entonces simplemente se
le pisotea, se le atropella o más directa y brutalmente se
le anulará,
como ya están anunciando varios voceros de la izquierda
gubernamental.
Y eso, lo hacen y lo seguirán haciendo, sin importarles que
se haya
declarada la constitucionalidad de la ley por parte de la
Suprema
Corte de Justicia, además de haber sido refrendada por el
voto
ciudadano.
Pasarán por encima de la voluntad expresada por el cuerpo
electoral y
también de lo resuelto oportunamente por la Suprema Corte. Y
qué?
La democracia y sus "formalidades burguesas", las
libertades,
garantías y derechos, nada importaron, fueron despreciadas
antes y las
volverán a pisotear ahora.
Se utiliza un armazón jurídico para encubrir la maniobra
política.
Hubo un vaciamiento de la memoria en la población. Ya casi
nadie
recuerda los crímenes de la guerrilla. Está
prohibido recordarlos. Los
papagayos rojos incrustados en todos los medios masivos
"cocinan" la
información de tal forma que siempre lucre la izquierda. Se
amordaza a
quienes pudieran revertir la amnesia y se le pone un
megáfono todo el
tiempo a la izquierda mentirosa y vengativa.
Esta gran maniobra orquestada por la izquierda sigue siendo
posible
porque, frente a la gigantesca maquinaria propagandística,
solo hubo y
hay silencio.
Ese silencio fue denominado "austero" por algunos. Otros le llamaron
"solemne".
Yo lo califico como injusto, nocivo y cobarde porque
posibilitó que los crímenes de la guerrilla fueran borrados
de la
memoria colectiva y facilitó que las mentiras se impusieran
como
"verdades oficiales", sin estorbos y dejó campo
libre para que se
enchastrara a quienes combatieron la guerrilla.
Ese silencio se le impuso disciplinariamente a los
uniformados (doy
gracias a Dios por ser civil) mientras se fueron apretando
las
mordazas a quienes, reaccionando ante tamaña injusticia,
decían -de
tanto en tanto-
alguna verdad incómoda para la maniobra izquierdista.
Se le debe decir SÍ A LA VERDAD siempre que sea completa y
total.
Y se debe rechazar las interesadas "verdades a
medias" y las mentiras
fabricadas para glorificar a la guerrilla y demonizar a
quienes
arriesgaron sus vidas para combatirla.
Es preciso contrarrestar el manejo mediático, teatral y
macabro del
tema derechos humanos.
Dicho de otro modo: SÍ a la memoria integral, no
maliciosamente
selectiva, parcial ni tramposamente hemipléjica.
No es justo valorar acontecimientos a partir de una amnesia
parcial
deliberada para ocultar las brutalidades de la guerrilla
sanguinaria
que aterrorizó al país.
Ya se verá, con claridad, cuánta "independencia
técnica" hay en jueces
y fiscales. Se podrá ver si ceden o no a las presiones de la
izquierda
gubernamental y de los medios de comunicación manejados por
ella.
Nadie se atreve a pedir que quienes formaron parte de la
guerrilla
criminal -y hoy integran el elenco gubernamental- expresen
clara,
explícita y públicamente su arrepentimiento por los brutales
asesinatos cometidos. Tal arrepentimiento, en el supuesto
caso de
existir, (oh ingenuidad...) debería estar acompañado del
firme y
público propósito de NUNCA MÁS intentar esa vía violenta
Los partidos políticos, las más altas autoridades
nacionales,
militares y policiales, las organizaciones sanas en general,
deberían
hacer público un reconocimiento expreso a quienes
arriesgaron y
entregaron sus vidas en la lucha contra la guerrilla. Tal
gesto debe
dejar suficientemente claro ante la población que, más allá
de los
excesos que se hubiesen cometido, la lucha contra la
guerrilla fue
NECESARIA, JUSTA Y LEGÍTIMA.
Hombres-símbolos
Los hombres más atacados son quienes más se arriesgaron en
la lucha
antiguerrillera. Estuvieron en la primera línea del combate.
Son los
que tenían que ir a buscar a las bestias guerrilleras
escondidas en
sus berretines. Debían sacarlas de sus madrigueras. No
fueron
políticos ni burócratas parapetados detrás de escritorios.
Se jugaron
la vida y vieron caer a su lado a varios de los suyos.
Seguramente, por la acción decidida de estos hombres y de
otros como
ellos, la guerrilla perdió la ocasión de transformarnos, a
sangre y
fuego, en otra Cuba. Eso jamás se lo perdonarán. Los
perseguirán
siempre, los extraditarán, los difamarán, los
calumniarán. Para
ellos, dice la izquierda, "ni olvido ni perdón"
sino que merecen
"paredón". Y a ese paredón pretenden conducirlos a
través de un
calvario judicial. Junto con ellos, serán perseguidos todas
las
personas e instituciones que tengan la osadía de enfrentar
el
terrorismo marxista.
Hasta la propia izquierda, con su incesante propaganda,
resalta el
valor de estos hombres y ha contribuido a convertirlos en
figuras
representativas de la lucha antiguerrillera. Son todo un
símbolo
aunque, claro está, odiado por quienes integraron la
organización
criminal y sus cómplices.
Lo que viene sucediendo en torno a las extradiciones pone en
evidencia
la actualidad de los problemas predominantemente ideológicos
y el
papel que juegan las personas que se han convertido en
símbolos del
combate contemporáneo, incruento y psicopolítico.
Uno de los ingredientes más nocivos de la campaña
propagandística
actual de la izquierda
-que funciona gracias a la complicidad de los
mass-media- es imponer arbitraria e injustamente límites
temporales
caprichosos a la historia reciente. Para la maquinaria de
desinformación al servicio de la izquierda, todo comienza
con los
pronunciamientos militares como si nada hubiese existido
antes. En
realidad, ocultan que el protagonismo militar fue
consecuencia directa
de las acciones violentas de la propia izquierda y del
reclamo de la
sociedad que se vio inerme ante los ataques del terror
guerrillero.
Hoy, fiel a la doctrina y a la praxis de la violencia
revolucionaria,
la izquierda ve con buenos ojos las acciones guerrilleras y
terroristas en diversos países. Basta observar las simpatías
y
complicidades con la narcoguerrila en Colombia, con la
organización
terrorista ETA, etc.
Así está procediendo la izquierda en su furiosa venganza,
glorificando
a la guerrilla mientras persigue a quienes han luchado
contra el
terror marxileninista.
A los lectores que llegaron hasta este final, pido disculpas
por todo
lo que pueda haber de desorden y de yerros. No corregiré
esos yerros
pero quedo en paz con mi conciencia y miro al Cielo.
Pido al Juez Supremo, al único Juez infalible, a Él que es
tan odiado
por el materialismo ateo que postulan los marxistas, que nos
conceda
sabiduría y fortaleza para luchar contra sus enemigos que
son también
los nuestros.
A Él que es infinitamente justo, le pido especialmente que
proteja a
mis compatriotas perseguidos. Y a mí, que me conceda la
gracia de
poder seguir dedicando cada minuto de mi vida a luchar en
defensa de
marxismo-leninismo en todas sus modalidades y variantes
actuales.-
Prof. Alexander Torres Mega
Dir. Resp. de FLASHES Culturales
e mail: Flashes@adinet.com.uy
- e mail: uruguayalertayresiste@gmail.com
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