jueves, 14 de julio de 2011

DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 758 CASO PODLECH



Luego de ser tres años preso de los marxistas de España e Italia:
Alfonso Podlech, igual que el Presidente
Pinochet, pudo regresar a su patria luego de
humillante e injusta detención en Europa

De las noticias entregadas sobre su retorno ayer al país,
elegimos la versión que entregó el vespertino La Segunda.
Podlech aterrizó en Chile: "En la cárcel
compartía con sicarios, indianos y
mafiosos"
• "Traté de ser siempre un ejemplo, un chileno
frente al adversidad, frente a tanta porquería",
sostuvo ex fiscal militar, absuelto en Italia por un
caso de violación de derechos humanos ocurrido
en Chile.
Podlech con su señora, al aterrizar en el Aeropuerto de Santiago.
"Hasta que a usted no le toque". Así se llamará el libro que
comenzó a escribir en la cárcel italiana el ex fiscal militar
Alfonso Podlech (76 años), quien ayer aterrizó en Chile luego
de pasar tres años detenido en un penal europeo, acusado por
la muerte y desaparición del ex sacerdote chileno-italiano Omar
Venturelli.
Tras un largo juicio, el Tribunal en lo Penal de Roma lo
absolvió de los cargos y estimó que el secuestro estaba
prescrito.
Hoy quiere retomar su vida con su esposa, hijos, y hermanos,
quienes lo esperaron ansiosos en el aeropuerto: "Realmente
siento una inmensa alegría. Doy gracias a Dios y al Espíritu
Santo porque realmente me dio salud, que es lo más
importante", fueron parte de sus primeras palabras, y agregó:
"En estos tres años no tuve ni siquiera un resfrío, Dios me dio
fuerza, resistencia, coraje. Yo, que siendo subteniente de
reserva entré al Ejército y me nombraron mayor, ahora en la
cárcel ascendí a general, por el aprecio que me tenían".
Podlech se dio tiempo de relatar cómo "un albanés me tomó en
brazos y me paseó por todo la celda" cuando supo que obtuvo
su libertad, o su actitud permanente en el penal:
"Traté de ser siempre un ejemplo, un chileno frente al
adversidad, frente a tanta porquería, porque un fiscal -que
dicen que es el mejor de Italia- estaba ayer totalmente
destruido, derrotado. Y los abogados civilistas por lo menos
tuvieron la vergüenza de no enseñar las cantidades que
estaban pidiendo, porque no les dieron nada".
-En estos tres años ¿Se sintió abandonado por parte de las
autoridades chilenas?
-No. Las autoridades chilenas, el señor Foxley (ex canciller),
cumplió con su deber oportunamente, al otorgarme la
protección consular. No le correspondía más. Pero hay muchos
problemas graves que hay que resolver y no es esta la
oportunidad de señalarlo.
-¿Su caso podría sentar algún precedente?
-Sí. Se estableció la prescripción del secuestro. Los tribunales
de acá deberán colocarse los pantalones de una vez por todas
y hacer lo mismo que hizo el tribunal italiano.
-¿Qué le diría a la familia de Omar Venturelli?
-Lamento todo lo que pudo haber pasado con el señor
Venturelli. Yo nunca lo conocí, ni supe de su existencia.
Lamento lo que puede haberle sucedido, pero la amargura -que
puede ser momentánea, transitoria- no puede ser permanente,
porque ahí se transforma en un problema mental. Lo dije en mi
declaración espontánea: Hay que buscar la reconciliación entre
los chilenos, no podemos seguir desunidos por un problema
de hace 40 años. Los jueces tienen que colocarse las pilas y
terminar luego estos procesos.
-¿Piensa volver a viajar, particularmente a Europa?
-Yo no he hecho nada malo, pero a mis años no estoy para
seguir viajando a Europa. De viajar, lo haré, indudablemente,
pero con más tranquilidad, cuando ordene mis cosas:
Comprenderá que en tres años uno queda bastante afectado en
todos los aspectos, sobre todo cuando estaba 20 horas diarias
encerrado.
Historias que quiere contar
Abrazado a su mujer y a su hermano Anfión (de 84 años) -quien
fue uno de sus abogados en la causa-, recordó que además de
los largos encierros tenían sólo una visita de 10 minutos los
días martes.
"Estoy escribiendo un libro. Llevo más de 200 páginas
contando todas las cosas", dice.
"Conocí a muchos mafiosos, también a un ladrón que hablaba
diez idiomas, pero no sabía ni leer ni escribir... él vivía en la
órbita soviética y cuando tenía seis años le mataron a toda su
familia y el pobre muchacho comenzó a delinquir".
"Hay cientos de historias y espero poder contarlas", dice
conmovido con lo que conoció en prisión.
"Mis últimos compañeros eran indianos, muy buenos
humanos, me dieron recetas para muchas cosas... había
sicarios, de todo, pero todos me tenían respeto", planteó.
Si Podlech hubiese sido marxista hubiera tenido en Chile la
prensa a su favor durante los tres años de su cautiverio. Pero
como no lo es, como es un demócrata, un hombre de derecho,
y más encima partidario del Gobierno Militar, lo ignoraron.
Lo dejaron abandonado.
Quedó al otro lado, en las trincheras enemigas.
El comportamiento de la prensa nacional ha sido vergonzoso.
Un compatriota nuestro, un hombre mayor, sufriendo por una
intriga internacional, donde el fundamento fue la mentira, y
nuestros periodistas, frente a este caso, callados, arratonados.
Del gobierno de Michelle nada podíamos esperar. Ella era
terrorista del Frente y jamás iba a ayudar a un ciudadano de
derecha.
Sin embargo, del gobierno actual, nunca hubo una gestión en
su favor. Una indiferencia culpable, aun cuando quisiéramos
estar equivocados y saber que el Gobierno y, en particular su
Presidente, hicieron gestiones para obtener su libertad.
Megavisión, que parece un medio más honorable, la noche de
este lunes, cuando se supo su liberación, por unanimidad de
los 13 miembros de la Corte Suprema de Italia, no incluyó la
noticia en sus titulares y solo la llevó al final del noticiero,
brevísima y sin imágenes.
Ayer, otro medio chileno tituló:
Ex fiscal Podlech: “Los tribunales de acá
deberían ponerse los pantalones”
• Así lo afirmó tras pisar suelo chileno, el abogado
que estuvo detenido tres años acusado de
secuestrar al sacerdote italiano Omar Venturelli, y
que fue absuelto por el tribunal Penal de Roma por
prescripción del delito.
“Los tribunales de acá deberían colocarse los pantalones y
hacer lo mismo que el tribunal italiano”, fue una de las
sentencias emitidas por el ex fiscal militar Alfonso Podlech,
tras su llegada este miércoles al país.
El abogado fue absuelto de los cargos imputados sobre el
referido delito, que el Tribunal Penal de Roma estimó prescrito.
Sobre este dictamen se basa la afirmación de este hombre de
76 años, señaló que su caso podría sentar un precedente en la
justicia chilena, insistiendo que “los jueces tienen que
colocarse las pilas y terminar luego los procesos”.
“Hay que buscar la reconciliación entre los chilenos, no
podemos seguir desunidos por un problema de hace 40 años".
Sin disimular su alegría por estar en libertad nuevamente,
Podlech relató cómo fue este tiempo en prisión.
El ex fiscal militar fue recibido por su esposa, hijos y hermanos
en el aeropuerto Arturo Merino Benítez, donde se le vio
contento y aliviado y confidenciando que no espera volver a
viajar a Europa en lo inmediato.
En la mañana de ayer pudo retornar finalmente a su Patria, el
ex fiscal militar de Cautín, Alfonso Podlech, tras ser absuelto
por la justicia italiana ante una denuncia que le inventaron por
violación de derechos humanos.
Podlech estuvo privado de libertad por 3 años en Italia y fue
absuelto totalmente de todos los cargos imputados por el fiscal
Giancarlo Capaldo, un conocido comunista italiano, quien
pedía cadena perpetua para el profesional nacional.
El hijo de Podlech señaló que su padre se trasladará enseguida
desde la capital hasta La Araucanía, pues desea re-encontrarse
con su tierra y con los suyos.
Sobre lo mismo, destacamos los planteamientos formulados
por el abogado chileno Tomás Langdon, quien indicó:
Junto con unirme a la felicidad de la familia de Alfonso Podlech
con motivo del fallo dictado por la Corte de Justicia de Italia,
que lo absolvió de todos los infundados cargos presentados en
su contra por su supuesta responsabilidad en el secuestro y
desaparición del ex sacerdote Omar Venturelli, no puedo dejar
de preguntarme
¿Y ahora qué?
¿Es legítimo acaso que un Estado foráneo pueda detener y
enjuiciar a un compatriota, manteniéndolo preso por más de
tres años sin que exista una justa compensación para él y su
familia?
Tres años en prisión por un delito que no cometió, sometido a
un desgaste físico y emocional, no sólo para él, sino que para
toda su familia,
¿No merecen acaso una compensación más allá de otorgarle
la tan ansiada libertad?
En un país en donde prime el estado de derecho, los errores
judiciales deben ser indemnizados cumplidamente y tres años
de dolor y angustia completamente injustificados no pueden
quedar impunes.

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