miércoles, 26 de junio de 2013

DEL BLOG DE MÁXIMO




“BAÑO DE SANGRE”.

"A mí tampoco me gustan las tomas, pero no quisiera ver un baño de sangre si hayun enfrentamiento en que la fuerza militar cumple la ley que es su responsabilidad ysaque a esos jóvenes de los establecimientos".

Esto lo dijo Bachelet, a propósito de las tomas de colegios de los nobles, grandes y hermosos que impedirían hacer el ejercicio democrático que nos hemos ganado luego de derrotar a la dictadura cruel.

Los únicos baños de sangre son los que provocaron sus correligionarios en todo el mundo. Los cien millones de muertos que tiene a su haber el comunismo, al parecer a la ayudista no le interesan.

Baño de sangre hubo en Cuba, gracias a los héroes de Bachelet, los asesinos en serie Castro, Guevara y el resto de la jauría rabiosa que controla su feudo hasta el día de hoy, y donde ella casi se fue de hocico al correr ante el llamado del dictador vitalicio.

Baño de sangre hubo en la RDA, donde el “tío” Erich gobernó a sangre y fuego a los desdichados alemanes que quedaron en la parte oriental. Baño de sangre hubo en el muro que mandó a construir el mismo tirano comunista al que ella y sus secuaces le dieron asilo en Chile.

Baño de sangre prometían sus correligionarios en la década del ’60. Liendo pedía un millón de muertos. Su padre ayudó al “bañito” de sangre del ’73 al comandar las miserables JAP que controlaban el estómago de los futuros hombres nuevos que planificaban Allende, Altamirano y el resto de la UP desde La Moneda, entre whisky y whisky.

Baño de sangre era lo que efectuaban sus amigos del MIR y del FMR, el mismo que dirigía el asesino de su “amorcito” y el asesino confeso del ahora”demócrata” Teillier.

Los baños de sangre son provocados por fanáticos como los marxistas y los nacional socialistas que pretenden crear de la nada un mundo que solo existe en sus afiebradas mentes. Bachelet pensaba lo mismo cuando decidió “escapar” de Australia para dirigirse al paraíso terrenal de la RDA para presenciar el milagro en vivo y en directo. Seguramente hoy mantiene esa opinión, aunque la historia la puso en su lugar y ya no es políticamente correcto decirlo en público.

Chile vive en paz, sin baños de sangre ni esclavitud, gracias al 11 de septiembre de 1973, día en que la mayoría ciudadana, el poder judicial, la Corte Suprema, y las FF.AA evitaron el macabro y criminal plan que apoyaban entre otros, Bachelet y su padre.

Baño de sangre es el que proponen los terroristas disfrazados de estudiantes, indígenas, ecologistas y supuestas almas caritativas, al querer pasar por encima de la ley para cambiar las reglas del juego democrático, al no tener los votos suficientes para hacerlo legalmente. A estos últimos, Bachelet y su gente los apoyan.


Ella será responsable si algo así vuelve a pasar en Chile. Ella será responsable si le entrega piso político y poder a quienes quieren volver al pasado “por las buenas o por las malas”.
Publicado por Maximo



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