domingo, 22 de noviembre de 2009

Con Perú


El Mercurio

Agosto de 2009: denuncia de interceptación por un ex agregado naval peruano de correos electrónicos de oficiales de la FACh.

Abril de ese año: peruano sorprendido fotografiando instalaciones navales en Valparaíso.

Más atrás, abril de 2001: se descubre la interceptación de las comunicaciones de la embajada chilena en Lima.

Todos estos episodios fueron manejados y rápidamente superados con discreción y diplomacia.

¿Por qué ahora esta explosión política y diplomática respecto de un episodio localizado en 2002, con datos fragmentarios y no caracterizados? ¿Por qué, con gran riesgo para la relación bilateral -incluido su esencial componente económico-, se escaló al más alto nivel y con frases altisonantes?

Coincide eso con una campaña peruana que denuncia una carrera armamentista sin fundamento. Chile es así caracterizado como un país agresivo. Todo ello en tiempos de un litigio ante la Corte de La Haya, que -ese sí- alteró la normalidad de una buena relación. Hace pocos años, con el Acta de Lima, ambos países habían declarado superados todos sus problemas limítrofes. De pronto, y luego de más de medio siglo de práctica de un límite convenido, Perú lo cuestiona y crea artificialmente un caso. No es propiamente tal, sino un "anti-caso", pues consiste en denegar la realidad fronteriza marítima existente, y en procurar cuestionar sus elementos constitutivos, tras haberlo reconocido y practicado durante la mayor parte del siglo XX.

PARDIEZ




No hay comentarios: