miércoles, 23 de marzo de 2011

Visita de Barak Obama




La corta visita del Presidente Barak Obama a Chile nos permite ver lo lejos que estamos aun de las grandes naciones, no por el poder económico de ellas, sino por la mediocridad de la politiquería chilena.




Obama llegó a Chile en el avión más grande, seguro y caro del mundo, una fortaleza volante desde la cual ejerce su función presidencial de igual forma que si estuviera en la Casa Blanca. Luego recorrió nuestra capital en un verdadero tanque disfrazado de Cadillac, con todos los adelantos de seguridad y comunicaciones a todo el orbe, incluso con sangre del grupo del Presidente por si hubiera que intervenirlo. Todos los lugares que visitó y por supuesto el lugar de alojamiento estaban invadidos por más de setecientos agentes norteamericanos, encargados de velar por la vida del mandatario.

Pero lo anterior no hace la diferencia, eso es solo dinero y ellos lo tienen en abundancia para eso y mucho más. La diferencia está en el actuar de la Política norteamericana comparada con la “politiquería” chilena.

Cuando un presidente chileno visita Estados Unidos nunca se tiene que reunir con todos los ex presidentes, eso para los norteamericanos es una chabacanería, ellos ya son parte de su historia. Pero en Chile el Presidente Obama tuvo que “apandillarse” con los ex presidentes chilenos, (“nuestras pinturitas”), y mantener con ellos una conversación anodina y trivial, por no decir de muy mal gusto, como la “ayuda” que Frei Ruiz Tagle le pidió para esclarecer casos de la “comedia” de los derechos humanos, y específicamente lo del show que pretende transformar en asesinato la peritonitis que terminó con la vida de Frei Montalva. Suma y sigue, en Estados Unidos y otras grandes naciones los acontecimientos sociales de la política son lo suficientemente sobrios, algo que dignifica su cultura y costumbres. Pero en Chile tienen que ser con el Palacio de Gobierno atestado de gente y un televisado escándalo de “Los Jaiva”, precisamente el exponente más antinorteamericano de la farándula chilena.

En fin, no terminaríamos nunca de hablar de los detalles que nos diferencian de ellos. Pero quiero resaltar un punto de las palabras del Presidente Obama en La Moneda. Cuando entre otras cosas de buena cortesía resaltó la “ejemplar transición chilena del Gobierno Militar a la democracia” (claro que él usó la palabra “dictadura”, que la mitad de los chilenos rechaza).

En cualquier país del mundo podría ser curioso que un visitante toque un tema ocurrido hace más de veinte años, pero como en Chile los políticos viven entrampados en el pasado, no resulta raro que se haga. Y aunque muchos mal hinchados políticos chilenos “sacaban pecho” esa noche adueñándose de esa “ejemplar transición”, es bueno recordar en forma exacta como fueron las cosas, y estoy seguro que el Presidente Obama y todos los políticos norteamericanos lo saben muy bien.

Entonces como recordatorio para los políticos chilenos que se visten con ropa ajena: El Gobierno Militar chileno cuando tuvo que intervenir en la peor crisis política de nuestra historia el año 1973, lo hizo redactando una inmediata “Declaración de Principios”, y luego la redacción de una moderna “Constitución Política” aprobada por abrumadora mayoría en año 1980. Esa Constitución Política contemplaba distintos “Puntos Transitorios”, los que detallaban en forma prolija todos los pasos que se seguirían para el retorno ordenado y definitivo a la democracia. Ese minucioso itinerario se siguió prolijamente mostrando al mundo la más ejemplar transición de un Gobierno Militar a la democracia plena vista en la historia.

Por lo tanto a los políticos chilenos que tan cínicamente se apoderan de los hechos: Siéntanse orgullosos de sus Fuerzas Armadas y carabineros, no solo por su exitoso gobierno liberador y reconstructor, sino por la transparencia mostrada en la entrega del poder.

Aprendan a actuar con hidalguía.



Alejandro Russell O’Kuinghttonss

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