domingo, 31 de mayo de 2009

VIAJE AL UNIVERSO ANARCO


Por G. O. J. / M. V. C. / La Nación Domingo
Qué inspira y cómo se reúnen los grupos anarquistas

Viaje al universo anarco
Comprender a los ácratas de hoy es un asunto complejo: se trata de grupos y corrientes que se encolumnan tras las banderas libertarias y comparten espacios y plataformas, pero no actúan coordinadamente y suelen tener posiciones encontradas.

Hace unos años, el periódico "El Siglo" hacía notar el "pasto rojo y negro" que empezaba a florecer en las marchas políticas.

Eran las banderas anarquistas, que poco a poco fueron sustituyendo a los emblemas del "Che", tal como la estética hippie cedió su lugar a la moda punk. Hoy están en la mira de todos, después de la explosión de una bomba que Mauricio Morales Duarte transportaba y que le costó la vida.

Pero comprender quiénes y cómo son los ácratas de hoy es un asunto complejo. Casi tanto como está siendo para las autoridades descubrir a los responsables de las decenas de bombazos casi un centenar según algunos relevamientos que han sacudido sucursales bancarias, iglesias y oficinas públicas desde 2004 a la fecha.

Poco tiene que ver el fenómeno, por cierto, con el anarquismo obrero predominante durante buena parte del siglo XX, ligado al mundo sindical y que inspiró a figuras como Clotario Blest.

"No se trata de un fenómeno político. Estos ‘cabros’ adhieren a una ideología anarquista de una forma muy desestructurada, que no tiene que ver con la tradición anarquista, que es bastante intelectualizada y analítica", señala Emilio Torres, director de la Escuela de Sociología de la Universidad Central.

"No están metidos en el mundo social, están más aislados, formando guetos", agrega el historiador Óscar Ortiz, discípulo de Blest.

"Es cierto que hay elementos comunes, como que no creen en el sistema electoral ni la democracia representativa, y sí en generar sociedades sin explotación económica. Pero los grupos actuales se han quedado en la protesta y han sido incapaces de generar una propuesta alternativa de desarrollo económico", agrega Ortiz, que entre 1992 y 2001 ofreció talleres sobre anarquismo en varias universidades de Santiago.

SALAS DE CULTIVO

Precisamente ha sido en algunas universidades especialmente la Academia de Humanismo Cristiano, así como en el denominado "cordón Macul", compuesto por el Campus Gómez Millas, el ex Pedagógico y la UTEM, y hasta hace algún tiempo en la Arcis donde se han concentrado los principales núcleos de pensamiento libertario.

Es que el anarquismo actual es reconocido por quienes lo estudian como un fenómeno de clase media, que, pese a alinearse en ocasiones en torno a ideas similares, poco tiene que ver ya con el mundo obrero, ni con el lumpen con el que suele ser asociado.

"El anarquismo se desarrolla en las universidades porque requiere de un pensamiento crítico; en general se trata de gente con una formación teórica sólida, donde el concepto de autogestión es muy importante y, principalmente, muy adaptado al siglo XXI", explica el sicólogo social Erik Marín, quien se ha especializado en el estudio del anarquismo y sus expresiones de acción directa.

Muchos de los casi 500 asistentes al funeral de Mauricio Morales eran justamente sus compañeros y profesores en la carrera de Pedagogía en Historia de la Academia.

Pese a que no se matriculó este año, sus amigos lo consideran parte importante de la comunidad estudiantil. Tenía planeado entregar esta semana la tesis de grado que hacía junto a su polola que justo estaba de cumpleaños el día en que explotó la bomba , y el martes, mientras preparaban un homenaje en el patio central, simpatizantes libertarios denunciaron la "infiltración" en las aulas de elementos ajenos al movimiento y empecinados en crear descrédito.

"Sapos", como suelen llamar también a periodistas y, en general, a cualquiera que intente acercárseles sin ofrecer adhesión incondicional a la causa.

"No tenemos nada y por eso lo explotaremos todo", dice un letrero pegado en las afueras de la casa de estudios, donde los anarquistas incluso administran una sala bautizada como Claudia López, en recuerdo a una estudiante de danza que murió en 1998, baleada presuntamente por la policía mientras participaba en una protesta callejera.

Claro que no todos en la universidad están de acuerdo con estas ideas, e incluso acusan que han sido perjudiciales para la organización del alumnado.

"Hay una apropiación del discurso y de los espacios simbólicos que han hecho durante muchos años, y que no es ilegítimo pero hace ver como que todos fueran anarcos acá", dice Carlos Falcón, presidente del Centro de Estudiantes de Sociología de la Academia, tras lamentar la muerte de su compañero.

"Una contradicción es que toman cerveza en el patio y después dejan botadas todas las botellas para que los tíos del aseo a quienes ellos pretenden liberar las recojan. No se saben ni siquiera su nombre".

EL ÚLTIMO MÁRTIR

Varios de los compañeros del "Punky Mauri", sin embargo, no asocian su imagen con la del ciclista-bomba que reventó en mil pedazos. Dicen que era un muchacho sencillo que "sentía que se traicionaba así mismo al caer en la lógica del mercado de las universidades".

Quizás por eso iba poco. Sí se sabía, añaden, que gestionaba las bibliotecas de casas okupa, hacía clases en preuniversitarios populares, organizó ollas comunes y colectas, trabajó en un canal de televisión comunal y participó en talleres para los inmigrantes pobres.

Tampoco en el barrio donde vivía en San Bernardo, junto a su madre y su hermano Claudio, sospechaban de él, aunque sí conocían de su apoyo a la libertad de los "presos políticos" y las reivindicaciones mapuches.

Era "vegano" vegetariano, se llamaba a sí mismo "aspirante a anarquista" y a veces animaba cumpleaños infantiles, lo que le valió el apodo de "Payasito Mauri".

Además, pese a su postura antisistémica, mantenía una deuda de 18 mil pesos con Falabella, por la que estaba registrado en Dicom.

Una de las dificultades para entender la estructura del anarquismo radica en la multiplicidad de grupos y corrientes que se encolumnan tras las bandera del movimiento.

Okupas, defensores de los derechos animales, activistas pro mapuches y miembros de antiguos movimientos subversivos, además de algunos anarquistas de raíz ideológica más "pura", conforman una verdadera torre de Babel.

No suelen actuar coordinadamente y muchas veces tienen posiciones encontradas respecto a temas como la legitimación de la violencia , aunque sí se reconoce y comparten plataformas blogs, fotologs, Facebook, páginas web, fanzines, esténcil, afiches, murales y también espacios, como escuelas autogestionadas, centros culturales y casas "okupa" ubicadas en Peñalolén, Villa Francia, Pudahuel, San Bernardo y, principalmente, en el sector poniente de la comuna de Santiago.

IGUALES Y DIFERENTES

Es esta forma de actuar la que hace tan difícil investigarlos. "A diferencia de los grupos subversivos, que tienen un mando vertical, los anarquistas no compartimentan información. Funcionan más con redes de afinidad, de compañerismo, familiares o de barrio, lo que hace casi imposible infiltrarlos", señala Erik Marín, para quien el propósito de quienes han instalado los artefactos explosivos "no es dañar a otras personas, sino lanzar un mensaje a un público más amplio, ya sea para atemorizarlo o para incitarlo a la insurrección".

El investigador, eso sí, advierte sobre la alianza que a partir de 2002 desarrollaron ciertos grupos de inspiración libertaria tanto con líderes mapuches vinculados a la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), como con un grupo de integrantes del Movimiento Lautaro que pasaron por la Cárcel de Alta Seguridad y crearon allí el colectivo Kamina Libre, destinado a ofrecer apoyo logístico y propagandístico a los presos denominados "políticos".

Integrantes de dicho colectivo estuvieron en el funeral de Morales y durante los últimos días recorrieron las distintas casas "okupas" del centro filmando a los periodistas que se acercaban.

La prédica de este grupo parece inspiración directa para emblemas como el Grupo Anarquista Anticarcelario, consigna a la que adscribía Mauricio Morales.

"Los ex subversivos se han dado cuenta de la fuerza del anarquismo y se han subido a él. Ellos saben que son investigados y perseguidos, por lo que tienen otras dinámicas de reunión, aunque utilizan los centros artísticos y culturales del anarquismo como puntos de encuentro. Pero no creo que hayan sido ellos los que están detrás de las bombas, esa tesis equivale a subestimar el movimiento anarquista", señala Marín.

EL FENÓMENO "OKUPA"

En lo que casi todos los observadores coinciden es en diferenciar a los "okupas" de los anarquistas de acción directa.

"Los ‘okupas’ son un movimiento de corte libertario pero cultural, son visibles y suelen llevarse bien con sus vecinos", afirma Erik Marín.

Coincide con esta mirada el director de la Escuela de Sociología de la Universidad Central, Emilio Torres: "Hay que tener cuidado con estigmatizar a todos los ‘okupas’, este movimiento tiene casi 20 años y en ese tiempo se han dedicado a desarrollar actividades culturales, por supuesto críticas al sistema, pero no a poner bombas ni a mostrar conductas sistemáticamente violentas como las que han aparecido en los últimos años.

Pero sí la forma en cómo funcionan estas casas "okupa" ha hecho que los jóvenes creen nexos con grupos violentos que se han radicalizado".

La docena de casas "okupa" en el centro de la capital son el radio de acción más importante para el grupo anarquista. En las manifestaciones públicas y en que se anuncia masivamente un sinnúmero de actividades, puede encontrarse una rotación de casa a casa de los mismos organizadores visibles.

Estos lugares tienen una clasificación que obedece a su funcionalidad: hay "okupas" artísticas y más "mediáticas", como la de calle República; de vivienda, como La Cañería, ubicada en Santa Isabel; tipo centro cultural autogestionado, como la de Cueto con Andes que no es en realidad una casa ocupada, pues allí pagan un arriendo de casi 500 mil pesos al mes, la Sacco y Vanzetti, La Idea, la Ramón Ramón a la que estaba más ligado Mauricio Morales o La Fábrica, ubicada en la periferia de la capital.

Los pasos de ocupación de estos lugares consisten en, primero, limpiarlos y acondicionarlos, consiguiendo luz y agua. Luego, tratar de ganarse la simpatía de los vecinos a través de talleres gratis y, finalmente, traer gente de otras partes a la casa creando redes de comunicación con otras comunas.

DETONAR UN CAMBIO

Jorge, un muchacho ácrata que suele recorrer los albergues de estos grupos, y que nos pide no publicar su apellido, intenta explicarnos algunos conceptos de su funcionamiento.

"La organización es esporádica y coyuntural. Se constituye en base a redes informales. No se sustenta en instituciones fuertes como una confederación. Gira en torno a expresiones espontáneas de pequeños colectivos que van ejerciendo acciones que no son constantes. Uno de sus sustentos ideológicos son las asambleas y que todos somos iguales, pero ojo, también se establecen liderazgos que son igualmente espontáneos", dice, señalando además que el repunte de estas tendencias en la última década obedece a la creciente lucha antiglobalización originada en Estados Unidos y que después pasa a Europa, llegando a Chile básicamente en 2004, con motivo de la reunión de la APEC.

"Ha venido a reemplazar lo que antes era la izquierda radical influenciada por el FPMR, el Lautaro, la Juventud Rebelde Miguel Enríquez o partes del MAPU, que de alguna manera han ido rearmándose en diversos frentes de reivindicación, como el antimilitarismo, el antisexismo, la protección del mundo animal, etc. La presencia de estos miembros en los grupos anarquistas es un hecho", afirma.

-¿Qué lleva a un muchacho como Mauricio Morales a arriesgar su vida manipulando una bomba?

-Es muy difícil ponerse en los zapatos de alguien que está en una expresión tan radical de lucha contra algo que le parece insostenible, como el sistema capitalista o como un Estado que determina el destino de las personas. Son muy pocos los que tienen el valor de hacerlo. Hay mucha decepción. Esa desazón del fracaso del mundo lleva a gente que no tiene opción a expresarse en forma violenta, porque siente que eso va a detonar un cambio.


Conectados

En la internet las páginas sobre el tema son miles: acciondirecta.entodaspartes.net, malgobierno.org, hachazo.net, anarkia.cl, traidores.org, entre otras locales, conducen a todo tipo de links nacionales y extranjeros que abren las puertas de un mundo que no está en los quioscos de diarios y revistas, ni tampoco en la televisión abierta o por cable.

Gracias a ello, la muerte de Mauricio Morales se convirtió rápidamente en una bandera de reivindicación. En Barcelona, por ejemplo, un grupo anarquista que se adjudicó por internet un atentado a una grúa que construía la línea 9 del metro de esa ciudad, dejó la consigna: “Mauri: el fuego de esta noche brilló para ti. Un abrazo insurrecto”.

Además, en México fue incendiado un módulo policial y en Estados Unidos fue atacada una sucursal de Starbucks, también en “homenaje” al Punky Mauricio. Grupos argentinos, en tanto, han enviado comunicados de apoyo en páginas web.



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