lunes, 9 de marzo de 2009

EL SALVADOR: EDITORIAL DEL DIARIO DE HOY


GOBIERNO MARXISTA Yo ya tuve que vivir durante el desastroso gobierno de Salvador Allende en Chile, comprobar el hundimiento imparable de su economía
Luis Fernández Cuervo*

Pedir peras al olmo

Yo ya sufrí un gobierno marxista. Por eso no se lo deseo a nadie y muy especialmente no se lo deseo a la gente que, sin ser marxista, sueña con un gobierno de Mauricio Funes lleno de sabrosos frutos de paz y prosperidad.
Yo ya tuve que vivir durante el desastroso gobierno de Salvador Allende
en Chile, comprobar el hundimiento imparable de su economía; ver cómo
la pacífica convivencia democrática de un país que se enorgullecía de tener
más de un siglo de sólida democracia, daba paso a la violencia criminal; asistir sin remedio a los desmanes callejeros de la brigada “Elmo Catalán” o de la “Ramona Parra”, que atacaban con cadenas a las manifestaciones pacíficas de la oposición.


En el hospital donde yo trabajaba --Instituto de Anatomía Patológica
“Max Westenhöfer” del Hospital del Salvador-- nos fueron faltando elementos
indispensables para el trabajo. Nuestras gabachas, por ejemplo, fueron
rompiéndose sin recambio posible, los guantes de hule, lavados una y otra vez, hasta su ruptura. Pero eso, no era nada. Pasé un poco de hambre, no pasé frío, en los comercios faltaban muchas cosas pero ¿podía yo quejarme? Todos lo pasamos mal; también los que habían votado por Allende, siempre que no tuvieran carné de alguno de los partidos de la UP (Unidad Popular). Pero sufrir, sufrir mayor hambre y mayor frío, los pobres; cuanto más pobres, peor. Recuerdo aquellas larguísimas colas de gente esperando horas y horas para obtener un poco de comida o de kerosene para combatir el frío.
Sergio, el empleado que nos ayudaba en las autopsias, que había celebrado la victoria de Allende emborrachándose, pronto se tornó taciturno.
Hernán que, como otros del laboratorio, también había votado por la UP,
me decía: -”Doctor, ¿cuándo va a terminar esto?” Yo les respondía: -No sé,
usted votó por Allende… -”Sí, pero es que mi hijo, fíjese, se pasa todas las
mañanas en una cola para que, cuando por fin ya le llegó su turno, entonces
ya no queda nada”.
Lo curioso fue que Hernán, que era muy trabajador y muy competente en su trabajo, también me dijo otra vez que si seguíamos así, “van a llegar los militares y nos van a hacer trabajar a todos”. Él no lo necesitaba, pero el país sí, pues el desgobierno, la violencia y la desvergüenza de los “upeorros” o “upelientos” (así se los llamaba con desprecio a los de la UP) cada vez era peor.
Hasta la estética, el buen gusto y la limpieza urbana se vieron alterados en aquellos años. Se instauró el reino de la basura por doquier. Las pintadas gigantescas no respetaron ni los muros de los conventos de monjas. Y el letrero cubano de “Patria o muerte” fue pronto sustituido por otros --¿más acordes con la situación?--, de: “Patria o mierda”.
Son muchos los recuerdos dolorosos de aquellos años lamentables, donde los dos tercios del país se esforzaron, primero, pacíficamente, para que Allende frenara la revolución, cambiara su arrogante frase de “Yo no soy el presidente de todos los chilenos” y decidiera ser lo de todos; más tarde, con la iracunda marcha de las mujeres con “las ollas vacías” --gran sorpresa de los comunistas, al ver que la mayoría de ellas eran mujeres de los suburbios--; después, las huelgas crecientes de mineros del cobre, camioneros, universitarios, enfermeras, médicos, colegiales, etc.; al final, pidiendo abiertamente, sobre todo las mujeres, que los militares acabaran con toda aquella situación de miseria y violencia.
Los que, sin ser marxistas, todavía dicen que van a votar por Mauricio
Funes, ¿qué lespasa? ¿Están soñando? ¿Creen en la magia? ¿Esperan
atrapar un buen “hueso”? ¿O qué? Ahí tienen a los cubanos con sus escasos
alimentos racionados. Mientras tanto, la familia de Fidel Castro comprando
extensas propiedades en España, Argentina y Chile ¿con qué dinero?
¿De dónde sacan esos dólares, esos euros? ¿Les gusta este ejemplo?
¿Mauricio? ¡Qué importa lo que diga Mauricio! Él es la anestesia, la heroína, la droga para soñar despierto. Él no va a gobernar. Gobernará elFMLN y hay que agradecerles su sinceridad al decirnos que no piensan ser alternativa sino alternancia para llegar, quedarse e instaurar su socialismo
marxista y su “amistad” con Chávez. Este último también lo ha dicho claro.
Él aporta dinero a la campaña porque mira a El Salvador como otro satélite
más de su imperio chavista, ese sueño suyo paranoico con el que espera derrotar al imperialismo yanqui.
Ténganlo presente: nadie puede dar lo que no tiene. Bien dice el Evangelio: “Por sus frutos los conoceréis: ¿Acaso se cosechan uvas de los espinoso higos de las zarzas? (Mateo, 7,16). No se puede votar con l sentimiento, la imaginación o… con el hígado “para castigar a ARENA”. Hay que votar con la cabeza, con el conocimiento de la realidad. No se puede pedir peras al olmo.
*Dr. En Medicina y columnista
de El Diario de Hoy.
luchofcuervo@gmail.com

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