miércoles, 20 de enero de 2010

MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS


COMENTARIO:
SR. FONTAINE, DEJE DE HABLAR TONTERAS, UN MUSEO DEBE CONTENER TODO LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS DESDE LA GÉNESIS ( CAUSAS) HASTA LAS CONSECUENCIAS LO QUE ESTO ÚLTIMO UD DESTACA DENTRO DE SUS ARGUMENTOS. NO CONTINUE MORDIENDO LA MANO DE LOS QUE LE DIERON DE COMER A SU SR. PADRE Y SU FAMILIA DURANTE EL GOBIERNO MILITAR. UD NO ES UN DIGNO HABILITADO DE LA DERECHA PARA REPRESENTARNOS EN ESA INSTALACIÓN. JAMÁS NOS PODREMOS DE ACUERDO, SI SIGUE CON ESTAS IDEAS DE CONTINUAR DIVIDIENDO A LOS CHILENOS. ESPERO QUE EL NUEVO GOBIERNO TENGA LA SABIDURÍA Y SAPIENCIA PARA QUE ESE LUGAR UNA, EN VEZ DE SEPARAR.
¿ PODRÍA DECIRME A CUANTO ASCENDERAN SUS HONORARIOS EN EL DIRECTORIO DEL MUSEO? Y SI ESTARÍA DISPUESTO UD. COMO BUEN CHILENO DE CUMPLIR CON SU LABOR EN FORMA PATRIÓTICA SIN RECIBIR REMUNERACIÓN?
RUS.

Arturo Fontaine Talavera

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, como concepto, tiene apoyo amplio y transversal. En una dictadura todos —incluso quienes gozan de libertades y derechos— viven en la precariedad. Sus derechos no son sino meras concesiones o mercedes que el déspota o sus subordinados pueden retirar cuando lo estimen conveniente. “Todos hemos perdido algo” sugiere la sobrecogedora obra de Jaar que se hunde en el patio del museo.

El museo no pretende exhibir un recuento neutral o aséptico. Los hechos se presentan desde la perspectiva de los derechos humanos y la democracia que los cautela. Qué significa perder la democracia es la gran lección. Como en el Informe Rettig que sirve de base, están, en primerísimo lugar, las víctimas de la violencia ejercida por agentes del Estado que actuaron bajo un diseño institucional que lo favorecía. También hay víctimas de la violencia política: combatientes que mueren con las armas en la mano, militares asesinados por movimientos armados como el MIR o el FPMR y simples inocentes.

Como ese niño de diez años, José Sáez, que en Conchalí, encontró un paquete. Se acercó y lo abrió: fue despedazado por la bomba destinada a una tenencia policial. Es la contrapartida de la violencia. Lo mostró Albert Camus en “Los Justos”. Un terrorista ruso, Kaliayev, debe lanzar una bomba al gran duque, pero en el momento de hacerlo lo detiene la mirada de dos niños que inesperadamente van también en el coche. Stepan, el revolucionario duro, le dice: “No hay límites… Si esa muerte te detiene… no estás seguro de estar en tu derecho”. Kaliayev: eso “haría de mí un asesino cuando trato de ser un justiciero”.

En el Museo todos los muertos están en el inmenso muro blanco que enfrenta al velatorio. En otra sala, los nombres de las víctimas de la prisión y la tortura del informe Valech, y testimonios estremecedores.

Ampuero, Fermandois y Gandolfo, entre otros, en sus columnas de “El Mercurio”, sólo han criticado que el museo no aborde las causas del quiebre democrático del 73. Son objeciones planteadas con altura. Pero este museo está dedicado a la memoria en relación con las violaciones a los derechos humanos; no es un museo de historia general. En cuanto a los derechos humanos —estaremos todos de acuerdo— lo ocurrido antes no puede ponerse en el mismo plano ético que lo sucedido después. Y, por cierto, las causas no exculpan los posteriores horrores y sevicias que -a pesar de los esfuerzos de algunos dentro y fuera del gobierno- vulneraron de modo sistemático la vida, el cuerpo y la dignidad de tantas personas. El Estado fue entonces victimario.

En un muro se destaca un párrafo del Informe Rettig que alude a la disolución de la democracia. Es un llamado de atención: el golpe militar no ocurrió de repente y en el vacío. El museo cumple al despertar interés por conocer las causas. Quizás ese párrafo podría ser más extenso, quizás ese llamado a preguntarse por el contexto previo podría potenciarse con material gráfico. El punto es que el foco debe estar puesto en lo que sobrevino después, sin democracia.

La oposición a Allende temía que de nuestro “proceso revolucionario” —así lo llamó Fidel Castro cuando estuvo en Chile— emergiera al fin un Pinochet tal vez barbón, más elocuente y carismático, un caudillo revolucionario, pseudomarxista y dictatorial que conculcara las libertades y llamara a eso “democracia popular”. El clima de desmadre y amenaza, el ambiente febril, caótico, fanatizado y violento lo hacía plausible, más de lo que nos parece ahora. (Ver “Los mil días de Allende”: www.cepchile.cl ) La oposición a Allende defendía los mismos derechos humanos que el régimen militar atropelló. Lo esperable, lo natural es que quienes condenaron lo que sucedía detrás de la cortina de hierro, por ejemplo, en Alemania, —lo que evoca la película “La vida de los otros”—, y que quienes condenan hoy la falta de democracia en Cuba, condenen también lo ocurrido en Chile en materia de derechos humanos.

Este museo, más allá de imperfecciones superables, es motivo de alegría: muestra el arraigo que tiene la libertad en Chile. Es la esperanza que predomina, siento, sobre todo, entre los jóvenes.

En el muro, los versos de Óscar Hahn: “Un día la picota que excava la tierra/ choca con algo duro: no es roca ni diamante/ es una tibia un fémur unas cuantas costillas/ una mandíbula que alguna vez habló/ y ahora vuelve a hablar”. En este museo esa mandíbula nos vuelve a hablar y la inmensidad del dolor cobra un sentido.


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lisandro contreras radic
20/01/2010 09:15
[ N° 3 ]

Sr. Fontaine: Ud está convencido que los chilenos somos tontos. Por más que escriba justificaciones artificiosas, Ud y al menos el 50% de los chilenos saben que este museíto tiene una intencionalidad clara: contar la historia desde un lado de la trinchera.

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Jorge Gonzalez Gonzalez
20/01/2010 09:16
[ N° 4 ]

Está equivocado desde la misma partida Fontaine Talavera: un museo como instrumento político de propaganda ideológica NO tiene apoyo transversal, antes bien al contrario la verguenza ajena que conlleva hacer algo así SÏ que tiene apoyo transversal en la ciudadanía, pues la ciudadanía no es tan tonta como un Fontaine Talavera pudiera hacernos creer.
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Jorge Gonzalez Gonzalez
20/01/2010 09:20
[ N° 5 ]

Desde el mismo momento en que la reforma al sistema judicial tiene un caracter garantista, queda obsoleta la ideología de los derechos humanos, pues su consecuencia empírica es la puerta giratoria: solo se garantizan los derechos de los criminales y no los de sus victimas.
Por lo tanto, basar la legitimidad de este museo-propaganda en "la perspectiva de los derechos humanos" es lo mismo que construir sobre una duna o un pantano.

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Jorge Gonzalez Gonzalez
20/01/2010 09:33
[ N° 11 ]

Este museo es parte de una cadena industrial de la que viven muchas personas que explotan sus sinsabores (ficticios o reales) de antaño.
Se trata de una industria que reditúa muchos ingresos a personas y organizaciones a costa del Erario Nacional y de la buena fe de muchos otros.
La podríamos llamar DERECHOSHUMANOS.INC y se basa en la explotación del victimalismo: decir que se ha sido victima de violaciones a los derechos humanos, de torturas, de exoneraciones políticas, de relegamientos y de exilios forzados. Sea todo ello cierto o no, se lo explota para succionar con dinero al Estado, o sea a todo el pueblo chileno.
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Jorge Gonzalez Gonzalez
20/01/2010 09:35
[ N° 12 ]

Por todo ello es que el contenido de este museíto debe ir en cajas al Archivo Nacional y el edificio en el que está debe ser reciclado en algo conveniente para el desarrollo de Chile como pueblo unido y fuerte.
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sergio feliu justiniano
20/01/2010 09:35
[ N° 13 ]

Existe el museo histórico nacional, que razón hay para no haber agregado una sala de derechos humanos en la historia de Chile, desde P. de Valdivia hasta Michel Bachelet, porque aunque ud, sr. Fontaine, no lo entienda esta ultima también violo los derechos humanos al haber amparado al chacal de Alemania, Honeker y no haber reformado el sistema penal implantado por Frei, que dejo el país en manos de la delincuencia, no está en ese museo la violaciones a los DH en gobierno de Balmaceda( entre treinta y cuarenta mil muertos) y después de su caída, ese solo hecho demuestra que no hay interés de contar un cuento completo, sino parcial, y naturalmente se contara siempre con personas que tienen tradición de figurones.-

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Cristian Muñoz Poblete
20/01/2010 09:50
[ N° 19 ]

SR. FONTAINE

Dice Ud.. “El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, como concepto, tiene apoyo amplio y transversal.”.

La verdad es que no estoy muy de acuerdo con Ud., pues en este blog y en otras partes, he visto un nada despreciable porcentaje de rechazo al museo; aunque más que al concepto en si mismo, a la forma y momento en que ha sido planteado.

Se agradece si, una visión desde la perspectiva de un probable “opositor” al Museo, quien no se manifiesta tan critico y entrega sus razones.

Pero me parece absurdo olvidar y no exponer también, el que la génesis del odio que pudo detonar tales horrores (ABSOLUTAMENTE CONDENABLES E INACEPTABLES), viene antes, y que la vereda ideológica que sufrió dichos horrores, tiene una altísima responsabilidad en tal génesis.

Consignas como “los momios al paredón y las momias al colchón”, son un reflejo claro de la génesis del odio engendrado; titulares insultando directamente a la oposición, o llamando derechamente a ejercer la violencia física contra ella, como a diario nos regalaba el pasquín “El Clarín” entre 1970 y 1973, son otro ejemplo. No olvidemos además, que dicha violencia, con consecuencia de muerte en más de una oportunidad, fue ejercida en la toma de muchos campos y nunca condenada por el Gobierno de Allende, ni juzgada en Tribunales. Ante ello, cabe preguntarse ¿qué hubiera ocurrido con los DDHH, si la izquierda lograba la toma total del poder en Chile, como sabemos pretendía?, sin duda similares sino más horrorosas violaciones de los DDHH, de gente de centro y derecha de esa época.

¡Claro!, la anterior pregunta y su respuesta, quedan en el ámbito de la “ficción y la teoría”, tan solo porque las FFAA se adelantaron en la toma del poder total; pero es cosa de mirar a TODOS los países donde la izquierda logro la toma total de poder (URSS, Cuba, Vietnam, China, RDA, etc, etc), y ver que ocurrió en ellos con los DDHH, para hacerse claridad sobre que esa “ficción y teoría”, hubieran sido total REALIDAD acá, si la izquierda se hacía del poder absoluto.

SIGO
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Cristian Muñoz Poblete
20/01/2010 09:51
[ N° 20 ]

CONTINUACIÓN

Entonces pregunto, ¿es razonable no exponer en el Museo, el contexto total del odio generado y solo exponer sus consecuencias?.

Me parece que la sola mención de un párrafo del Informe Rettig, que incentivaría la curiosidad de averiguar que ocurrió antes, ¡NO ES SUFICIENTE!.

¿Por qué no exponer de inmediato lo ocurrido antes?. ¿Por qué “el foco debe estar puesto en lo que sobrevino después, sin democracia “, cuando el haber perdido la democracia es también consecuencia de lo que ocurrió antes?. Creo que estas AUSENCIAS, hacen perder la perspectiva del contexto total de todo lo ocurrido.

No podemos olvidar tampoco como la izquierda chilena no se manifestaba contraria a las violaciones a los DDHH en regímenes de su simpatía política. Y aún hoy día, resulta muy difícil ver a alguien de la izquierda chilena, condenando las violaciones a los DDHH en Cuba, en la Alemania de Honecker y etc. Si hasta el candidato de la extrema izquierda chilena, se permitió decir en un debate, que el Gobierno de Cuba, es un “tipo distinto de democracia” … y peor aún, el candidato de la Concertación en el debate de la Segunda Vuelta, a las claras evito decir derechamente que en Cuba existe una DICTADURA, pues obvio, con ello podía ofender a “socios” cuyos votos necesitaba en esta instancia.

SIGO
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Cristian Muñoz Poblete
20/01/2010 09:51
[ N° 21 ]

CONTINUACIÓN

Pero quizás y con todas las dudas que he expuesto en párrafos anteriores, todavía podría aceptar el Museo tal y como está … eso si no me entrara otra duda que expongo a continuación.

Durante los 20 años de la Concertación en el poder, es innegable que esta ha hecho uso y ABUSO del problema de las violaciones a los DDHH, para lograr tener arrinconada a la derecha política, endilgándole a esta su responsabilidad en tales violaciones. Y es indudable que dicha táctica de utilización política del tema le ha sido beneficiosa y efectiva (utilización política que encuentro repugnante por el nivel a que ha llegado).

Pues bien y más allá de que dicha responsabilidad de la derecha política sea o no todo lo “siniestra” y condenable que se ha pretendido, me parece que a más de 20 años de los hechos, cuando ya son dos o tres las generaciones de chilenos con edad de participar en política, que NADA TIENEN QUE VER con lo ocurrido en esa época, el seguir condenando a TODA la gente con ideas de derecha por tales motivos, como suele hacerse a todo nivel, es algo que resulta además de desfasado en el tiempo, simplemente INACEPTABLE.

Desde esa visión, resulta imposible no considerar al famoso Museo, como otro “ladrillo” más a colocar en el “muro” con que se ha querido arrinconar a toda la derecha chilena (más de un 40% de la población a la luz de los resultados electorales), idea que se potencia al considerar el “momento político” elegido para inaugurar el Museo.

Tal sospecha es inevitable y se hace aún más evidente, cuando se insiste en delimitar los hechos históricos que se exponen, exclusivamente a lo ocurrido entre el 11.09.73 y el año 1990.

SIGO
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Cristian Muñoz Poblete
20/01/2010 09:51
[ N° 22 ]

CONTINUACIÓN

Con todo lo expuesto, me hago las siguientes preguntas:

¿Como puede un joven de derecha, honestamente interesado en aprender de lo ocurrido en aquella época, para que eso nunca se repita, no sentirse VIOLENTADO por este Museo que expone parcialmente los hechos y que a todas luces es y será utilizado como elemento para condenarlo por sus ideas, aún cuando él no tenga NADA QUE VER con los hechos que son condenables?.

¿Cómo puede un joven de izquierda, también honestamente interesado en aprender de la historia para no repetir los hechos, no sentirse impulsado a condenar y quizás odiar a la gente de derecha, sintiéndose exclusivamente víctima, si además no se le expone la responsabilidad de su propia vereda política en los hechos, para que así, con un cuadro más completo, pueda racionalizar mejor los hechos y dirigir con mejor base sus propias reacciones frente a ellos?.

Estas son dudas legítimas que me hace surgir este Museo tal y como se ha construido.

Con todo, se agradece la opinión y visión expuesta, pues ayuda a matizar un poco más las cosas desde la perspectiva de quienes no nos sentimos muy representados por este Museo. La verdad yo no me sentía para nada incentivado a visitarlo al sentirlo tan sesgado, pero la perspectiva que Ud. entrega, me ha estimulado una sana curiosidad por verificar in situ, pese a todas mis dudas, la visión que entrega, para así formarme una mejor opinión, más allá de las dudas que a priori tengo.

Un saludo muy cordial
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Jaime Torres Espinosa
20/01/2010 09:52
[ N° 23 ]

Sr. Fontaine.
Su poca objetividad y ecuanimidad, se demuestra al inicio de su comentario: "El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, como concepto, tiene apoyo amplio y transversal".
Esto los considero una desfachatez, de su parte, después de perder una elección en que uno de los pilares de la campaña oficialista fue precisamente la dictadura militar y la violación de los DD.HH.
A diferencia de lo que usted supone, existe incluso de manera creciente en la juventud, la percepción de que esta "Historia Unilateral" contada por la Concertación, tiene bastantes "hoyos negros", que se han dejado así a propósito, para ocultar las causas del quiebre institucional y las acciones terroristas concretas de muchos de los que hoy se presentan como víctimas de la Dictadura.
Jaime Torres

4 comentarios:

Javier Bazán Aguirre dijo...

Rus:
No sé conoces la entrevista a Paul Fontaine que le hicieron en el 'The Clinic'. Te la reproduzco para compares a los dos Fontaine, sobre todo, en la parte de la UP:

"En una de nuestras ediciones anteriores (The Clinic) un derrotado Álvaro Escobar dio una entrevista hablando del futuro de MEO y diciendo que le parecía una “mariconada” la jugada de Paul Fontaine, el ex asesor económico del comando, que a sólo días de las elecciones apareció apoyando a Piñera en segunda vuelta. Los dichos del diputado molestaron al empresario, quien dice que se había retirado del comando de MEO a principios de noviembre.

Álvaro Escobar dijo que su incorporación al comando de Piñera había sido una mariconada. ¿Lo fue?
Encontré homofóbico su comentario. Porque uno puede usar miles de palabras distintas a esa. La portada me dio risa, inicialmente, pero después dije en realidad él no sabe lo que pasó y creo que hay que aclarar el tema. Porque si yo hubiera estado firme con Marco, Álvaro Escobar tendría razón. Pero yo no estaba en el comando hace dos meses. Me fui a comienzos de noviembre, cuando sentí que la candidatura de Marco se estaba yendo muy a la izquierda y ahí hablé con Marco, pero él siguió por ese camino. Marco tuvo algunas cosas que para mí eran faltas irreconciliables.

¿Cómo cuáles?
Ponerle en un debate presidencial nota 6.0 al gobierno de la Unidad Popular. Porque uno puede quererlo por muchos motivos sentimentales, pero cuando uno como candidato presidencial le pone nota 6.0 a un gobierno de Allende, que terminó con la democracia en este país y que, prácticamente, terminó en una guerra civil con miles de muertos; no es un gobierno para nota 6.0. Para mí la nota eran un 2.0 o menos, si es que uno le pone nota.

Javier Bazán Aguirre dijo...

¿Pero no era predecible un juicio así por parte de Marco?
Cuando partí con Marco en el verano, que fue la genésis de la campaña, nunca partimos con algo de izquierda. Porque si Marco se hubiera definido de izquierda creo que se habría parecido a Arrate. El discurso de Marco que empezó a permear fuerte fue el liberal progresista, que buscaba una sociedad mejor, un gobierno que ayudara a los más necesitados, con ideas que no fueran ni izquierda ni de derecha. Así partimos y poco a poco, se fue incorporando gente más de izquierda…

¿Cómo Andrés Pascal Allende y Max Marambio?

Claro, yo tuve una reunión con Marco donde nos juntamos a definir qué rol le daríamos a Max Marambio y le dije “mira, Max Marambio es una persona extremadamente inteligente, capaz, agradable- no lo conocía tanto como después- que debería tener un rol, pero no con visibilidad”.

¿Por qué?

Porque Marambio genera muchos anticuerpos. ¡Si él era el jefe del GAP, igual que Pascal Allende! Pero como político y persona podía dar opiniones y estaba bien, al igual que Danús. Porque, respecto a Danús, con Marco discutimos lo mismo. No era bueno darle un rol tan público porque también genera muchos anticuerpos -por el G51- pero sus opiniones son válidas. Por eso, creo que si Marambio de verdad quería ayudar a Marco no tenía porqué acompañarlo al CEP, a la Cepal, a Icare, a mostrarse a los debates radiales. Marambio, en el fondo, quería figurar con Marco, era su sombra.
Finalmente, el acuerdo de no darle un rol público a Max Marambio no se cumplió.
No y el de un programa liberal progresista, tampoco. Porque el programa se fue cada vez más a la izquierda y, por eso, en los primeros días de noviembre le dije a Marco que me quería retirar del comando y él me pidió -que era la parte confidencial que ahora estoy contando- que no lo hiciera público para no dañar la candidatura. Y por eso el 13 no estuve ahí. Porque yo había renunciado y le dije a Marco “aunque pases a segunda vuelta, no sigo contigo porque no creo en este giro de izquierda; en esto de estar tan cerca de Pascal Allende, de Max Marambio…”. Por lealtad a Marco, por amistad, que es todo lo contrario a esa palabra que mencionó Escobar, que se refiere a hacer algo chueco, que él le llama “mariconada” porque es homofóbico, pero yo a los maricones no les tengo nada de malo, por eso, no le voy a llamar mariconada, si quieres le digo una chuecura. Fui tan correcto que cuando decidí renunciar lo mantuve en silencio para no perjudicar a Marco. Y me llamó Piñera, personalmente, antes del 13 para juntarnos y a pesar que no estaba con Marco, no me junté. Mi secreto fue tal, que los únicos que sabíamos éramos Marco y yo.

Javier Bazán Aguirre dijo...

EL COMANDO
¿Max Marambio tomó más protagonismo en la campaña?
Max Marambio monopolizó a Marco y con ideas totalmente erradas. Yo atribuyo que Marco no haya pasado a segunda vuelta en gran medida a la Izquierda Regresista que lo acompañó, esa a la antigua, que dice que Castro es una democracia, que Allende tuvo nota 6.0.

¿Que pasó con Danús? Porque en algún momento él también se marginó.
Danús fue muy caballero porque su imagen no es muy aceptada para la gente de izquierda y diría que para Marco tener esa imagen pegada no era buena.Y Danús se dio cuenta y no fue primera fila aunque sigue siendo amigo de Marco. Mientras que Max Marambio, en mi opinión, como un caballero debería haber dicho “sabes, mi imagen no es buena”. Porque nadie en Chile puede decir que Marambio tiene buena imagen. Y por muchos motivos, no sólo por haber sido jefe del GAP, sino que hay gente que cuestiona que haya ganado su plata en Cuba, o que haya participado en Angola como mercenario en una guerra.

¿Ominami y Escobar apoyaban este giro de izquierda?

Yo a Álvaro lo encontraba una persona, intelectualmente, mediocre. Nunca hablé mucho con él.
Él decía que no tenían mayor relación.
A mí no me interesaban sus opiniones, ni me van a interesar nunca.
¿El grupo liberal empezó a ser arrinconado? ¿Hubo discusiones?
No, fue una marginación que hizo el comando. Marco dejó de invitarme a las reuniones estratégicas y diría que se convirtieron en reuniones estratégicas muy estrechas. Me imagino, que al final, las reuniones eran entre Marco y Max Marambio. Debe haber estado Carlos Ominami, pero yo creo que ni siquiera estaba.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Usted dio una entrevista a La Nación donde mencionaba que su opción en segunda vuelta era Piñera, ¿generó problemas?
Hubo personas que no lo entendieron. Pero hay gente que sí, y en mi opinión haber dicho eso fue muy bueno porque demostró que el comando era transversal. Y cuando alguien me dijo algo, respondí “la Manuela Gumucio también dijo que votaría por Frei, ¿cuál es el problema?”

¿No se podía hablar de la segunda vuelta?
Siempre encontré muy infantil la postura de mucha gente del comando de no pensar en segunda vuelta. Esa postura, tengo entendido, era de Max Marambio. Yo también lo entiendo así y lo encuentro infantil.
MARCO POR TI
¿Le ve futuro al referente que quieren formar?

¿Yo? Ninguno. En mi opinión lo que Marco debió haber hecho, y todavía puede hacer, es ir en buena lid a trabajar para que salga la Concertación y después él, que es un líder natural, ganarse sus espacios. No descarto que si hace eso pueda ser el futuro presidente del Partido Socialista, lo eligen de todas maneras, casi por aclamación.

¿Qué le falta al referente para sostenerse?

Creo que no tiene sustancia, porque aparte de los liberales progresistas, que era yo con un grupo de gente, yo por lo menos no voy a estar y no voy a estar nunca. Entonces, no sé qué es lo que les va a quedar, ¿una Izquierda Regresista? ¿Un MIR? Yo creo que eso es perderse
"