miércoles, 3 de julio de 2013

DEMOCRACIA DE LAS MINORIAS





MADE IN CHILE: “LA DEMOCRACIA DE LAS MINORIAS”



Entre las tantas irresponsabilidades cometidas por los políticos chilenos, destaca la “iniciativa” del voto voluntario.



Lo único rescatable que tenía la tan querida (por muchos chilenos) democracia, es que la mayoría elegía a sus autoridades. Pero ahora no es así.



Malamente la política chilena se puede jactar de su “régimen democrático”, si sus autoridades son elegidas por un 20% de la ciudadanía. Para no creerlo, pero más mérito tuvo Allende.



Esta iniciativa indudablemente es obra de la izquierda, experta en acarreo de masas y sabedora de que a los votantes de derecha, “les apesta ir a votar”, prefieren ocupar ese día en la playa, en la montaña o en el campo.



La iniciativa fue enviada por la concertación dos veces al parlamento, donde inteligentemente fue rechazada por la derecha.



Hasta que el actual gobierno (de derecha) tuvo la poco astuta idea de seguir los pasos de la izquierda y enviar el mismo proyecto al parlamento. ¿Qué ocurrió?... simplemente se tuvo que aprobar, imposible que en esa ocasión los parlamentarios de derecha rechazaran algo enviado por su propio Presidente.



Como flamante corolario, Chile se vistió de una democracia donde mandan las minorías, muy a la medida de la izquierda, fundamentalmente de la izquierda extrema, el comunismo.



Esto no es exageración. Con más de 13 millones de chilenos con derecho a voto, el año pasado 5 millones eligieron a los alcaldes y concejales, ¿qué pasó con los 8 millones restantes?;. Y en las primarias del último domingo, 3 millones eligieron a los candidatos a la presidencia de la república, ¿y los otros 10 millones dónde estaban?



Y a esto se suma otra falencia del sistema que no deja de ser grave, y que afecta principalmente a las elecciones municipales y parlamentarias. No existe una normativa que obligue a inscribirse en una zona sólo a los residentes en el lugar. Esto permite el acarreo irresponsable de votos, lo que muchas veces es masivo, y por supuesto la izquierda en experta en el tema.



Está el caso de un pueblito altiplánico con 300 habitantes, donde tienen derecho a voto 1.500. ¿Se entiende esto? Pues bien, a esa localidad, cuando hay elecciones municipales, llegan buses cargados de gente desconocida, afuerinos, que dan su voto al eterno alcalde de izquierda. Por supuesto que debe existir más de alguna retribución para los esforzados votantes, y todos saben quién financia eso.



¿Y el caso “Providencia”?, una comuna eternamente de derecha. ¿Qué pasó con la elegante Providencia? ¿Qué ocurrió para que sus alcurniosos vecinos hoy tengan que soportar como alcaldesa a una ominosa obra del comunismo? Simple, el voto voluntario permitió que los residentes pasaran el tedioso día electoral fuera de la ciudad, mientras la astuta izquierda acarreaba miles de votantes afuerinos, que le permitieron irrumpir violentamente entre los “momios”.



Para muestra de lo anterior, el domingo último, en la elección primaria, mientras el ex Alcalde Labbé votaba en Providencia, un periodista televisivo de la farandulería política, dio exagerada cámara y micrófono a dos soberanas del odio, que se volcaron vociferando insultos hacia el ex Edil. Más tarde, otro medio, desenmascaraba a las dos tirriosas mujeres: ellas eran apoderadas de mesa de Michelle Bachelet, votan en Providencia desde el año pasado, y toda su vida, han vivido en Cerro Navia.



Esta idiotez permitió que la Alcaldesa de Providencia, una víbora criada en las fauces comunistas, pudiera ayer, mientras se volvían a tomar todos los colegios, cumplir SU UNICO OBJETIVO, cambiar el nombre de la Avenida 11 de Septiembre.



¡Esa es nuestra hermosa democracia!



Es bueno destacar sí que este domingo en Providencia, aunque la mayoría de los vecinos igual optaron por un día de campo o de playa, asistieron a votar muchos más que en las municipales. Y aunque los votantes de izquierda igual fueron más que los de derecha, Pablo Longueira obtuvo más votos que Michelle Bachelet. Algo es algo, ojalá que en Noviembre las cosas sean mejor.





Alejandro Russell O’K

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