lunes, 12 de noviembre de 2012

GRACIAS, MONSEÑOR SAINZ




Escribe Ernesto Videla Cifuentes:

“Ha pasado mucho tiempo desde aquella época tan dramática donde los chilenos nos sentimos tan cerca de perder la paz con nuestro vecino, y que dejando de lado nuestra diferencias, aunamos voluntades en torno al manejo responsable que hacía el Gobierno para que el entendimiento imperara entre ambas naciones”.
Hace pocos días falleció en España el arzobispo Faustino Sainz Muñoz, último representante de Juan Pablo II en el proceso de mediación papal en el diferendo austral chileno-argentino que permanecía vivo. Personaje al que el pueblo chileno le debe enorme gratitud por su valiosa participación en la solución de este diferendo.
Como expresión de reconocimiento a la labor desarrollada por monseñor Faustino Sainz, el Gobierno chileno se hizo presente en su sepelio a través de nuestro embajador en España.
El mediodía del 28 de diciembre de 1978, proveniente de Buenos Aires, arribó a Santiago el cardenal Antonio Samoré, con el en ese entonces joven monseñor Faustino Sainz y el padre Fiorello Cavalli. Venían en una misión de paz encomendada por Su Santidad. Su providencial intervención había detenido el inicio de una acción bélica inminente y, con ello, se suponía que se había impuesto la razón por sobre la fuerza. Sin embargo haciendo uso extremo de su paciencia y prudencia, recién el 8 de enero de 1979 Samoré logró que los gobiernos de Chile y Argentina solicitaran la mediación de la Santa Sede.
Con sabiduría, el Sumo Pontífice designó sus representantes en el proceso que se iniciaba: el cardenal Samoré y monseñor Sainz. Más tarde, como la mediación se prolongara por la falta de aceptación argentina de su propuesta y la salud del primero se debilitara, incorporó al colombiano monseñor Gabriel Montalvo. Al fallecimiento del cardenal, en febrero de 1983, dejó en manos del cardenal Agostino Casaroli la prosecución del proceso hasta que finalizó el 2 de mayo de 1985.
Ha pasado mucho tiempo desde aquella época tan dramática donde los chilenos nos sentimos tan cerca de perder la paz con nuestro vecino, y que dejando de lado nuestra diferencias, aunamos voluntades en torno al manejo responsable que hacía el Gobierno para que el entendimiento imperara entre ambas naciones.
Estoy cierto que interpretando el sentir de los integrantes de la representación chilena en la mediación papal, manifiesto el pesar por la partida de monseñor Faustino Sainz Muñoz, a unirse con quienes lo precedieron en este viaje al encuentro con el Señor. De la misma manera me asiste la convicción de que las generaciones que vivieron aquellos trágicos tiempos, nos acompañarán en este reconocimiento emocionado hacia uno de los artífices que nos permitió sortear dicha encrucijada con buen éxito.
La mediación papal y su fruto, el Tratado de Paz y Amistad de 1984, para Chile permanecerán en su historia no sólo como expresiva manifestación del imperio de la razón, sino, en especial, como aviso perenne de lo frágil que es la convivencia pacífica y, por lo mismo, la necesidad que hay de forjarla día a día. El acuerdo alcanzado gracias a la guía del ilustre mediador así lo reflejó, porque no sólo solucionó los complejos problemas en disputa, sino que, además, fundó el futuro de ambas naciones en dos pilares: un sistema de solución pacífica de controversias y la cooperación económica e integración física. Ambas iniciativas acogidas por el mediador encontraron en monseñor Sainz a un laborioso constructor, que no desmayó ni siquiera en los momentos más álgidos.
A pocos días de su partida, se reunirán ministros, gobernadores e intendentes de ambas naciones en el vecino país. Cómo no recordar, entonces, como postrer homenaje a su memoria, el inciso segundo del artículo 1° del mencionado Tratado: “Las Partes celebrarán reuniones periódicas de consulta en las cuales examinarán especialmente todo hecho o situación que sea susceptible de alterar la armonía entre ellas, procurando evitar que una discrepancia de sus puntos de vista origine una controversia, y sugerirán o adoptarán medidas concretas tendientes a mantener y afianzar las buenas relaciones entre ambos países”. En el artículo 12° las Partes convinieron la creación de una Comisión Binacional de Cooperación Económica e Integración Física, materias que serán tratadas en la mencionada reunión▄▀
Ernesto Videla Cifuentes
“El Mercurio”
07 11 2012


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