sábado, 25 de mayo de 2013

CARTA ENTREGADA A PABLO LONGUEIRA




LINARES, 24 de Mayo de 2013

A LOS COMANDANTES DE LOS REGIMIENTOS TRADICIONALES.

PRESENTE



Distinguidos y recordados Generales:

Me es muy grato poder escribir estas líneas, a quienes fueron los máximos Comandantes en el Ejército, durante la época en que las FF.AA. tuvieron la frágil misión de conducir los destinos del país.

Guardo los mejores recuerdos de mis mandos en esa época.

Lo que hoy me convoca a enviar este correo, es poder entregar los antecedentes a los Regimientos Tradicionales, de diligencias que se están llevando a efecto para lograr una definitiva solución al injusto trato de nuestros camaradas, por parte de las autoridades del país y el poder Judicial.

Ayer al término de una reunión del candidato presidencial Pablo Longueira, con personal de las FF.AA., el Capitán de Navío y abogado don Adolfo Paúl Latorre, entregó a una carta junto a otros importantes documentos, que dan cuenta de la arbitrariedad en los procesos a nuestra gente.

El candidato Longueira no se pronuncio sobre este delicado tema en esta reunión, pero por varios conductos, se le está pidiendo que lo haga, para ver si tendrá el apoyo de la “familia militar”, después de la traición del Presidente Piñera.

Adjunto remito la carta entregada junto a valiosos documentos, que vale la pena leer, para estar más informado de la real situación de estos absurdos procesos.

Estoy sumamente claro que por estatuto, los Regimientos se mantienen al margen de la contingencia política, pero rogaría hacer una excepción en este caso y difundir dentro de sus filas, por cuanto más que aspectos políticos, los objetivos urgentes son terminar con la odiosa venganza a la que diariamente son sometidos los uniformados.

Solo ayer fueron detenidos en Temuco 11 ex miembros de la Fuerza Aérea, por la desaparición de un médico el año 1973.

Parece un mal chiste, porque en esa zona hoy se desarrolla una verdadera guerra irregular, que el gobierno y medios de prensa silencian, con atentados terroristas “todos” los días, y sin que nadie sea detenido o procesado.

No podemos seguir siendo testigos mudos de lo que está pasando.

No podemos seguir aceptando el trato vejatorio que Gendarmería aplica a Oficiales Generales, Superiores, Jefes y Suboficiales, con servicios mensuales de basureros, limpieza de WC y urinarios, los cuales deben cumplir o se les castiga sin visitas y beneficios, como le ocurre hoy a un Comandante de la Armada.

No podemos volver a aceptar el trato indigno que han tenido Oficiales fallecidos, donde se les ha negado hasta el uso de nuestra Vicaría General Castrense.

No podemos seguir aceptando que hombres de avanzada edad y deteriorado estado de salud, como mi general Contreras, siga cumpliendo una condena inhumana y despiadada.

No podemos seguir aceptando las aberrantes situaciones vividas por mi Brigadier Krassnoff y mi Brigadier Willike, ante la trágica y penosa muerte de un ser querido.

Y quiero expresar, que de este circo queda mucho aún por ver.

Cuando pedimos apoyo hace unos meses atrás para respaldar el “Manifiesto frente al desvarío”, con la finalidad de ser presentado a las autoridades del país, la Armada acudió al llamado mayoritariamente, y por parte nuestra hubo muy poco interés o la difusión no fue adecuada.

Por lo anterior es importante dar a conocer los esfuerzos que se realizan y que este año de elecciones es primordial la cohesión de nuestro sector.

Judicialmente en Chile, por el deterioro progresivo y la corrupción dentro de este poder del Estado, es imposible acceder a una aplicación del debido proceso, por lo cual, tengo entendido está en curso una presentación en un tribunal Internacional a favor de uno de nuestros hombres, que de ser acogida podría servir de base para el resto.

Además se está formando una ONG en apoyo de nuestros PPM, que para los interesados en participar pueden pedir los antecedentes a Fernando Martínez, editor del boletín “Chile Informa”.

Insisto en la importancia de dar a conocer los documentos anexos, porque clarifican la situación real de nuestros queridos camaradas.

En una visita al Penal Cordillera, donde me acompañó mi familia, incluyendo a mi hijo Cadete vistiendo orgulloso su uniforme, tuve que contar a mi hija de 11 años, al lugar donde iríamos y el porqué estaban esos tíos allá.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando en un servicentro, mientras viajábamos me mostró una carta con dibujos que quería entregar a sus valientes tíos.

Me emocionó ver su cara de pena por la situación que ellos están pasando.

Después me puse a pensar, si una niña de 11 años entendió la situación y quiso dar un gesto de apoyo a sus tíos, porqué el resto de la gran “familia militar”, está tan ausente.

Reproduzco lo que ella escribió "Para los grandes hombres que salvaron a este país. Queridos tíos mi papá me contó sobre sus vidas y como salvaron a este país. Me siento orgullosa de conocerlos y de que ustedes son hombres de verdad. Ustedes son personas que ayudaron y nos salvaron. Los queremos a todos ustedes, siempre los recordaremos como los hombres que salvaron a Chile. ¡Viva Chile!" Además dibuja un militar y escribe "militar de Chile" y la bandera. Termina firmando con su nombre y al lado pone el mío.

Me despido con la esperanza de ver a mis ex jefes, íntegros, honorables y patriotas de vuelta en sus hogares con sus distinguidas familias.

JORGE TEJOS RODRIGUEZ




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Estimados amigos:


Adjunto la carta que le entregué personalmente a don Pablo Longueira hoy 23 de mayo, con sus correspondientes anexos.


Un abrazo.


Adolfo



Viña del Mar, 23 de mayo de 2013.

Señor
Juan Pablo Longueira Montes
Presente

A fines del año 1999, si mal no recuerdo, concurrí a la sede de la UDI en La Serena, donde usted dictó una conferencia. En esa ocasión le hice entrega de un libro de mi autoría titulado Política y Fuerzas Armadas; publicación en la que denuncio los objetivos perseguidos por los sectores políticos de izquierda y la inicua persecución de que los militares estaban siendo objeto.

Haciendo propicia la ocasión de su visita a Viña del Mar, me he atrevido a solicitarle una audiencia a fin de exponerle algunas reflexiones respecto al problema de los veteranos del 73 y entregarle personalmente algunos escritos de mi autoría relacionados con el tema.
Lo anterior, porque pienso que usted es un verdadero líder; un político que persigue el bien común de nuestra comunidad nacional y que, como doña Margaret Thatcher, se rige por principios y valores y por lo que considera mejor para Chile; no por lo que las masas estiman “políticamente correcto” o lo que dicen las encuestas de opinión.

Mi solicitud está motivada también por algunas opiniones que usted ha efectuado a favor de los militares procesados. En los momentos en que escribo estás líneas, tengo a la vista una declaración suya hecha en el año 2000, relacionada con la interpretación que están haciendo los tribunales de justicia de la ley de amnistía y en la que señala que el Poder Judicial se está haciendo un grave daño al sostener que en el país hay mil personas secuestradas durante treinta años, algo que todo el mundo sabe que no es cierto.

Procesos contra militares: un factor de división

En nuestra patria está ocurriendo un hecho que es indesmentible: los militares que tuvieron que asumir la ingrata tarea de combatir a la subversión armada y al terrorismo —a los diez mil extremistas armados que actualmente son “víctimas de atropellos a los derechos humanos”—, están siendo procesados y condenados arbitraria e ilegalmente —siendo muchos de ellos total y absolutamente inocentes—, con un odio, una iniquidad y un afán de venganza que no tienen nombre; y a quienes les están siendo aplicados el "derecho penal del enemigo" y el lema "ni perdón ni olvido", atropellando las garantías constitucionales y las normas esenciales de un Estado de Derecho.
Tal iniquidad ha sido cohonestada tanto por el presidente Piñera como por los señores Hinzpeter, Ubilla, Bulnes, la actual ministro de Justicia, y la oficina de DD.HH. del Ministerio del Interior, quienes han demostrado una actitud hacia los militares que reflejan un odio y un encarnizamiento brutal. Esta última oficina ha llegado al extremo de recurrir ante la Corte Suprema para agravar una condena con la que habían quedado conformes los querellantes.

Evidentemente, este problema de los juicios contra los militares —absolutamente inicuos y sesgados ideológicamente—, es una “piedra en el zapato” y todos los políticos tratan de sacarle el cuerpo, haciendo como que no existe.
Pero el problema sí existe y es un factor de división que atenta contra la unidad nacional.

Los militares nos sentimos utilizados y estafados

La mayoría de los militares votamos por el señor Piñera, confiando en que iba a respetar el compromiso que asumiera con ellos en el Círculo Español en noviembre del año 2009.

Lamentablemente, el actual Presidente no solo no cumplió su compromiso, sino que, por el contrario, acrecentó la persecución político-judicial contra los militares. Cuando éste asumió se estaban tramitando 350 causas, ahora tenemos 1204; correspondientes a querellas interpuestas por el Ministerio del Interior, por hechos ocurridos hace cuatro décadas y que están absolutamente prescritos, razón por la que los jueces —de acuerdo con lo que señala la ley— no debieron haberles dado curso.

El desapego al derecho y la falta de humanidad del actual gobierno han sido enormes: aparte de lo antedicho, a los militares no les son concedidos los beneficios penitenciarios a que tienen derecho. Tampoco les han sido concedidos indultos, ni siquiera a personas ancianas gravísimamente enfermas.

Por lo anterior, la gran mayoría de los ex militares estamos absolutamente desilusionados del gobierno del presidente Piñera y de sus promesas de campaña en lo que dice relación con los militares.

Nos sentimos utilizados y engañados, y mucho me temo que si ninguno de los candidatos de centro derecha se compromete decididamente a solucionar el problema de los veteranos del 73 ni siquiera nos vamos a tomar la molestia de concurrir a votar. Ya no tenemos confianza alguna en los políticos y no tenemos motivación alguna para concurrir a las urnas a depositar nuestro voto.
No iremos a votar por los candidatos de izquierda por razones obvias. Tampoco lo haremos por el señor Allamand, quien ha demostrado mala fe y animadversión hacia los militares del 73.
La única posibilidad que nos estaría quedando sería usted, siempre que se comprometiera seriamente a solucionar el problema de los veteranos del 73 al que ya me he referido.

Los políticos no asumen su responsabilidad

Este problema es de carácter eminentemente político. Sin embargo, los políticos —léase miembros del poder Ejecutivo y Legislativo— no asumen su responsabilidad y están traspasando a las nuevas generaciones la tarea de resolver un problema que ellas no engendraron.
Los políticos dejan en manos de los tribunales la solución de un problema que es de naturaleza política. Lamentablemente los jueces no son capaces de asumir toda la hondura y la extensión del conflicto vivido; que las FF.AA. y de Orden se hicieron cargo del poder en medio de una profunda crisis política económica y social; y que muchas personas murieron o fueron objeto de abusos dentro del contexto de una confrontación armada.

Los mayoría de los políticos, pusilánimes e indolentes, permanecen absolutamente pasivos: no se atreven a buscarle una solución al problema y, ni siquiera, a mencionarlo, haciendo como que no existiera.

Y actúan así porque piensan que cualquier medida que adopten respecto a este tema y que pudiere beneficiar a los militares —aunque solo sea para exigir que se aplique la ley; tales como la amnistía, la prescripción de la acción penal o la cosa juzgada— no le traerá dividendos políticos, sino que, muy por el contario.

Es dable suponer que quien ose hacer algo a favor de los militares será objeto de una repulsa y de un griterío ensordecedor y será tratado de la peor manera por los sectores de izquierda y por los organismos de DD.HH. (cien personas gritando hacen más ruido que un millón en silencio).
Asumir el problema como tema de campaña

Pero, detengámonos un poco para analizar la eventualidad de que usted tomase como una bandera de lucha o como un tema de su campaña la reconciliación nacional y la aplicación de las leyes vigentes, interpretadas rectamente y en forma ecuánime; en el sentido de que las mismas normas legales que les fueron aplicadas a los terroristas les sean aplicadas a los militares.

Teniendo presente que el primer escollo que tiene que salvar es ganarle a Andrés Allamand en las primarias, ¿cuál sería el efecto que una actitud tal tendría en el resultado electoral?, ¿cuáles serían las ventajas y desventajas?

* En primer lugar, es preciso considerar que los precandidatos Allamand y Longueira no recibirán ni un solo voto de los sectores de izquierda o de las personas que gritarían en su contra, en caso de que adoptasen una actitud favorable para los militares procesados o condenados. Vale decir, una actitud que resulte beneficiosa para los militares sería absolutamente intrascendente desde el punto de vista electoral, de parte de tales sectores.

* Pero no ocurriría lo mismo por parte del otro sector: si algún candidato de centro-derecha se comprometiera a hacer algo efectivo a favor de los presos políticos militares, motivaría a muchísimas personas para concurrir a las urnas. Me atrevería a decir que recibiría el apoyo de por lo menos trescientas mil personas, las que en caso contrario ni siquiera irían a votar.

* Ello acarrearía un beneficio adicional: al entusiasmar a más personas a concurrir a las urnas en las primarias se lograría una mayor votación del sector de centro-derecha, que lo dejaría en mejor pie para enfrentar la próxima elección presidencial y parlamentaria.

*Por otra parte, una franca actitud suya en defensa del Estado de Derecho, de una justicia igual para todos y de que a los militares les sean respetados sus derechos humanos —es decir, de un Chile más justo—, constituiría una clara diferenciación con respecto a su contendor don Andrés Allamand.

Algunos antecedentes y declaraciones en apoyo de una solución

En apoyo de la referida actitud, podrían utilizarse las diversas proposiciones de una nueva ley de amnistía u otras presentadas en el Congreso y las declaraciones de diversas personas de relieve nacional, tales como las siguientes:

—De don Gabriel Valdés, quien el 26 de agosto del año 2010, abogó por un indulto como el que se propone (proyecto de indulto por el Bicentenario propuesto por las iglesias Católica y Protestante) “olvidando el pasado y ofreciendo un perdón para todos”, sin hacer distinciones entre condenados por crímenes de derechos humanos y condenados por otros delitos. Añadió que “creo que ha llegado el momento de olvidar el pasado, y olvidar el pasado significa una gran amnistía, casi sin excepciones”; “Chile no puede seguir mirándose el ombligo. Tiene que abrirse hacia fuera, y tener una visión grande. Eso requiere unidad. Y para que haya unidad tiene que haber también perdón, olvido del pasado”.

—De don Adolfo Zaldívar, quien expresó el 15 de junio del año 2008: “Los juicios a los militares deben terminarse a la brevedad. Es una materia que se arrastra, que se usa políticamente y que nos mantiene anclados al pasado”.
Don Adolfo había manifestado anteriormente en el Senado, el 13 de junio de 1995: “Estamos en el camino de la reconciliación; pero, a fin de avanzar más en él, debemos asumir, como tarea común, la tolerancia y la comprensión mutuas, y requerimos ¡por qué no decirlo! de una fuerte dosis de perdón recíproco. Es preciso, definitivamente, dar vuelta esta página de la historia, en búsqueda de un futuro mejor.
Esta realidad nos obliga a asumir la Ley de Amnistía para la finalidad que fue establecida, y mirar de una vez por todas hacia adelante, que es donde se hallan los verdaderos desafíos. La Ley de Amnistía se encuentra plenamente vigente. Por lo demás, durante muchos años ha surtido efectos jurídicos concretos y definitivos respecto de numerosas personas.
La aplicación de la ley de amnistía debe hacerse conforme a la finalidad de la misma, a su esencia, que no es otra cosa que la cancelación o exclusión de la existencia del delito”.

Reflexión final

Pienso que una decidida actitud suya en apoyo de la reconciliación nacional y de la solución al problema de los juicios a los militares le acarrearía más beneficios que costos, lo diferenciaría del señor Allamand —que no obstante su trayectoria ha asumido un actitud de franca aversión hacia los veteranos del 73, tal vez pensando, ingenuamente, que con ello captará votos de los sectores de izquierda o de centro-izquierda— y motivaría para concurrir a las urnas a muchísimos miembros de la familia militar y a personas agradecidas del gobierno militar, que evitó una guerra civil y que salvó a Chile de convertirse en una nueva Cuba.


Cordialmente le saluda.
Adolfo Paúl Latorre



Documentos acompañados:
1. Suma iniquidad (carta al Director).
2. Imprescriptibilidad y salvajismo jurídico.
3. Procesos contra militares: ¿un problema sin solución?
4. Manifiesto frente al desvarío.
5. Boletín 1622-07.
6. Boletín 1657-07.
7. Boletín 3983-07.


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